Ricardo Gareca se despidió este lunes de Vélez luego de un segundo ciclo de apenas doce partidos, en una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por el presidente del club, Sergio Rapisarda; el manager, Christian Bassedas; y el vicepresidente, Diego González. En su alocución, el "Tigre" explicó que la decisión fue "personal" ya que la intención era "mejorar" el equipo y no "empeorarlo".
"No fue una determinación de la dirigencia, es una decisión mía. Nos contrataron para mejorar a Vélez y no para que empeore", expresó Gareca, que primero se despidió del plantel en la Villa Olímpica.
Gareca expuso los motivos que lo llevaron a dar un paso al costado luego de dirigir doce partidos en su segunda etapa en el club. "Vélez tiene capacidad y material para estar mucho mejor", consideró el "Tigre", que sólo obtuvo diez puntos con una victoria, siete empates y cuatro derrotas.
La determinación de Gareca la tomó luego de la derrota del sábado pasado en Córdoba, cuando el equipo cayó 2-0 con Belgrano y luego el entrenador no brindó la habitual conferencia de prensa. "Me gustaría aclarar que no tuve una descompensación. No quise hacer la conferencia de prensa porque quería tomarme un tiempo para analizar la situación. Igualmente tenía un dolor de cabeza por la mala sangre del partido", explicó Gareca tras cerrar su segundo ciclo en el "Fortín".
"Fue algo corto pero intenso y emocionante. Dimos todo lo que estaba a nuestro alcance", puntualizó el exDT del seleccionado peruano. "Entiendo que Vélez está por sobre todo", resaltó Gareca, quien había generado la ilusión de los hinchas con su regreso pero el equipo hoy está en la zona baja de la tabla de posiciones junto a otros cinco competidores que tienen 18 puntos, apenas una unidad por encima del colista Arsenal. "Los entrenadores podemos tener ciclos largos, como me pasó a mí acá pero también períodos cortos. Más allá del cariño, los resultados son los que marcan la continuidad", admitió.
Consultado por su relación con el plantel y principalmente con los referentes, el "Tigre", de 65 años, descartó cualquier tipo de conflicto. "Fueron los que más nos apoyaron. No puede decir nada de los muchachos", aclaró. "Simplemente no se dieron los resultados", lamentó el experimentado entrenador, que había reemplazado en el cargo a Alexander Medina.
Por su parte, el presidente velezano, Sergio Rapisarda, reconoció que "hay una crisis futbolística" pero descartó que eso provocó problemas institucionales. "La mesa directiva está sólida", afirmó el titular de la institución de Liniers, uno de los apuntados por los hinchas que se convocaron en la noche del domingo en la puerta del estadio José Amalfitani.
"Estamos orgullosos de la manera que estamos llevando el club", agregó Rapisarda, quien fue reelegido en marzo de 2021 y tiene mandato hasta fin de año, aunque está siendo seriamente cuestionado por los hinchas en las últimas semanas.