“Sería como un grandes éxitos, ¿no? Muchas veces me preguntan si voy a hacer el tango del G20, la ‘Cumparsita’ de Showmatch, o el ‘Libertango’ de los Juegos Olímpicos y bueno, ¿por qué no? Con el mismo vestuario, los mismos zapatos, una pantalla que recrea mi carrera desde mis comienzos en el Colón, con imágenes que pude recuperar en pandemia y un recorrido que no es sólo de tango tradicional, sino de un género renovado donde también aparece mi impronta de bailarina clásica, de jazz”. Mora Godoy repasa ante Página/12 lo que será el espectáculo de este martes a las 20.30 en el Gorriti ART Center (Juan B. Justo 1617). Además de los clásicos, Godoy anticipa que durante el show sonarán Bajofondo y Otros Aires, del palo electrotanguero, y también habrá un pasaje con YSY A.
El show aparece como una suerte de balance de sus veinte años dedicada al tango. Cuando mira para atrás, la bailarina y coreógrafa destaca las clases televisivas en la señal de Sólo Tango, su entrada a Tango x 2, la compañía de Miguel Ángel Sotto, la creación de Tanguera que le permitió desplegar su faceta como coreógrafa y montar su propia compañía de tango, y también las anécdotas: la tapa de Playboy, el tango con el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama o el show para los Rolling Stones. “No sé cuán importante fue para mí la tapa de Playboy, pero tuvo que ver con que rompo moldes y soy bastante osada para algunas cosas”, destaca.
“Al tango le aporté mi impronta del ballet y del jazz, algo en mi estilo conjuga todas esas técnicas, es inevitable verlo cuando estiro el empeine o el fraseo especial que hago al bailar, que viene del jazz”, apunta. También, asegura, el ballet le aportó disciplina y constancia, cierta capacidad para el liderazgo y una voluntad de “reinventarse y estar a la vanguardia”.
Godoy es consciente de que su figura despierta polémica en el mundillo del tango. También de que forma parte de una parte del género, la del tango escenario, que si bien atraviesa cierta renovación, también recibe cuestionamientos desde adentro y que a veces se percibe como estancada en el tiempo. “El formato de show de casas de tango sí está quedado en el tiempo, es antiguo, pero hay grupos nuevos de tango, compañías nuevas que realmente tienen un laburo muy interesante y hacen cosas realmente novedosas y lindas, aunque tal vez pertenecen al off, no son por ahí tan for export ni comercial, y que estaría bueno que tengan su oportunidad”, señala. Como para muchos otros, Godoy cree que el Estado podría hacer más por el tango, pero también reclama la participación de los privados e incluso de sponsors. Para ella, reincorporarlos a la producción escénica del tango “es una deuda pendiente”.
Ella misma tiene sus cuentas pendientes. “Quiero hacer algo con lo social. De espectáculos creo que hice lo que quería y voy a seguir creando y haciendo. Pero me importa mucho más tener un trabajo que tenga que ver con la inclusión social, que tenga que ver con acercar a jóvenes que por ahí no tendrían la oportunidad de capacitarse ni de llegar, y de tener un oficio, la posibilidad de ser profesionales de algo que por ahí no podrían pagarse ni tendrían el acceso o que simplemente porque no se les ocurrió que es una posibilidad para ellos”, cuenta. “Me gustaría, como lo venimos haciendo hace tiempo, formar nuevos bailarines y que estrenen en la compañía y que podamos ser muchos más y que sea federal, que podamos recorrer no solamente Buenos Aires, sino el país”.
Su balance de estos veinte años también incluye una mirada a cómo cambió el género en estas dos décadas. “El tango es muy amplio, tiene la parte de orquesta, la de baile de salón y la de escenario, que es la coreográfica. La de salón creció muchísimo porque en el mundo entero se baila el tango, hay milongas y se estudia mucho. Coreográficamente también explotó porque en el tango creo que la vedette es el baile, que lo ha mantenido vivo, lo ha mantenido de alguna manera en la vanguardia. Lo que se hace hoy coreográficamente es imponente. Hay un nivel increíble a nivel mundial, no solamente en Argentina. Con respecto a la orquesta, la llegada del tango electrónico y de otros grupos nuevos, pero también de grupos que están instalados hace tiempo y que crean permanentemente, también hace que el género se escuche en lugares que no se escucharía de otro modo”.
¿Qué más le falta a ese conjunto? Para Godoy, la respuesta es la misma que antes: productores. “Hay mucho para hacer, muchísimo. A mí me gustaría, y espero poder empezar a hacerlo, producir grupos y orquestas para que puedan mostrar lo que hacen. Estoy en uno de esos caminos hoy”.