La aparición de una vecina de Coronel Brandsen en el escenario de Axel Kicillof el jueves pasado recorrió los portales de noticias y las redes sociales. El lunes al mediodía, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires la recibió en la gobernación bonaerense para charlar sobre los temas que la inquietan, en una charla que un funcionario provincial describió a BuenosAires/12 como una reunión "en buenos términos". "Después de la charla, ambos salieron del despacho conformes y en calma", afirmaron.
Kicillof y la mujer que lo increpó en Brandsen
Con el presente del hospital municipal local como primera preocupación, la brandseña llamada Fernanda viajó hasta La Plata y se reunió con Kicillof. Según indicaron desde el entorno de gobernador, el Estado bonaerense se comprometió a interceder ante el municipio conducido por el radical Daniel Cappelletti para "mejorar la atención de la institución sanitaria".
En cuanto a la escuela técnica, otros de los reclamos que la mujer expuso publicamente, la cartera educativa de la Provincia aseguró que "intervendrá para solucionar las necesidades del colegio". Además, Kicillof le explicó el por qué de la actitud de su custodia y le detalló a la mujer que "se trataba de un protocolo que se debe aplicar ante esas situaciones".
La semana pasada, mientras el gobernador brindaba su discurso en el Club Social de Brandsen, en la entrega de una ambulancia de alta complejidad y 172 títulos de propiedad gratuitos enmarcados en el programa “Mi Escritura, Mi Casa”, una vecina se subió a la tarima para hacer público su reclamo. Asombrado, Kicillof le estiró la mano y le dijo "ahora te escucho", pidiéndole así que se corra del atril para hablar minutos más tarde. Pero la mujer, lejos de calmarse, alzó la voz y tomó el micrófono.
Ante la situación, que Kicillof definió como "cosas que pasan", dos personas de las encargadas de la seguridad del gobernador retiraron a Fernanda del escenario. Ella se resistió, cayó al piso y al pararse gritó: "No hay hospitales, no tenemos seguridad, no tenemos pediatras en el hospital, los chicos no aprenden nada en el colegio". Al salir del club, la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, se acercó a ella para "dialogar y ayudarla", a lo que la mujer no respondió. Tras varios minutos centrados en la búsqueda del diálogo, la mujer se retiró y optó por no esperar a Kicillof, quien le había asegurado que hablaría con ella una vez finalizado el discurso.
En la conferencia de prensa posterior, el mandatario aseguró: "Fue un momento bastante tenso, porque la señora se me acercó cuando yo estaba hablando, le di la mano de forma respetuosa para que esperara un poquito que termine de hablar". "Me hablaba del hospital, que en Brandsen es municipal, pero no sé a qué se refería porque justo se aplicó el protocolo de seguridad", recordó Kicillof en aquel primer momento.
Con el correr de los días y entrado el fin de semana, el equipo del gobernador bonaerense gestionó el encuentro que ayer pudo concretarse. Dijo Kicillof en Radio 10: "Mi trabajo como mandatario es resolver los problemas. Estamos intentando reunirnos con ella. Sea un tema municipal o provincial, vamos a tratar de contactarla a ver si hay algo puntual en lo que podamos ayudar porque es mi trabajo". Gracias al concejal brandseño Fernando Raitelli, integrante del Frente de Todos y precandidato a intendente de su distrito, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires pudo completar su objetivo y se reunió con Fernanda en calle 6 y 51.
Cuando ocurrió el episodio del jueves pasado, Fernanda expresó ante los medios presentes que ella "es una vecina común de Brandsen y apolítica”. Remarcó que "no milita en ningún partido" y que "lo único que quiere es que las cosas funcionen en su ciudad”. Luego de la reunión de ayer, donde Kicillof le brindó respuestas y se comprometió a interceder ante sus pedidos, Fernanda se retiró de la Gobernación "tranquila y con esperanza", según pudo averiguar este diario.
Kicillof, duro con la Justicia y la derecha
La historia se tiñó de otro color luego de lo ocurrido en Brandsen. Fernanda reclamó como pudo y el gobernador, días después, charló amablemente con ella pese al momento vivido. Pero en el medio, durante el viernes, el sábado y el domingo, la polémica se instaló en torno a las medidas de seguridad que rodean al bonaerense. Ni bien terminó el acto, y pese a señalar que estas situaciones "se dan todo el tiempo", Kicillof subrayó: "Después de lo que ocurrió en el país, sé que si sufro un atentado me va a pasar lo que le pasó a Cristina. Ni se va a investigar. Hay una parte de la Justicia que es un partido judicial y, cuando las cosas le pasan al peronismo, no se investiga".
Daniel Cappelletti, intendente de Coronel Brandsen, prefirió responsabilizar al equipo de seguridad de Kicillof: "La seguridad de Kicillof fue la que la dejó entrar y después fueron los que la tiraron al piso, una falta de respeto total", le dijo a Infocielo. Pese a que reconoció que el gobernador tuvo “mucho tacto” para con la mujer, el radical que comanda los destinos de Brandsen dijo que el planteo posterior de Kicillof fue "una vergüenza".
Al día siguiente, Axel Kicillof expresó: "Los medios de la derecha quieren sacar ventaja. Yo no quise victimizarse, lo que dije es que hay protocolos que tienen que ver con la seguridad. Siempre hablamos con la gente, hago entrega de escrituras en el interior y en el conurbano y son actos de mucha cercanía. Yo gobierno de una manera única y exclusiva, cerca de la gente. Desde 2019 dije que iba a gobernar así y así lo hago. Nuestro trabajo es resolver problemas reales o puntuales". Este lunes, dio el primer paso.