Dice que en Tribunales tenía su despacho, la jubilación en el horizonte y, luego, dedicarse a escribir. Pero asumió el lugar ofrecido por jefes territoriales y sindicales del justicialismo y para ella fue retomar el camino que había dejado en los '80 para refugiarse -lo define así- en una carrera donde forjó un nombre como jueza que hoy lo lleva hasta en el eslogan de campaña. Alejandra Rodenas reconoce esos liderazgos y se involucra en lo que le piden: presentar batalla ante el modelo macrista y construir hasta que el peronismo recupere el gobierno provincial en 2019. Se diferencia de su competidor, Agustín Rossi, porque ella representa "una verdadera construcción colectiva" que deja de lado eso de que "estás conmigo o no existís". No obstante, aclara, "el límite es Macri".
En la recta final de la campaña por las primarias, la cabeza de lista del Nuevo Espacio Santafesino se declaró "feliz y preocupada". Lo primero, porque confirmó que la decisión de renunciar a la carrera judicial y asumir la candidatura a diputada nacional fue la correcta. "Estoy donde tengo que estar, transitando un camino que dejé en suspenso después de la militancia universitaria y cuando realmente sentía que me iba a dedicar a la política y la aparición del menemismo me desalentó", dijo a Rosario/12. Manifestó preocupación por el panorama que impone la era Macri y por "cierto desgaste del socialismo" en la provincia.
Consideró que "el poder político llegó tarde a la desarticulación del conflicto narco criminal. Había señales que se podían haber atendido antes y nos pusieron frente a una escenario consumado que rompió la vida social en los barrios". En este tema opina con naturalidad: "La narcoviolencia trasciende la venta de drogas y los soldaditos, genera economías delictivas, vendettas, tantas víctimas que la fisonomía de la ciudad se desfiguró y será muy difícil recuperarla. Me encanta la la ciudad mirando al río, pero hay otra Rosario que duele.
--Cómo jueza tenía la última palabra en el fallo, como diputada tendrá que construir consenso todo el tiempo...
--Sí, tenía la palabra de clausura, pero también incluso como jueza están las instancias de mediaciones. El trabajo docente ejercita a escuchar, revisar y corregir. Soy una mujer de diálogo y de escucha.
--¿Cómo hace pie fuera de donde se conoce su trayectoria judicial?
--Lo bueno fue la construcción territorial, los senadores, intendentes y presidentes comunales, las entidades sindicales, fueron decisivos, tienen una visión de provincia y articulación entre norte y sur que no la quieren perder. Eso facilitó mucho la llegada y fui recibida con muchísima generosidad por dirigentes que hace años que gestionan. Y el hilo del reclamo pasa por el atraso de la obras que no llegan, por las derrotas. Hay un pedido a gritos de volver a gobernar la provincia. El partido estaba cerrado, la normalización no es casual. Esta construcción plural le hace honor a nuestra histórica voluntad de poder.
--Pero en el kirchnerismo no la ven así.
--Hay muchos más kirchneristas de lo que creés en el NES. No cuestionamientos a las políticas públicas de los últimos diez años, al contrario, la crítica es a la construcción política para Santa Fe, que las listas se armaban en Buenos Aires, que venían formateadas, que acá no se sentían representados. Lo ideológico está sólido, el adversario es claro: Macri. Lo que se plantea es que hubo un quiebre en los últimos años y desde Buenos Aires se olvidaron de que estábamos acá. Y ellos en el territorio lo sintieron. También es una señal para mí: que no se me ocurra hacerme la linda y venir como la salvadora. No va a pasar. Yo tenía todo: un despacho, en cuatro años me podía jubilar y me ponía a escribir, que es lo que más me gustaba, pero si me largué a esta construcción colectiva es porque creo que realmente sirve y puede poner al peronismo de pie.
--¿Por qué votar a Rodenas?
--El espacio que represento es una verdadera construcción colectiva que reconoce y respeta los liderazgos territoriales. Se planta como nueva alternativa de poner al PJ de pie en vistas al 2019 también.
--¿Pero sin un liderazgo claro, algo indispensable para el peronismo?
--Está acostumbrado a liderazgos unipersonales, pero el momento es transicional donde tiene que haber un liderazgo colectivo.
--Se supone que tiene proyecto para 2019.
--Estaré donde este proyecto necesite que esté. Hoy por hoy, esa futurología no tiene sentido responderla ahora. Hay que ver qué nos pasa el 13 de agosto y qué en octubre.