"Es difícil un relanzamiento del espacio, da la sensación que eso se rompió", aseguró Juan Manuel Urtubey en referencia la peronismo antikirchnerista que creía que había logrado construir con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti y Florencio Randazzo. Mientras el cordobés negocia un frente con el sector de JxC que representan Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, el exgobernador de Salta ya reconoce que si quiere mantener su precandidatura presidencial por "Hacemos un País", la tendrá que desarrollar en soledad.
"Se rompió", le dijo Urtubey a FutuRock cuando le preguntaron por las andanzas de Schiaretti en las cercanías de Juntos por el Cambio. El cordobés no sólo generó conflicto con Urtubey sino también en el macrismo donde consideran que la integridad de JxC corre serio riesgo de romperse.
Para el salteño la partida de Schiaretti hacia JxC "deja bastante renga" la integración del un espacio alternativo al peronismo que conforma el Frente de Todos. Este espacio antiK no llegó siquiera a tener un nombre y se desgrana minuto a minuto. Sobre todo porque Urtubey pretendía, además de Schiaretti y Randazzo, sumar expresiones como el socialismo santafesino y hasta al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá.
Nada de lo que se propuso Urtubey pudo conseguirlo. "Soy consciente de que no tenemos la capacidad electoral. Cuando no hay posibilidad para un espacio es porque no se advierte esa necesidad", reflexionó Urtubey en la entrevista radial.
Al respecto, afirmó que la propuesta del denominado "peronismo disidente" pretendía posicionarse como una cuarta alternativa, en un escenario dominado por el Frente de Todos (FdT), JxC y la Libertad Avanza, liderada por el diputado Javier Milei
"Hay que entender que las ausencias de la vicepresidenta Cristina (Kirchner) y del expresidente (Mauricio) Macri como candidatos ablanda mucho más cada uno de los espacios y se justifica menos una opción como la nuestra", sostuvo Juan Manuel Urtubey.
Con respecto a su incorporación a JxC, Urtubey se diferenció de Schiaretti al afirmar que tiene "una agenda de país que no tiene nada que ver" con las propuestas que impulsa la principal coalición opositora. "Siempre voy a estar más cerca de discutir una interna del peronismo por mis convicciones, pero hoy lamentablemente no está pasando", remarcó el salteño.
Para Urtubey, "el peronismo tiene que proponer algo superior a esto" porque "el Gobierno está dirimiendo el poder entre el presidente (Alberto Fernández) y la vicepresidenta (Cristina Fernández de Kirchner)".
En otros tiempos, Urtubey supo tener una muy buena relación con el kirchnerismo, incluso antes de convertirse en gobernador de Salta. En aquellos años, cuando era diputado solía quejarse de que en el entonces bloque del Frente para la Victoria lo recelaban por menemista y en su provincia lo acusaban de kirchnerista.
En ese tiempo supo sortear esas sospechas y acusaciones porque logró convertirse en gobernador de Salta. Todo indica que aquella capacidad la perdió, porque no logró encontrar respaldo a su propuesta de generar un espacio peronista no kirchnerista para estas elecciones presidenciales.
Mientras Urtubey se lamenta del desmoronamiento del armado electoral que planteaba como "un espacio fuera de la grieta" con la premisas de "no estar en un espacio para estar en contra de otro", Schiaretti se concentró estos días en hacer todo lo contrario.
El mandatario cordobés no se amilana ante la negativa de Mauricio Macri y los sectores más duros del PRO como Patricia Bullrich y continúa sus tratativas con Larreta y Morales. El objetivo, según confesó, es armar un “frente de
frentes” que logre ponerse de acuerdo en la construcción de un programa
de gobierno para poder llevarlo adelante como coalición, en caso de
llegar a la Casa Rosada.
Es más, advirtió que no abandona su condición de integrante de "peronismo no
kirchnerista". El cordobés se definió como "antikirchnerista" y dijo que el peronismo de su provincia "nunca pudo ser colonizado por el kirhnerismo". Aún así, Schiaretti aseguró que el país necesita un gobierno de "unidad nacional".
Es más, el mandatario provincial afirmó que con este tipo de gobierno que promueve se podrá superar "la maldita grieta", aunque con este salto --según entiende Urtubey-- el cordobés despreció una construcción por fuera de esta polarización y se acomodó en un lado de la grieta que dice rechazar.
Por último, el mandatario cordobés --que siempre fue un promotor de las políticas neoliberales, mucho más que su antecesor José Manuel de la Sota-- reclama la elaboración de un programa de gobierno para ese "frente de frente" que debe "impulsar la producción y el trabajo". Rara convocatoria, sobre todo si se tiene en cuenta que JxC no se caracteriza por promover la producción y mucho menos el trabajo.