Según datos arrojados por la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales 2023el 91% de la población argentina mira televisión de aire o cable y lo hace a través del televisor en un 90%. El 77% mira programas de televisión en el mismo momento en que son emitidos, siendo los informativos (70%) y los programas de deportes (62%) los más vistos. Estos datos sobre el consumo y formas de ver televisión reafirman el lugar predominante que sigue teniendo la televisión en la actualidad, y por ello resulta indispensable problematizar a este medio, que en pleno siglo XXI, continua en el centro de la escena.

En su libro sobre los orígenes de la televisión en Argentina Mirta Varela menciona que tres décadas antes de las primeras transmisiones regulares en 1951, la televisión ya era motivo de preocupación entre los radioaficionados. Ha transcurrido más de un siglo de estas primeras preocupaciones, más de 70 años desde la primera emisión regular y más de 60 desde que la televisión se convirtió en un medio de masas. En todos estos años, por supuesto, que se han modificado aspectos tecnológicos, de consumo, estéticos, económicos, legislativos, y de contenido en la televisión, no obstante, también muchas cuestiones estructurales de la televisión se han mantenido y solo se han transformado en una primera capa, más superficial y edulcorada. De allí la importancia de la mirada histórica para evitar una perspectiva tecnologicista que aplauda como novedoso, viejas prácticas en nuevos contextos.

La década de los `90 es un momento bisagra tanto en la televisión como en los estudios sobre ésta. Se podría sintetizar de la siguiente manera: en el momento en que la televisión está más concentrada en términos económicos, las perspectivas de análisis que predominan tiene un tono más celebratorio. Muchas de las tendencias que se acentuaron durante este período, permanecen modificadas en la actualidad: de los bloopers a los realities show, continúa la puesta en escena de desconocidxs en la pantalla; de la autoreferencialidad televisiva a la televisión panelística que habla de sí misma; de auge del cable al predominio de la televisión por cable; del zapping al on demand; de los estudios de mercado sobre consumo al algoritmo; de la concentración a la concentración; de la participación analógica de las audiencias a la digital. No queremos simplificar con esto los cambios, tensiones y desplazamiento que se han producido en el medio, no obstante, podemos encontrar que muchas de las características dominantes de la televisión continúan hoy en el centro de la escena.

Ha transcurrido ya más de tres décadas desde los ´90, y la televisión- retomando los datos de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales- continúa siendo vista por el 91% de la población argentina, aunque en la última década ha descendido un 6% el consumo de televisión por aire o cable y lxs jóvenes entre 18 y 29 años son quienes menos televisión ven (el porcentaje es igualmente alto, 84%).

Estos datos nos permiten situar las discusiones y proyecciones sobre el futuro de la televisión, ¿cuántas veces hemos escuchado que ya no se ve televisión? ¿está entrando la televisión en una nueva fase? Nuevos términos surgen para comprender el actual sistema híbrido de medios, la tensión entre medios broadcasting y sistemas post broadcasting. El desplazamiento hacia otras formas de consumo a partir de las múltiples pantallas, la convergencia de medios, la second screen, los servicios de streaming y el consumo on demand amplían los campos semánticos de los conceptos, lo audiovisual comienza a ganar terreno y la televisión resiste y permanece en era de la multipantalla.

* Investigadora del CONICET, docente UBA