La Investigación y el Desarrollo (I+D) fueron clave para dar certeza a argentinos y argentinas en un momento de incertidumbre mundial: el sistema de Ciencia y Tecnología desarrolló los tests rápidos para detectar la Covid-19, el barbijo Conicet, y hasta una vacuna propia. De esta manera, visibilizó su importancia como territorio de disputa política, económica y hasta de soberanía. La posibilidad de desarrollo innovador tuvo y sigue teniendo como principales protagonistas a instituciones públicas -universidades nacionales y organismos de Ciencia y Tecnología- que en 2021 explicaban el 60 por ciento de los recursos financieros que se invierten en I+D.
De los 239.573 millones de pesos invertidos en I+D en Argentina durante el 2021, apenas un 39 por ciento (93.577 millones) fue realizado por empresas. El 61 por ciento restante fue aportado mayormente por organismos públicos de ciencia y tecnología (91.132 millones) y universidades públicas ( 49.057 millones). En mucho menor medida invirtieron también entidades sin fines de lucro y universidades privadas, con 2907 millones de pesos cada una.
"El sector empresario argentino ocupó históricamente un lugar secundario en el desarrollo de actividades de investigación y desarrollo", asegura la última Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino (ESID) que publica anualmente el Ministerio de Ciencia y Tecnología (Mincyt). En los últimos años, sin embargo, la tendencia fue cambiando, gracias a que las empresas. La participación de 39 por ciento en la inversión "se trata de los valores más altos registrados en la historia e implican un incremento de la participación de más del 40 por ciento en los últimos cinco años", asegura el Mincyt. Las actividades de I+D desarrolladas por empresas de software e investigación clínica tuvieron un rol central para explicar esta tendencia.
La mayoría de las empresas desarrolla sus actividades utilizando tecnologías y conocimientos disponibles en el mercado y, eventualmente, realizando innovaciones en sus productos y procesos que no requieren de la generación de nuevo conocimiento. La ejecución del empresariado argentino en las actividades de I+D en relación al PBI se encuentra significativamente por debajo de los países de la OCDE, que alcanzaron en promedio el 1,99 por ciento en comparación con el 0,32 de Argentina. En cambio, el empresariado argentino se encuentra por encima si se lo compara con países de América Latina donde el promedio ejecutado fue de 0,19 por ciento del PBI en 2020, caracterizándose también por una marcada preeminencia del sector público en la ejecución y en el financiamiento de las actividades de I+D.
En la cabecera se encuentra Israel, país en el que el sector privado invierte el 5,06 por ciento del PIB en I+D, seguido por Corea (3,90 por ciento) y Estados Unidos (2,68 por ciento). Dentro de latinoamérica, se destaca la participación del sector empresario brasilero donde el financiamiento de las actividades de I+D alcanzó en 2020 el 0,5 por ciento del PBI.
La mayor parte del personal en I+D en Argentina se desempeña en instituciones públicas: universidades y organismos de CyT. La proporción de recursos humanos en I+D que aporta el sector empresario a la I+D total del país es relativamente baja (16 por ciento), por " factores estructurales" que explican esta situación. "Las empresas tienen un nivel de inversión en I+D por investigador/a muy superior al resto de los sectores, que se explica en gran parte por la diferencia salarial que existe entre el sector público y el privado. Otro aspecto que también influye es que las empresas invierten una mayor proporción en gastos de capital, concretamente en lo referente a equipamiento para la I+D, que el resto de los sectores", explica el Mincyt.
Farmacia y software, las más innovadoras
El sector que cuenta con más empresas realizando actividades de I+D en 2021 fue el de software y servicios informáticos (casi el 20 por ciento del total de firmas). En este sector participan principalmente pymes que realizaron inversiones relativamente bajas en términos comparativos con otros sectores, pero altas en relación a su volumen de ventas aunque se destaca, también, un segmento de empresas grandes (algunas de capital internacional) que realizaron grandes inversiones en investigación y desarrollo experimental.
Otros sectores relevantes en términos de cantidad de empresas que invirtieron en actividades de I+D fueron el farmacéutico (10,1 por ciento del total de empresas), el de productos químicos (8,1 por ciento) y el de alimentos y bebidas (5,8 por ciento). En estos sectores predominó una mayor proporción de empresas grandes entre las que realizaron actividades de I+D.
Al hablar de montos, concentra el 55,8 por ciento de la inversión el sector de empresas farmacéuticas y de servicios de I+D. La mayor parte de esta inversión se orientó a la realización de investigación clínica (testeo de medicamentos en pacientes). Además, entre las empresas de servicios de I+D, se destacaron empresas con participación estatal con muy alta intensidad de inversión en relación a sus ventas. Se destaca también el sector de software y servicios informáticos, que presentó un crecimiento exponencial en los últimos años pero que ha mostrado un descenso en su inversión entre 2020 y 2021.
Los sectores de alimentación, semillero, automotriz y de productos químicos se ubicaron también entre los de mayor inversión, aunque su participación en el total de la I+D empresaria viene descendiendo en los últimos años. Se incrementa, en contraposición, la participación del sector farmacéutico y de servicios de I+D.