Rafael Márquez, emblemático capitán del seleccionado mexicano, fue implicado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como parte de una estructura de lavado de dinero del narcotraficante Raúl Flores Hernández. El futbolista, acusado de actuar como testaferro de Hernández, sufrió la congelación de sus bienes, así como la cancelación de la visa.