El conductor televisivo y productor musical Ricardo Daniel Carias, conocido como "la Tota Santillán", fue condenado este viernes a cinco años y medio de prisión por ejercer violencia de género contra su expareja y madre de dos de sus hijas, quien denunció que fue golpeada y amenazada de muerte en distintos episodios, y por intimidaciones a una empleada de ella y a su exsuegro.
La condena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7, que le impuso a Carias una pena mayor a la requerida por el fiscal de juicio Oscar Ciruzzi, quien en sus alegatos había pedido para "la Tota Santillán" cuatro años y medio de cárcel.
Los fundamentos del fallo que, de ser confirmado, dejaría a Carias tras las rejas, serán dados a conocer el 16 de junio próximo, según adelantó el juez Alejandro Noceti Achával en representación del TOC 7. La defensa, liderada por el abogado Juan Pablo Merlo apeló la sentencia
Por ende, la Cámara de Apelaciones deberá ratificar el fallo para que vaya preso, ya que por tratarse de una pena superior a los tres años resulta de cumplimiento efectivo.
Tras conocerse el fallo, el conductor habló en Desayuno Americano y se armó un debate con el abogado que pidió que no le hagan reconocer que fue violento porque van a apelar el fallo y eso lo puede perjudicar.
"No veo a mis hijas desde el 2019. Las veo por videollamadas. Me arrepiento de las discusiones que tuve, de la separación que cuando te separás es discutiendo. Me arrepiento del exceso que tuve de poner las fotos de mis hijas y mi ex suegro reclamando ver a mis hijas. Yo nunca amenacé de muerte a nadie. No hubo violencia de género, nunca le puse una tijera en el ojo a mi mujer. Si yo me ponía violento era en una discusión, si le he gritado. Y muchas veces", dijo Santillán.
Según el sitio institucional del Ministerio Público (Fiscales.gob.ar), el conductor televisivo fue hallado culpable los delitos de "amenazas agravadas por el uso de armas, lesiones leves agravadas por haberse cometido en el marco de la pareja y por mediar violencia de género" en perjuicio de su expareja y madre de dos de sus hijas durante su relación y luego de la separación.
También fue condenado por "amenazas" contra su exsuegro, por el "hurto" del teléfono celular de quien entonces era su contador y por "amenazas coactivas agravadas por compeler a una persona a hacer abandono de su residencia habitual o de trabajo" en perjuicio de una empleada de su expareja.
Además de la pena, el magistrado ordenó que el buscador Google elimine toda aquella noticia relacionada con las manifestaciones que Carías hizo en contra de su expareja, el padre de ella y la empleada.
Durante el alegato, el fiscal Ciruzzi fiscal había hecho foco en la violencia de género ejercida por el acusado contra su expareja en diversas ocasiones.
En su exposición, el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) repasó primero un hecho sucedido en 2013, cuando Carias y su pareja, junto con sus dos hijas, vivían en el barrio porteño de Belgrano y, tras una discusión, el hombre comenzó a insultarla, la arrojó sobre una cama y la amenazó con una tijera que puso cerca de su ojo mientras le repetía que se lo iba a sacar.
De acuerdo a la acusación, la mujer logró levantarse, pero, cuando quiso salir de la habitación, "la Tota Santillán" la empujó, por lo cual cayó al piso, donde comenzó a patearla.
Tras ello, aseguró el fiscal, volvió a violentarla con un cinturón en la mano y la retuvo en el lugar durante un tiempo prolongado, episodio a raíz del cual la mujer sufrió una lesión en un tobillo.
Siempre según la fiscalía, durante el verano de ese mismo año, el acusado y su pareja se encontraban en Mar del Plata a bordo de un auto manejado por Carias, quien en un momento aceleró a toda marcha mientras decía: "Te voy a matar en el acantilado y nadie te va a encontrar". La mujer se asustó e intentó abrir la puerta para escaparse, lo que derivó en que finalmente el hombre detuviera el vehículo, agrega la acusación.
Para el representante del MPF, aquellos no fueron episodios aislados, ya que, en agosto de 2014, en la provincia de Santiago del Estero, Carias tomó del cuello a la mujer y comenzó a ahorcarla, tras lo cual la encerró en un baño cuando ella quiso pedir ayuda y luego la zamarreó y le colocó un puño en su boca para que no gritara.
El fiscal relacionó la situación vivida por la expareja de Carias con dos secuencias en las cuales fueron víctimas, por un lado, una exempleada de la mujer y, por el otro, su padre.
Con respecto a la primera, consideró probado que el imputado le profirió una serie de amenazas a la mujer que se desempeñaba como empleada doméstica del lugar donde vivía su exmujer, entre junio y agosto de 2016, ya que la llamó en reiteradas ocasiones y le dijo que, si volvía a trabajar con su ex, "la mataría".
Además, publicó en redes sociales una serie de mensajes donde la acusaba de "ladrona" y la señalaba como la responsable de su separación de pareja, a lo que siguieron llamadas amenazantes, de acuerdo al alegato fiscal.
Sobre las amenazas contra el exsuegro, el fiscal explicó que se dieron en el marco de una orden de restricción que había sido dictada contra Carias por un juez civil, mediante la cual se le ordenó que se abstuviera de mencionar "cuestiones personales relativas a su exesposa y a sus hijas, en cualquier medio de comunicación o red social".
El fiscal relató que, bajo esas circunstancias, y aprovechándose de ser una figura pública, el productor y conductor "inició una campaña de desprestigio y difamación en contra de su exsuegro" con el objetivo de que el hombre interviniera en el conflicto que tenía con su expareja.
En ese marco, según la acusación, "la Tota Santillán" colocó un papel en el parabrisas del auto del padre de su ex que decía: "Atendeme porque si no, no solo te voy a arruinar la vida, sino que te voy a matar".
Por último, Ciruzzi describió un hecho donde el acusado ingresó a la oficina de su por entonces contador y lo amenazó, además de hurtarle el celular.
Durante el juicio, además del fiscal, acusaron a Carias tres querellas: la que representa a la expareja del conductor, que pidió una pena de seis años y seis meses de prisión; la de la empleada, que requirió nueve años, y la del exsuegro, que solicitó tres años de prisión de ejecución condicional.