¿Cómo nos nombran? Cuando se hace referencia a nuestra ancestralidad, nuestra cultura, nuestra piel o a la pobreza. Negrx, de piel, de alma, de cabeza son algunos de los modismos con los cuales nos enfrentamos a la hora en que lxs “blancxs” se refieren a nosotrxs, lxs que tenemos más melanina en la piel, lxs descendientes de aquellos que fueron traídxs como esclavizadxs, aquellxs que sufrieron y sufrimos el racismo, la discriminación y la xenofobia por no tener el privilegio de ser “blanquitxs.”
La blanquitud no se cuestiona, es la marca y el marco de la hegemonía, del poder, ella legitima y da voz. La blanquitud se ofende cuando nos referimos a lxs “blanquitos”, “carne de pollo” o “cara pálida”. La blanquitud es la medida demarcatoria de la inclusión y la exclusión.
Por ello reflexionar, denunciar y problematizar los diferentes modos de representación discriminatorios en torno a cómo son representadxs lxs afrodescendientes, afroargentinxs y africanxs, llamados “negros y negras” en nuestros colectivos y sobre todo en los medios de comunicación, este es el objetivo de esta sección que inaugura el Soy: “La cuestión negra”.
La historiografía argentina sistemáticamente nos ha negado, pero hoy varios medios de comunicación nos comienzan a visibilizar, la pregunta es cómo. Buscamos dar cuenta de las presencias y ausencias, las modalidades de representación, estigmatización, clasismo y racismo para quienes hemos participado en la construcción de la patria, desde las luchas independentistas y aún hoy seguimos aportando a la cultura, la identidad y en la lucha contra el racismo, la xenofobia y la homolesbotransfobia.
Nos proponemos reflexionar y explicitar los criterios de visibilización y de clasificación social del cómo nos representan, sobre todo en las asociaciones fijas impuestas entre pobreza, marginalidad, estigmatización y “negritud”. Al respecto, Frantz Fanon, pone de relieve los diferentes posicionamientos que enmarcan los sentires de la comunidad afrodescendiente “negra” respecto de cómo somos vistos o enunciados. La subalternidad en nuestro país configura un orden respecto de la desigualdad y la diferencia, donde lo “blanco” representa el bien, lo lindo, lo rico y la luz mientras que bajo la categorización de lo “negro” se engloban las representaciones de lo negativo. Estas no operan en soledad, sino que ponen en circulación un conjunto de sentidos que funcionan en cada sociedad construyendo un otrx, que en el contexto argentino funcionan en detrimento específico de la población afro y pobre. Los medios de comunicación utilizan el concepto “negro” de manera peyorativa para dar cuenta de lo ilegal, pobre y excluido. Se refuerzan sentidos vinculados a mecanismos de enunciación imbricados con el lugar de subalternidad, en donde se ubica al “negrx” como producto de los procesos de colonización y racismo.
En el artículo “Negro: un color del amor” (¿creí que no tenía color el amor? jajaja) se utiliza el juego de palabras para aludir tanto a la condición étnico racial de un niñx nacido en Haití que es amado por sus madres blancas. Haití es el primer país que generó la revolución antiesclavista más importante en las Américas y que abolió por primera vez la esclavitud; pero la semana pasada su “elite gubernamental” aprobó en el Senado, según reporta la Agencia EFE: “una ley que penaliza el matrimonio entre personas de mismo sexo, aunque la legislación local nunca ha reconocido uniones entre homosexuales. La iniciativa para penalizar el matrimonio homosexual logró 14 votos a favor, uno en contra y una abstención, y ahora pasará a la Cámara de Diputados. La ley será igual para nacionales haitianos y para extranjeros, según Cantave, quien critica abiertamente a la comunidad LGBTI en Haití, a la que ha llegado a culpar de ‘todo lo malo’ que ocurre en la nación caribeña. Los infractores de las disposiciones podrían ser llevados a prisión y condenados a una multa de casi 8 mil dólares. El proyecto empezó a debatirse a mediados del mes pasado después de que el Senado adoptara una resolución para denegar a los miembros de esa comunidad el ‘certificado de buena vida’, un documento necesario para hacer cualquier gestión en el país, desde obtener un trabajo, hasta viajar.”
“Ser negrx” no exime de ser homofóbicx y machista, por eso trabajamos dentro de la comunidad afro para combatir estos modos de discriminación. Pero volviendo a Haití, es impensable que un país que permite realizar la adopción internacional a muchísimas mujeres blancas, muchas de ellas solas o lesbianas, se plantee un retroceso tan trascendental. Existiendo tantas prioridades en la reconstrucción de un país arrasado por la pobreza y los desastres naturales, la casta política encuentra en la homofobia un chivo expiatorio. De aprobarse dicha ley, muchas mujeres además de tener que ocultar su orientación sexual para poder acceder a ese deseo de maternidad, también correrán el riesgo de ser encarceladas. ¿Cómo impactará en las personas que hoy están en la búsqueda de sus hijxs en Haití? ¿Triunfará el amor o la homolesbotranasfobia?
Teniendo como marco el Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024), proclamado por la ONU, con el cual la comunidad internacional reconoce que lxs afrodescendientes representan un grupo cuyos derechos humanos deben promoverse y protegerse, te invitamos a vos y al Estado Argentino a profundizar esta línea de acción. Promoviendo el respeto desde el lenguaje al enunciar a la comunidad afrodescendiente de la Argentina, asumiendo un compromiso contra el racismo, la discriminación, la negación de la comunidad afro en la Argentina y a romper con los estereotipos en torno a la comunidad afro.
* El autor integra la Agrupación Afro Xango.