La azafata Daniela Carbone, acusada de haber realizado una amenaza de bomba a un avión de Aerolíneas Argentinas el pasado 21 de mayo, fue procesada con prisión preventiva por el juez federal Federico Villena, quien estableció que el arresto sea domiciliario, por lo que la mujer podrá regresar a su casa. 

La justicia también le suspendió la matrícula a Carbone y le prohibió acercarse al aeropuerto de Ezeiza, al tiempo que le trabó un embargo por 400 millones de pesos.

La azafata, que actualmente está detenida en el calabozo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) de Ezeiza, está imputada por los delitos de "coacción agravada", "intimidación pública" y "entorpecimiento de servicio público". En caso de ser hallada culpable, podría recibir una pena de hasta seis años de prisión.

Según fuentes judiciales, hay sobradas pruebas en el expediente --derivadas de los peritajes técnicos realizados tanto a las antenas como a los teléfonos celulares-- que demuestran que la azafata actuó con total conciencia del daño que estaba infringiendo, tanto a la empresa, como a los pasajeros y a sus propios compañeros. 

"Actuó torpemente, no fue un acto de emoción violenta, lo planificó y ejecutó sabiendo perfectamente lo que hacía", detallaron las fuentes sobre los hechos que se tuvieron en cuenta en la decisión judicial de este martes.

El juez Villena evaluó también que se trata de una persona con 24 años de antigüedad en la empresa que, además, fue instructora de vuelo por más de 14 años, experta en seguridad aérea, y que conocía todos y cada uno de los protocolos correspondientes para el caso de amenaza de bomba, porque ella misma capacitó al personal para ese tipo de situaciones.

Respecto a la prisión domiciliaria, el magistrado tomó esa decisión al considerar que Carbone no representa peligrosidad, que no cuenta con antecedentes y que por los lazos familiares no reviste peligro de fuga. De acuerdo con las fuentes judiciales, ya fue realizado el estudio socioambiental en el domicilio donde deberá permanecer detenida con una tobillera electrónica y su hija se ofreció de garante para que cumpla con lo resuelto.

La decisión de Aerolíneas Argentinas 

Este lunes, Aerolíneas Argentinas comunicó la desvinculación formal de la tripulante de cabina. La medida, catalogada como “despido justificado con causa”, tiene lugar luego de que la compañía fuera aceptada como parte querellante en la causa que lleva adelante la Justicia por Intimidación Pública y Entorpecimiento de Servicios Públicos.

La empresa ha corroborado con creces su participación directa / indirectamente (involucrando a su hija en ello) en la referida amenaza de bomba, la cual causó severos perjuicios económicos y reputacionales a la empresa, además del mal momento que le hizo pasar a pasajeros y a la tripulación presente (causándole también daños por pérdidas de combinaciones o por las demoras ocasionadas)”, expone el telegrama enviado a la acusada.

Según dice el documento, se trata de un "despido justificado con causa" por haber incurrido "en graves violaciones al Código de Ética empresarial y a los artículos 62, 63, 84 y 86 de la Ley de Contrato de Trabajo".

La amenaza de bomba

Carbone está acusada de realizar una amenaza de bomba al vuelo AR1302, el 21 de mayo pasado a las 7.35 de la mañana, poco antes de que la aeronave despegara hacia Miami. La amenaza fue a través de audios dirigidos al comandante del vuelo, a otros tripulantes e incluso a personal de tierra de la compañía.

"Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos", fue el mensaje que, con voz distorsionada, llegó a sus ahora excompañeros, lo que motivó de inmediato el despliegue del protocolo de seguridad por parte de la PSA.

El avión debió demorar por siete horas su partida, los pasajeros fueron desembarcados y recién pudieron concretar el vuelo cuando se determinó que todo no era más que una falsa alarma. Debido al operativo y la demora, Aerolíneas perdió una cifra de alrededor de un millón de dólares.

Al tomar intervención el juez Villena y el fiscal Sergio Mola, se inició una investigación que estableció que la llamada se había realizado desde un celular que pertenecía a la hija de Carbone. A partir de ahí, se fueron reuniendo pruebas "irrefutables", según confiaron fuentes judiciales, que derivaron en la detención de la mujer en el Aeropuerto de Ezeiza, a su regreso de Miami.

Posteriormente, se conoció que la mujer habría realizado la llamada porque su expareja, también tripulante de cabina, justo ese día viajaba en el avión a Miami junto a la que sería su nueva novia. Fuentes judiciales informaron también que, según figura en el expediente, Carbone había mantenido con su expareja fuertes discusiones relacionadas con la separación.