El Círculo está radiante y tiene explicación. Por un lado, gracias al trabajo de la comisión directiva que preside Guido Martínez Carbonell; por el otro y ligado a esta tarea, merced al subsidio recibido de Nación, mediante el cual se implementaron refacciones y mejoras: restauración del arco proscenio del escenario; ampliación del foso de orquesta; y agregado de un espacio anexo al Museo de Arte Sacro Barnes, que estará dedicado a la historia de la sala teatral. Todo solventado a partir del subsidio recibido por el Ministerio de Cultura de la Nación.
Por tal motivo, el sábado pasado la tradicional sala de la ciudad recibió la visita del Ministro de Cultura de Nación, Tristán Bauer, quien junto a la vicegobernadora de la provincia de Santa Fe, Alejandra Rodenas, recorrieron las instalaciones del teatro acompañados por integrantes de la comisión directiva del teatro El Círculo y profesionales y los precandidatos a gobernador e intendente, Marcos Cleri y Roberto Sukerman, respectivamente. “Este trabajo que venimos desarrollando desde el Ministerio de Cultura, destinado al cuidado, protección y puesta en valor de nuestro patrimonio, nos parece importantísimo. Lo hemos hecho desde el momento que asumimos. De hecho, este programa que hemos diseñado no existía en el Ministerio, y atiende a salas y espacios culturales como éste. El Círculo tiene una particularidad; la historia, las tradiciones, la función social y su belleza arquitectónica, le dan características únicas”, refirió Bauer a Rosario/12.
“Hemos hecho una inversión de 27 millones de pesos para ampliar el foso, para que la orquesta pueda trabajar con mayor cantidad de músicos y de esta manera ampliar el repertorio. Hemos trabajado para el proyecto del museo, donde se va a contar la historia de este lugar, que nace hace tantos años y de la mano, fundamentalmente, de los inmigrantes y sus tradiciones musicales, que luego se fueron diversificando en distintas expresiones culturales y artísticas. Esa historia debe ser contada. Para mí es una felicidad encontrar un equipo como el que lleva adelante este teatro; este encuentro y trabajo en conjunto es una verdadera celebración de la cultura”, señaló el ministro.
Por su parte, Amadeo Lombardi, vicepresidente de la Comisión Directiva, en diálogo con este diario, destacó que “la mejora del foso –ahora situado por debajo del proscenio– permite una mayor comodidad y mayor cantidad de músicos, para una oferta de repertorio más amplia; además, el subsidio permitió el embellecimiento por restauración del proscenio, una de las partes fundamentales de todo teatro; y el museo añade otra actividad a este círculo que, más allá de ser un teatro lírico y ofrecer música sinfónica, ballet y espectáculos populares, también ofrece distintas posibilidades de la cultura; todo lo que enriquezca la cultura de la comunidad es bienvenido. Por todo esto, nuestro agradecimiento por el valiosísimo aporte que se ha hecho”.
Tres de los integrantes del equipo de restauración –Pablo Valdano, Alejandro Guaragna y Sergio Mateini, con la vista puesta en la cúpula interna, iluminada y preciosa– compartieron sus impresiones con Rosario/12: “Nos ocupamos del anillo perimetral, el plafón central y la pintura mural de (Giuseppe) Carmignani. Hay moldería volumétrica y pintura. Y nos permitió continuidad con el trabajo que habíamos hecho en el arco del proscenio, hace dos años, que también se restauró. Requería una limpieza y la recuperación de esa línea no se había tocado nunca”.
Los tres son egresados de la Escuela de Bellas Artes (UNR) e integran una cooperativa de trabajo dedicada a la conservación y restauración. “Nos hemos formado tanto en Rosario como en Buenos Aires, allí junto a Cristina Lanzellotti, quien estuvo encargada de la restauración de la sala en 2004, cuando se hizo el Congreso de la Lengua. El Círculo es uno de los lugares preferidos donde trabajar, porque podemos aplicar todos los soportes: madera, mármol, pintura, mural. Venimos de una formación netamente artística, todos somos pintores, dibujantes, escultores; y aplicar esa formación en la restauración tiene su condimento interesante. Nuestro criterio es el de la conservación del objeto, respetando su historia. Con la pintura mural hubo un trabajo complejo, porque hubo que homogeneizar lo original con lo que estaba deteriorado, y las intervenciones fueron hechas a partir de la lectura de quien hizo la pintura, sin alterar lo que pensamos como original”, comentaron.
Al momento de visitar el anexo del museo, espacios situados en las denominadas “catacumbas”, Irma Cardonnet y Silvina Scouzier, integrantes de la Comisión Directiva, explicaron al cronista que el nuevo lugar estará dedicado a “ilustrar la historia del teatro y la ciudad, donde poder mostrar las riquezas que el teatro tiene guardadas, referida a cantantes, músicos, obras, así como todo lo relativo a la vida social; todo organizado a partir de un guion, diseñado por profesionales. Es un gran esfuerzo por parte de todos los miembros de la Comisión Directiva, pero especialmente de su presidente, Guido Martínez Carbonell, de una mirada muy amplia y completa sobre lo que hay que hacer”.
En este sentido, la museóloga Margarita Manavella expresó que “acá siempre está lleno de proyectos, y sobre todo en lo referido al cuidado del patrimonio. El teatro es un viejito de más de cien años, cuando se termina de reparar una cosa se descompone otra; así que haber recibido esta ayuda es fantástico. Las visitas guiadas, en las cuales participo, son muy importantes, porque permiten que al teatro lo conozcan de todas partes de la provincia”.
Por su parte, la arquitecta Guillermina Sivack, añadía: “Esto es algo que Margarita viene soñando desde hace muchísimo tiempo; ella conoce la cocina del teatro, cómo funcionaba, y esto era algo que debía verse. Comúnmente se dice que nadie ama lo que no conoce, por eso, abrir el teatro y convertirlo en museo da una entidad distinta. De alguna manera, la ciudad se olvidó de retribuir su cariño al teatro, pero la única forma de lograrlo es a través del conocimiento. Es maravillosa una génesis así, porque es desde el amor”.