Una canción, dos referentes, un puñado de grandes músicos y los arreglos adecuados para convertir un juego en un pequeño laboratorio para reversionar hits fueron los elementos básicos para el último gran fenómeno viral que tuvo a la música como protagonista. El hombre destacado es un platense. Su documento dice Santiago Ariel Barrionuevo, pero todos lo conocen por el nombre artístico que se desprende de la banda que lidera desde el año 2003. La banda se llama El Mató a un Policía Motorizado. Asumiendo el rol de frontman, que quizás nunca se desprendió de su estilo de pararse en el escenario y en la vida, Santiago es Santiago Motorizado.
Nació en La Plata en el primer semestre de 1980 y era apenas un adolescente cuando Cristian Castro lanzó su primer disco, “Agua nueva”. Entre un puñado de hits que amenazaban con correr del trono de la canción pop latinoamericana a Luis Miguel, incluía la canción “No podrás”. Escrita por el productor Alejandro Zepeda y el guitarrista Peter Skrabak, aquel tema impactó de lleno en el inconsciente colectivo que acompañó el crecimiento artístico del hijo de la actriz Verónica Castro y trascendió los tiempos y las generaciones para convertirse en un clásico.
Santiago, que no era Motorizado, tenía 12 años recién cumplidos. Todavía faltaba más de un década para que su banda logre trascender las fronteras de la capital provincial para convertirse en un emblema para la producción independiente, una de las novedades musicales más celebradas del submundo indie de la renovación rockera autóctona del siglo XXI y, desde finales de la década anterior, en una banda masiva que ya recorrió escenarios de todo el mundo y el próximo 16 de septiembre actuará por primera vez en el mítica estadio Luna Park.
Luego de grabar y girar con “La Síntesis O’Konnor” (2018), Santiago fue entrevistado por el casanovense Julio Leiva en su programa Caja Negra. Allí, en un fragmento de la charla en la que recorre sus gustos musicales por fuera de los que se referencia tradicionalmente, Motorizado entrega elogios a Alejandro Sanz y, por insistencia del conductor, desemboca en el primer corte de difusión de la carrera de Castro. “Es una supercanción, incluso me copan algunos arreglos porque es algo oscura", dice y agrega: "Era algo super grasa, y lo sigue siendo, pero hay algo que se vuelve kitsch y está bueno verlo en el momento. Hay cosas en la guitarra que está muy relacionado con el heavy metal, que yo relaciono con la producción del pop italiano, tipo Eros Ramazzotti, o con cosas de Alejandro Sanz en los primeros discos de los ochenta”, dice el platense que invita a ver el video original de aquella canción que salió en paralelo con aquel disco del mexicano.
Más de cuatro años después, aquella canción fue interpretada por el cantante en la emisión del programa FA!, que Mex Urtizberea graba en su casa del barrio porteño de Caballito. En medio de una larga mesa integrada por comensales que exponen ideas en torno al mundo de la internet, Motorizado irrumpe en la escena para una interpretación que rápidamente se viralizó a través de todas las plataformas de streaming y se convirtió en tema de conversación para el micromundo melómano argentino. Con más de 30 millones de reporducciones sólo en el recorte original que el canal oficial del programa subió a YouTube, en dos semanas la versión trascendió ese universo y logró colarse en la charla cotidiana de cientos de miles de personas, justo en la previa al lanzamiento de “El Universo”, el disco de cuatro canciones lanzado por El Mató el pasado 9 de junio.
Con Hernán Segret en bajo, Paco Leiva en guitarra, Lulo Isod en batería, Leonel de Francisco en la trompeta, Lito Vitale y el anfitrión Urtizberea en teclados conformados como base para la canción, Motorizado logra una interpretación cargada de gestos y significaciones que explican su éxito, en tiempos en los que la inmediatez y la sobreabundancia informativa suele no dejar espacios para la memoria emotiva.
Quizás allí se encuentre el primer gran secreto para la viralización de la escena. Atado recientemente al exitoso revival protagonizado por Fito Páez, resulta complejo asegurar que el pasado sensible no ocupa una buena parte de los consumos culturales del público argentino. Eso también queda expuesto en el éxito que, a la par de un tendencia global, vienen teniendo las biopics que se producen y seguirán produciendo en la industria cultural del país. Sin embargo, hay algo artesanal en la interpretación de Motorizado que genera empatía, uno de los tantos elementos clave para entender el éxito de algunas producciones.
Para una buena parte del público que sigue a El Mató, y también para el que no lo hace pero se reconoce dentro del mismo universo estético en el que se engloba a la banda platense, “No podrás” en particular, y Cristian Castro en general, aparecía al menos hasta junio del 2023 como un elemento disruptivo. En la mencionada entrevista con Leiva, el propio Motorizado habla de “arreglos que siguen siendo grasa”. Sin embargo, cuando lo interpreta, lo hace apasionadamente. Si no se reconocieran movimientos interpretativos que forjaron su estilo como cantante, se podría decir que Motorizado canta despojado de tecnicismos, suelto, entregándose a un momento de disfrute. No es un cantante profesional acompañado por músicos consagrados, es un hombre en un karaoke, riéndose y siendo feliz mientras hace algo que lo aleja de lo cotidiano, sin la necesidad de explicar nada.
En rigor, no es la primera vez lo hace. Por fuera de su actividad con la banda, Motorizado desanda una carrera solista en la que sale a escena con instrumentaciones mínimas y explota todo su potencial interpretativo con canciones que habitualmente no forman parte de su repertorio con El Mató. También con versiones minimalistas de su grandes éxitos, divertidas improvisaciones y un puñado de incursiones en géneros que le son ajenos a su andar cotidiano. El bolero, el tango, la cumbia, la Música Popular Brasilera, son algunos de los géneros que suele abordar, muchas veces, acompañado sólo por su guitarra.
A lo largo de su carrera participó en cine, ilustró revistas y libros y se encargó de las bandas de sonido de producciones como la película “La muerte no existe y el amor tampoco”, de Fernando Salem; y la reversión de la serie “Okupas”, de Bruno Stagnaro, que había sido lanzada originalmente en el año 2000 y fue remasterizada para la plataforma Netflix en el 2021.
De ese trabajo se desprende su único disco de larga duración como solista, que a la postre resulta ser su trabajo más ecléctico. Incluye una variación en el sonido de las canciones que sirvieron también para adelantar la etapa que se abrió para los últimos discos de El Mató. “Canciones sobre una casa, cuatro amigos y perro” (2021) está marcado por la densidad que requiere la ambientación de la serie pero también incluye giros bailables, aires folklóricos, momentos de furia y depresión.
Presentó ese material con un lleno total del Teatro Coliseo. Ese fue su salto personal y solitario al reconocimiento masivo. La confirmación de su presencia como faro de una, o dos, generaciones a las que también invita a liberarse. Quizás, como nunca lo imaginaron.