Mariano Borinsky salió sorteado para integrar la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal que debe resolver si confirma el sobreseimiento de Mauricio Macri en la causa por el espionaje sobre los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarino que se hundió en noviembre de 2017. La designación de Borinsky, uno de los magistrados que frecuentaba al expresidente en Olivos, despertó rápidamente la polémica –sobre todo después del sorpresivo apartamiento de su colega Alejandro Slokar de la causa–. La querella que encabeza Valeria Carreras le anticipó a Página/12 que va recusar a Borinsky. “Es innegable la falta de imparcialidad”, sostiene la abogada.
Después de varios meses de letargo, la causa del espionaje sobre las familias del ARA San Juan empezó a moverse. El miércoles se conoció que Guillermo Yacobucci, Ángela Ledesma y Daniel Petrone habían corrido a Slokar del expediente. El pedido de apartar al juez fue hecho por el mismísimo Macri y por su amigo Gustavo Arribas, el exdirector general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
Para lograr la separación de Slokar de la causa –además, de decir que era integrante de Justicia Legítima y crítico del accionar de la AFI macrista– tuvieron que recurrir a Marcelo Sebastián D’Alessio: dijeron que, como Slokar estaba apartado del expediente que investigó las andanzas del falso abogado, también debía ser apartado de la causa del ARA San Juan, que había sido declarada conexa al D’Alessiogate.
Hasta que le tocó intervenir a Slokar nadie había recordado la conexidad con la causa D’Alessio. Antes habían intervenido dos jueces que estaban apartados en ese expediente –Petrone y Carlos Mahiques–. Ninguna defensa lo advirtió curiosamente. “La conexidad con el caso D’Alessio solo se le aplica a Slokar”, dicen con sorna en los tribunales de Comodoro Py.
Este viernes, se sorteó qué otro juez deberá tomar el lugar de Slokar. El afortunado fue Borinsky, confirmaron fuentes judiciales. Borinsky ya tuvo intervención en el expediente: fue uno de los jueces a quienes convocaron para tratar las recusaciones contra Mahiques –presentada por la querella– y contra Ángela Ledesma –presentada por el exdirector de Reunión de la AFI Eduardo Winkler–.
En esa oportunidad, Carreras ya lo había recusado a Borinsky, a quien describió como el “compañero de pádel” de Macri o como un “visitante asiduo” a la Quinta de Olivos –donde se registraron más de quince ingresos–. La abogada también dijo que entre el camarista y el expresidente había una “amistad deportiva”, sobre todo después de que el mismo Macri reconociera en una entrevista en TN que jugaba al tenis con el camarista.
La abogada ya adelantó que planteará una nueva recusación de Borinsky tan pronto le notifiquen su designación. “Estimamos que tendrá acogida favorable, justamente en base al criterio de la Cámara Federal de Casación Penal para apartar al juez Slokar. Los antecedentes judiciales y las escandalosas visitas a Olivos de público y notorio conocimiento son muestra de la falta de imparcialidad de Borinsky”, dijo Carreras.
Todo indica que las definiciones en la causa se seguirán demorando. Casación debe revisar el fallo que la Cámara Federal porteña dictó el 15 de julio pasado, hace casi once meses. En ese momento, los camaristas Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia sobreseyeron a Macri y al resto de los imputados al decir que efectivamente la AFI hizo tareas de inteligencia sin orden judicial pero que éstas estaban justificadas porque estaban en riesgo la seguridad interior y la seguridad del entonces presidente.
Antes de que Casación forzara el pase a los tribunales de Comodoro Py, el juez federal Martín Bava, desde el juzgado de Dolores, había reconstruido que la AFI –desde su delegación Mar del Plata– espió a los familiares desde diciembre de 2017 hasta que apareció el submarino –en noviembre de 2018–. Según el magistrado, el objetivo de los espías era anticiparle a Macri cuáles serían los reclamos de las familias en un tema que atraía el interés nacional e internacional.
En diciembre de 2021, el juez Bava procesó al expresidente Macri. Veinte días después, la Cámara de Casación le sacó al magistrado todas las causas de espionaje que tramitaban en Dolores --la del ARA San Juan, la de D'Alessio y la de las bases AMBA--. Todas quedaron empantanadas después de la mudanza hacia los tribunales de Retiro. La semana pasada, se conoció que el juez Julián Ercolini --a cargo de los tres expedientes-- le dictó una falta de mérito al fiscal Carlos Stornelli por sus andanzas con D'Alessio e incluso sostuvo que no pudo acreditarse que el falso abogado fuera un espía.