El juez en lo Penal Económico, Marcelo Aguinsky, le dio a elegir a Claudio Minnicelli alguna de las escuchas que lo involucran en una tentativa de contrabando. La jugarreta con seis containers de telas se intentó hacer en mayo de 2016, ya durante el gobierno de Mauricio Macri y con la conducción de la Aduana en manos de Juan José Gómez Centurión. Es más, Gómez Centurión no está absuelto en este expediente, ya que el grupo que integraba Minnicelli decía que actuaba por cuenta y orden de Gómez Centurión. En la mañana de ayer, Minnicelli eligió tres de las escuchas y, cuando oyó el audio de la primera, argumentó que tenía dudas, que había que ver, que tal vez no se tratara de su voz. En la conversación, sin embargo, uno de los interlocutores se dirige al otro llamándolo Mono, justamente el apodo de Minnicelli. El magistrado resolvió entonces hacer una pericia de voz, que tiene un valor similar a una pericia caligráfica. Aguinsky y el acusado se verán otra vez las caras el viernes, con el resultado de la pericia sobre la mesa. En el marco de la declaración, Minnicelli se quejó de que lo identifican como el cuñado de Julio De Vido. “Yo soy el que soy, no el cuñado de nadie”, sostuvo. De hecho, De Vido no tiene relación con Minnicelli: no cruzan palabra desde hace 13 años.
En el audio que eligió Minnicelli, el diálogo entre el Mono y otro imputado, Federico Tiscornia, trata sobre 50.000 dólares de adelanto que se cobraron por cada uno de los seis contenedores retenidos por la Aduana. También se menciona el cambio de lo que en la jerga se llama el BL, Bill of Landing, o sea algo así como el certificado de arribo a puerto. Es una especie de DNI de cada contenedor. Como la mercancía estaba frenada por la Aduana, el contrabando consistía en cambiarle el BL –una fasificación– y, en complicidad con un funcionario, sacar los miles de rollos de tela retenidos.
El jefe de lo que Aguinsky calificó como una asociación ilícita era Barreiro Laborda. Era el hombre vinculado a Gómez Centurión y que fue filmado en reuniones con el titular de la Aduana. Además, hay testigos que señalan que ambos se reunían a cenar en el domicilio de alguno de los dos. Cuando prometía sacar los contenedores, Cuqui, como le dicen a Barreiro Laborda, lo hacía invocando a Gómez Centurión, pero por ahora Aguinsky piensa que no hay elementos para avanzar contra el funcionario, aunque sí procesó como integrante de la banda al titular de la Aduana de Buenos Aires, Edgardo Paolucci, y otros funcionarios. En una de las escuchas clave, Cuqui le dijo a un empresario coreano, al que denominan Mister Korea: “Si no puedo atenderlos porque estoy en una reunión, hablen con el Mono”. Esa y otras escuchas son la principales pruebas contra Minnicelli.
Lo más asombroso del show de la detención de Minnicelli es que los grandes medios lo presentaron como si fuera un caso de corrupción del anterior gobierno. La realidad es que se trata de un escándalo de mayo de 2016, relacionado con la administración macrista, al punto que la ministra Patricia Bullrich lo usó para acusar a Gómez Centurión por corrupción y Gómez Centurión acusó a Bullrich de encubrir la llegada de pseudoefedrina, un precursor químico de la meta-anfetamina. El único vínculo con el gobierno de los Kirchner es que Minnicelli es cuñado de De Vido, pero éste no tiene ni tuvo la menor relación con él.