El gobierno de Brasil anunció este lunes un programa de subsidios para reducir el costo de la compra de ómnibus, camiones y autos nuevos, y también un plan para que las familias endeudadas puedan renegociar sus deudas y salir de la lista de morosos vetados por el sistema bancario. Las medidas tienden a reactivar el mercado interno al promediar los primeros seis meses de gestión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Industria automotriz y consumo
El anuncio lo hizo este lunes el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, quien informó que uno de los programas busca abaratar el costo de los vehículos a los consumidores, teniendo en cuenta que el ritmo de producción de las automotrices prácticamente se redujo a la mitad en los últimos diez años. En el caso de los autos, explicó el vicepresidente Geraldo Alckmin, los descuentos se otorgarán con base en el cumplimiento de tres criterios: social --prioridad a los más económicos--, ambiental --los menos contaminantes-- y los producidos en el país.
El gobierno de Lula calcula que este programa de incentivo a la industria automovilística, cuya reactivación aún no volvió a los niveles prepandemia, implicará un gasto de 1.500 millones de reales (304 millones de dólares). Para conseguir el descuento, el conductor debe deshacerse de su vehículo con licencia de más de 20 años de antigüedad. El comprador deberá presentar un documento que acredite el destino del vehículo antiguo para su desguace.
Según Alckmin, la inclusión de colectivos y camiones en el programa fue una solicitud de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea). Esto se debe a que un requerimiento del Consejo Nacional del Medio Ambiente (Conama) encareció en un 15 por ciento a esos vehículos en 2023.
Al anunciar el programa, Alckmin explicó que los descuentos serán transitorios y tendrán una duración de cuatro meses "hasta que baje el tipo de interés". El programa de renovación de flota se financiará a través de créditos fiscales, descuentos que otorga el gobierno a los fabricantes en el pago de futuros impuestos. A cambio, la industria automotriz se compromete a trasladar la diferencia al consumidor.
En abril la producción de vehículos cayó un 19,4 por ciento comparado con marzo debido a las paralizaciones decididas por las empresas para ajustarse a la demanda de los consumidores. La iniciativa del ministro Haddad pretende reducir en un 10,8 por ciento el precio promedio de los automóviles.
70 millones de endeudados
El ministro Haddad adelantó que también planea implementar el "Plan Desenrola" para reactivar el mercado interno, que permitirá la renegociación de deudas de las familias morosas para permitirles volver al mercado de crédito. Según datos oficiales, 70 millones de brasileños son considerados morosos o en cesación de pagos, con un promedio de deuda de 750 dólares.
El número de deudas pendientes en abril de este año aumentó un 18,42 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Las deudas con los bancos son el principal motivo de impago, alcanzando el 63,8 por ciento del total. El programa de renegociación de deudas pequeñas, explicó Haddad, se limitará a aquellas familias que ganen hasta dos salarios mínimos y deban hasta 5000 reales (1015 dólares). Desenrola, informó el ministro, debería beneficiar a unas 30 millones de personas.
En los últimos meses, el lanzamiento del programa se pospuso en varias ocasiones debido a que la bolsa de valores brasileña, estaba desarrollando el sistema informático para que los acreedores se adhirieran a las renegociaciones. "Hay una serie de trámites burocráticos hasta la apertura del sistema de acreedores", justificó el ministro de Economía.
A cambio de participar en la negociación, la empresa acreedora contará con una garantía del Tesoro en caso de que el deudor no pueda cumplir con los compromisos. "El programa funcionará como una subasta. La idea es que el acreedor dé el mayor descuento posible, porque tiene un incentivo para eso", explicó Haddad.
Este programa fue una de las promesas electorales de Lula para vencer en 2022 a Jair Bolsonaro. El gobierno actual lanzó una serie de medidas para acelerar el consumo mientras critica al bolsonarista presidente del Banco Central, Roberto Campos Neto, por mantener la tasa de interés básica en 13,75 por ciento, considerada la tasa por encima de la inflación, más alta del mundo.
Según el mercado financiero, Brasil crecerá 1,68 por ciento en 2023, pero Lula la semana pasada sostuvo que el avance del PBI será superior al dos por ciento, contradiciendo incluso el pronóstico del FMI.