El delantero Ramón “Wanchope” Abila volvió a entrenarse ayer con Huracán, club en el que jugará los próximos cuatro meses para luego irse a Boca, que compró la mitad de su pase, y donde mantiene la ilusión de jugar con Carlos Tevez. “Sería un sueño”, afirmó el jugador.
Wanchope trabajó en forma diferenciada, primero solitariamente alrededor de una de las canchas del predio Jorge Newbery, La Quemita, y luego se prendió en una sesión de penales. “Huracán siempre tuvo la prioridad y espero llegar a la primera fecha”, sostuvo tras el entrenamiento el cordobés, quien firmó contrato con Boca, que le compró el 50 por ciento del pase a Cruzeiro (a cambio de 1,6 millones de dólares) y lo cedió a préstamo a Huracán hasta fin de año.
Por su parte, el entrenador Gustavo Alfaro celebró que vayan llegando jugadores al Globo para “armar un plantel que pueda en un futuro cercano pelear cosas importantes como lo tuvo en un pasado no muy lejano”, y agregó al respecto: “me da tranquilidad y llama a la ilusión”.
Alfaro se presentó en la sala de conferencia de prensa junto al arquero Marcos Díaz, quien seguirá en el club. “Que Marcos se quede es una garantía de tranquilidad”, apuntó el DT. Y el arquero, devolvió la gentileza: “Alfaro tuvo mucho que ver en mi decisión, y no quise esperar más ofertas”, comentó a propósito del deseo de irse que había manifestado días atrás.