Nueve personas fueron procesadas con prisión preventiva, acusadas de integrar la banda narcocriminal denominada “Los Marola” que operaba en la villa 1-11-14 del Bajo Flores porteño, donde amenazaban, golpeaban y extorsionaban a los vecinos para quedarse con sus propiedades y allí instalar los “búnkeres” de droga, informaron este martes fuentes judiciales.
En el mismo fallo, el juez en lo Criminal y Correccional Mariano Iturralde les trabó embargos sobre sus bienes por sumas de entre 300 mil y 2,5 millones de pesos. Se trata de una investigación que comenzó el 5 de junio de 2022 y estuvo a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 43 y la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (Ufeide).
Según informó la Procuración General de la Nación, los procesados son seis hombres, uno de ellos el “líder” de la organización; y tres mujeres; a los que se les imputa, con distintos grados de participación, los delitos de “asociación ilícita, amenazas coactivas simples y agravadas, acopio de piezas y municiones de armas de fuego sin la debida autorización legal, lesiones leves, atentados contra la autoridad agravados, robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa y robo agravado por su comisión en poblado y en banda”.
A partir del trabajo conjunto de los fiscales se logró individualizar a un grupo de personas que comercializaba estupefacientes al menudeo en el territorio comprendido entre avenida Bonorino y las calles “10”, Ana María Janer, Charrúa y un pasaje sin nombre de la villa que actualmente se llama Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli. Para los pesquisas, esta banda estaba presuntamente “bajo el liderazgo de un hombre apodado `el intendente`”, identificado por la justicia como Sandro Gustavo González (46), alias "Marola". La organización criminal “portaba armas de fuego y coaccionaba y agredía físicamente a las y los vecinos del lugar, para quedarse con sus propiedades y establecer allí `búnkeres` para comercializar la droga, o para evitar ser denunciados”. “También apelaban a la violencia para asegurar su hegemonía territorial frente a otras organizaciones rivales o para repeler el eventual accionar de las fuerzas de seguridad desplegadas en la zona”, detalló el informe judicial.
Las maniobras quedaron al descubierto a raíz de un hecho en el que dos hombres en moto dispararon contra la vivienda de una mujer en el barrio Illia, tras lo cual, uno de los sospechosos huyó y el otro se ocultó en una casa del lindero Ricciardelli. Al ingresar al lugar, las fuerzas de seguridad encontraron 545,7 gramos de marihuana y 77,7 gramos de cocaína listos para su comercialización. Posteriormente, las tareas encomendadas a la Gendarmería Nacional revelaron “el poderío” de “Los Marola” en la zona, que permitieron abrir seis investigaciones en la Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional.
Así, se estableció que “Los Marola inicialmente se habrían dedicado a la modalidad delictiva conocida como ‘piratas del asfalto’ y ‘arrebatos’ para finalmente dedicarse a la venta de drogas y robo con armas de fuego”. El informe señaló que, actualmente, “la banda comercializa cocaína, pasta base, marihuana y flores, y que es común verlos portando armas de fuego”, al tiempo que “a raíz de la propia actividad de la banda se desprenden otras maniobras como ser el robo a mano armada y la usurpación de las casas de los vecinos del lugar, aprovechándose de la situación de vulnerabilidad y bajos recursos”. Y en función de todos los elementos recabados durante las tareas investigativas, el 16 de mayo pasado se realizaron 40 allanamientos en los que se detuvieron a 24 sospechosos, entre ellos, el sindicado líder de “Los Marola”, su pareja y cuatro de sus hijos; y también se incautaron armas, municiones, cocaína y dinero en efectivo.
Llas hijas de la pareja, Jésica Isabel (29) y María Belén (19) González, serían quienes administraban “distintos búnkeres de venta de drogas recaudando el dinero producto de dicha venta” y las responsables de controlar a los “soldaditos”. Los otros procesados son Jonathan (22) y Agustín (23) González; ambos hijos de la misma pareja que las jóvenes; José Luis Navarro (29), Lucas Walter Ruíz (20) -expareja de la menor de las hermanas detenidas-; y Eric Tránsito del Valle Varrera (26).