Lxs Safinas es un Espacio Lésbico Feminista que nació en el Encuentro de Mujeres de 2003 en la Ciudad de Rosario (Argentina) y se sostuvo en el tiempo repensándose y creando espacios de contención y debate. Trabajan por la visibilidad de las lesbianas, una vida libre de violencias y por el derecho a decidir en todos los aspectos. Este año cumplen dos décadas de existencia y están organizando una serie de actividades para celebrarlo: del 18 al 20 de junio será el III Encuentro de identidades lésbicas en ocasión del 19J (Día de la poesía lésbica, en homenaje a Macky Corbalán). Las actividades son variopintas: poesía a fuego lento, muestra de fotos, milonga diversx, fiesta, fútbol, mesa redonda sobre el caso Lucio Dupuy, entre otras. Para ver el cronograma completo de actividades pueden consultar el IG @safinasrosario

Eugenia Sarrías, referenta de la organización, conversó con SOY acerca del encuentro, pero sobre todo de lxs Safinas.

Veinte años para cualquier organización social es muchísimo tiempo. ¿Cómo sobreviven Lxs Safinas a lo largo de este tiempo?

--Creo que la estrategia más grande es construir desde lo afectivo. No solamente de la búsqueda de la respuesta hacia afuera, sino también de la construcción de vínculos entre nosotras, internos. Es tan importante lo que sucede dentro de la organización como lo que que pasa afuera. Trabajamos a partir de los procesos internos subjetivos de cada una de las personas que estamos siendo parte de la organización, lo que nos pasa es tan importante como los procesos políticos y sociales que estemos generando. También ha sido aprender a acompañarnos y a sostenernos. Estamos viviendo un momento en que la cotidianidad de las personas que rompemos con el paradigma heterocisbinario nos está siendo cruenta. A su vez, darle espacio al encuentro, a la palabra y al disfrute es tan importante como producir cambios para el afuera.

¿Cómo toman las decisiones?

--Las decisiones tienen que ser colectivas. De otro modo, no se sostiene. Nosotras consideramos que es fundamental generar institucionalidad. Para que aquello que conquistemos nos trascienda, permanezca en el tiempo. Es importante construir espacios visibles, a su vez hacer una política que tenga que ver con el arte, una política no solo discursiva sino que dialogue con la comunidad de una forma amable, amorosa, por eso hacemos murales, obras de teatro, musicales y hoy el Encuentro de poesía lésbica. Creemos que es fundamental la articulación, no hacemos nada solas, soles. La gran mayoría de las batallas que hemos conquistado, las hemos conquistado con otras redes. Por eso somos parte de la articulación feminista Marcos Sur, de la Red de Mujeres del Centro, del Comité Lesbotransfemnista de Rosario, de la Asamblea LGBTI de la provincia de Santa Fe y de la Red Federal Lésbica de Argentina que es de reciente creación (hace 3 meses). Son estos espacios los que nos siguen nutriendo, con los que contamos cuando nos pasa algo.

¿Qué debates se dieron para ir acompañando las transformaciones del lesbianismo y el feminismo?

--Las transformaciones sociales también nos repercuten, no estamos exentas de ser transformadas, no es que innovamos, sino que nos innovan. La incorporación al nombre de la organización de la “x” vino de la mano de las juventudes de Safinas. Fue un debate que lo trajeron e instalaron y también porque la democracia safina lo pudo cobijar. En lo personal, creo que ser lesbiana desde lo político es una identidad no binaria, retomando a Monique Wittig cuando plantea que las lesbianas no somos mujeres. Usar todos los pronombres posibles hace que el lesbianismo sea un espacio amable para todxs. Como organización estamos haciendo una comunidad de identidades lésbicas mediante la bioconstrucción y eso suscitó el debate: ¿Qué entendemos por identidad lésbica? Es una categoría que tiene un montón de vetas y colores y cada une lo habita desde un lugar y diferente y todas son válidas.

¿Cuáles son los sentidos de estar organizadxs hoy como lesbianas?

--Nosotras creemos en el lesbotransfeminismo y no queremos que nos borren, tenemos una especificidad. Las, les, los lesbianas tenemos un aporte histórico hecho al feminismo y la comunidad LGBTI. No estamos de acuerdo en la construcción a partir del borramiento del otro, sino que se trata de ampliar y que todes nos sintamos incluidos en eso que estamos haciendo. En particular nos preocupa la violencia hacia las lesbianas, sobre eso no se habla, pero eso no significa que no ocurra. Nos interesa poner eso en la agenda y que se generen políticas para lesbianas. Creemos en la necesidad de un movimiento de lesbianes que arme esa agenda lésbica y políticas específicas para nosotras. Porque actualmente hay persecución y acoso (policías, vecinos, etc.) en los espacios públicos porque nuestra visibilidad como lesbianas sigue molestando. Falta de acceso a la salud, área en la que no contamos todavía con campos de látex u otros métodos de cuidado que contemplen nuestras prácticas sexuales. También hay violencia mediática hacia las lesbianas; se expresó principalmente ante el caso de Lucio Dupuy, donde fue demonizada nuestra identidad.

¿Cómo y por qué se les ocurrió el III Encuentro de identidades lésbicas?

--En la pandemia habíamos formado un grupo de reorganización emocional donde participaron compañeras de todo el territorio nacional y también de países limítrofes. Allí nos encontramos a través de lecturas, fue en ese espacio que surgió la propuesta de organizar un encuentro de poesía lésbica como un modo de construir una agenda lésbica celebratoria que además fuera ocasión de unión. Reconocer el arte como forma de transformación social y el particular lugar de la poesía en relación a eso. Homenajeamos a Macky Corbalán porque de su obra nos gusta mucho cómo integra la relación con la naturaleza. La gran mayoría de las identidades lésbicas tiene una conexión muy fuerte con la naturaleza, con otras formas de vincularse con todo.

¿Por qué una actividad sobre Lucio Dupuy en el Encuentro?

--Porque van a asistir activistas y organizaciones de lesbianas de todo el país, quisiéramos hacer un diagnóstico de la situación, acerca del silencio en relación al caso de Lucio. ¿Por qué ese silencio? ¿Qué efectos tiene sobre nosotras? ¿Por qué no pudimos poner palabras? Hubo algunas periodistas que sí abordaron el asunto, que pudieron decir algo, pero las activistas no. En lo personal creo que tiene que ver con el nivel de violencia que sentimos.