“Todos los equipos de fútbol que llevan en su nombre la palabra Central tienen que ver con el ferrocarril”, cuenta el periodista Alejandro Fabbri, durante la presentación de su libro El Nacimiento de una Pasión - Historia de los clubes de fútbol (editorial Clave intelectual). Fue durante su diálogo con el historiador Felipe Pigna en la Librería del Fondo, en el barrio de Palermo. Este libro es una nueva edición ampliada respecto de la del 2016, que a su vez se amplió a la original, que data de 2006. Y ejemplifica Fabbri: “Central Norte de Tucumán y todos los Talleres -el de Córdoba, el de Escalada, el de Perico en Jujuy- también tienen que ver con los trenes”.
El texto forma parte de ese lote de libros que describen con buena documentación cómo fueron los orígenes de nuestro fútbol. En este sentido, otros títulos a recomendar son Historia social del Fútbol - del amateurismo a la profesionalización (Julio Frydenberg), Héroes de tiento y Héroes en tiempos infames - Historias del fútbol argentino 1930-1940 (ambos de Carlos Aira) e Historia del fútbol amateur en la Argentina (de Jorge Iwanczuk).
“Algunos clubes pagaban sueldos, aunque bajos. Desde siempre, la gente que tenía dinero se interesó por el fútbol. De hecho, uno de los parientes de (el ex ministro de Economía en la dictadura) José Alfredo Martínez de Hoz fue presidente de la AFA. Lo que demuestra que el fútbol interesaba”, recordó Fabbri, a lo que Pigna agregó el nombre del ex presidente Marcelo Torcuato de Alvear (1922-1928). “Para los que creen que el fútbol y la política no tienen nada que ver”, sintetizó Fabri, quien ya tiene una importante autoría de libros: Historias Negras del Fútbol Argentino, Nuevas Historias Negras del Fútbol Argentino, El Nacimiento de una Pasión Continental, Historias Secretas de los Mundiales y Clásicos. Además, junto a Juan José Panno publicó Juegos de Fútbol y Los juegos del Fútbol.
Fabbri y Pigna conformaron una dupla informativa al momento de unir dos pasiones: el fútbol y la historia. Pasaron de los 13 mil muertos por la epidemia de fiebre amarilla en 1871 a los orígenes futbolísticos en Argentina. “Alexander Watson Hutton, maestro escocés que llega a Buenos Aires con tres pelotas desinfladas, tuvo problemas para entrarlas al país. Hasta que se hace entender”, sonríe Fabbri antes de contar que “los equipos de esos años son de origen escocés e inglés”. “Hay que decir que a la vez aparecían muchos equipos en la provincia de Santa Fe”, acota Pigna. “Y que a los equipos ingleses y escoceses se les suman luego los italianos y españoles”, continúa Fabbri.
Se recordaron detalles que aparecen en el libro de Fabbri, como la creación de Estudiantes de Buenos Aires como equipo de fútbol de los estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires: “Es uno de los primeros clubes que no tiene origen inglés”, acotó Fabbri, quien diferenció entre las costumbres de clubes de origen inglés y los argentinos: “Los de Argentino de Quilmes le daban mate a su gente. Los de Quilmes, con origen inglés, les daban té”.
Fabbri y Pigna coincidieron al señalar la falta de actas de fundación de clubes. “Por lo tanto, no se puede saber la fecha exacta en que se fundaron”, dijo Fabbri; “da para muchas leyendas”, completó Pigna. “Colegiales, por ejemplo, fue fundado como Libertarios Unidos por chicos anarquistas. Nada que ver con este papelón (en alusión a Javier) de Milei. Nació en Nuñez, muy cerca de la cancha de Platense, donde llegaba el Río de la Plata, que era una zona inundable”.
Se hizo referencia a las constantes mudanzas de los clubes en sus primeros tiempos. “Muchos tenían que dejar su lugar porque se abrían calles que pasaban por el terreno donde jugaban. Atlanta jugó en el Parque Chacabuco, por ejemplo. En pleno parque. Cuando consiguió un terreno en Villa Crespo, en la zona estaba Chacarita. Ahí se arma el clásico”. En ese sentido de pertenencia barrial es que Fabbri y Pigna rememoraron la rivalidad entre los rosarinos, sobre todo Central y Newell’s. “La mayor rivalidad es entre Newell's y Central, única en Argentina. Pero en Rosario había otros equipos: Central Córdoba, Argentino de Rosario, Provincial de Rosario. Pero siempre había pica entre los de Central y los de Newell’s. En Rosario se desarrollaba un fútbol más parecido a lo que se conoce como de gambeta. Junto con los de Buenos Aires, los rosarinos se diferenciaban del resto del país”.
Los nombres de los equipos fue otro de los temas tratados. “Llegaba el torbellino de equipos de barrio”, definió Fabbri antes de recordar a “Enigma de Plaza Los Andes, Deportivo Ben Hur, que se llamó así porque a sus creadores les había gustado la película. ¡Había nombres increíbles! Ciencia y sudor. Fuerza y nobleza”. “En esos años -indicó Fabbri- no se armaban clubes sino equipos a los que se les ponía un nombre, después se compraba una pelota. El fútbol era un deporte muy caro, pensado para la comunidad británica”.
La charla resultó apenas el inicio de un camino que se continúa con la lectura de El nacimiento de una pasión. Poco antes de terminar, el autor dejó con ganas de más cuando tras contar cómo fueron los orígenes de los apodos de Banfield (El taladro) y Platense (Calamares). Tanto Banfield como Platense tienen, en palabras de Fabbri, “un origen emocionante”, que luego detallaría.
También hubo sobre Boca y River. De Boca, por ejemplo, se habló del por qué del color azul y amarillo; de River hubo referencias al recordar su apodo de Los darseneros, de los tiempos en que estaba en el barrio de La Boca. “Cuando sus canchas se inundaron tuvieron que irse a Wilde (Boca) y Sarandí (River). Los de Boca vuelven al barrio porque los tanos amenazan a los fundadores con que si se quedan en Wilde se van a otro club. Los fundadores de Boca son todos genoveses que hablaban xeneize, el dialecto genovés, humildes, que vivían en conventillos. En River había judíos, franceses y españoles entre sus fundadores. Con River hay una historia vinculada a la masonería. No se sabe si la camiseta lleva la raya cruzada por la masonería. Arranca con esa camiseta y no la usa más hasta el 31, cuando asume (Antonio Vespucio Liberti). Roja, blanca y negra es la camiseta entre 1907 y 1931”.
Las ayudas económicas por parte de políticos también fueron tema. Por ejemplo, las del gobierno peronista a Racing y Huracán o los préstamos del General Agustín Justo en la llamada Década Infame a Boca y River para que levanten sus canchas. “Boca y River nombraron al presidente (Justo) socio honorario al mismo tiempo”.
“Está buenísimo el libro, como material de consulta, con estadísticas. Muy recomendado”, cerró Pigna. Con toda la razón.