La Liga Profesional dejó en blanco el domingo 11 porque el Chiqui Tapia suponía que la Selección juvenil Argentina iba a estar en La Plata, en la final con récords de audiencia en la tele. Pero esta jugada no le salió bien; no contaba con Nigeria, que en los octavos de final dejó en el camino a los pibes de Javier Mascherano y les marcó el “game over”.
Esta vez los cruces no fueron tan benévolos para Argentina como en el Mundial de Qatar. Si le salió bien a Uruguay que, pese a terminar segundo en su grupo, tuvo un itinerario accesible (1-0 a Gambia, 2-0 a Estados Unidos y 1-0 a Israel) para llegar a la final con los italianos. Entre los espectadores más interesados por la final del Sub 20 hay que ubicar en primera fila a Marcelo Bielsa, el entrenador de la Selección mayor de los celestes.
Por supuesto, el Loco viene siguiendo desde antes de asumir a estos pibes. Y a siete de ellos los convocó para los amistosos que disputarán contra Nicaragua y Cuba dentro de pocos días, el 14 y el 20 de junio: Randall Rodríguez, Sebastián Boselli, Facundo González, Mateo Ponte, Fabricio Díaz, Luciano Rodríguez y Anderson Duarte.
Uno de los Rodríguez, el arquero, Randall, de Peñarol, trabajó poco y mantuvo el arco en cero por sexta vez en el campeonato. El otro, Luciano, fue el autor del gol que valió un título con un cabezazo preciso, en una jugada de pin ball en el área de los rústicos defensores italianos.
El Rodríguez delantero es una de las joyas de este equipo. En diciembre pasado fue transferido de Progreso a Liverpool, el de Uruguay. Es hábil, guapo, encarador. A nadie le sorprendería si un día de estos lo llaman del Liverpool, que se pronuncia como esdrújula y no aguda. Otro que la rompió fue el número 5, Fabrizio Díaz. Manejó el equipo desde la mitad de la cancha, como director de orquesta, y puso un par de pases punzantes como dagas.
Cuenta le leyenda que el botija desfachatado, en su primer entrenamiento con los mayores en el Liverpool, se puso a darle indicaciones a todos sus compañeros sobre donde pararse. En la lista de los destacados hay que anotar a los centrales, Sebastián Boselli (pretendido por el River Plate argentino), y Facundo González, que juega en la filial de Valencia.
El equipo dirigido por Broli tiene algo de los libros de Bielsa: se sienten bien con la pelota, intenta precisión en velocidad y es directo. Con esas armas mantuvo una clara superioridad sobre los italianos, en el imposible césped del estadio de La Plata.
Los más de 30 mil uruguayos presentes hinchas/turistas de esos que alientan con intervalos, celebraron largamente la pitada final de un mal árbitro sueco, en un partido en el que uno quiso que pasara el tiempo, y otro que tenía el gol entre ceja y ceja y que ahora quiere que el tiempo de la gloria no se detenga nunca.
Dentro de unos días, los uruguayos que lo vieron por TV van a tener la chance de ir al Centenario en el amistoso contra Nicaragua. Y ahí tendrán un doble motivo para el festejo. La presentación de Marcelo Bielsa como entrenador, y el homenaje a los pibes que consiguieron el Mundial Sub 20 y que revive recuerdos guardados en el fondo de los tiempos.
"Que vamo' a salir campeones otra vez, como la primera vez", cantaban los hinchas. Eso fue en 1930. Y la última vez fue en el '50, hace 73 años. Después de tanto tiempo se ganaron el derecho a la fiesta grande que lograron los pibes. Salute Uruguay, que no ni no.