Flash                6 Puntos

The Flash; Estados Unidos, 2023.

Dirección: Andy Muschietti.

Guion: Christina Hodson.

Duración: 144 minutos.

Intépretes: Ezra Miller, Michael Keaton, Sasha Calle, Michael Shannon, Ron Livingston y Maribel Verdú.

Estreno en salas únicamente, a partir del miércoles 13.


La noticia sacudió a Hollywood a fines de octubre del año pasado: James Gunn, responsable de la saga de Marvel Guardianes de la Galaxia y víctima de la cultura de la cancelación por un par de tweets escritos hace mil años, cruzó de vereda para asumir como co-presidente de DC Studios, la división a cargo de adaptar los comics al formato series y películas. Su labor, a diferencia de la de Kevin Feige en Marvel, está vinculada únicamente con la faceta artística, mientras que su compañero en el cargo, Peter Safran, se aboca a lo administrativo y ejecutivo. La contratación tenía como objetivo intentar replicar la fórmula que tanto éxito (económico, no necesariamente artístico) le deparó a la casa de Iron Man, Thor y compañía: trazar el mapa narrativo de las distintas producciones para que, uniéndolas, se arme un relato macro. Se entiende, entonces, que Flash funcione como el primer exponente de un universo que promete expandirse hasta el infinito y más allá.

La apuesta resulta llamativa en un contexto en el que la mecánica serializada –con cada producción funcionando menos como película o serie autónoma que como el eslabón de una cadena– empieza a mostrar señales de agotamiento en Marvel, que desde Avengers: Endgame anda a la deriva, sin rumbo definitivo. ¿Podrá DC seguir exprimiéndole juego a ese dispositivo, o se subió demasiado tarde a la ola? Imposible saberlo ahora. Lo cierto es que la película dirigida por el argentino Andy Muschietti (que ya hizo buenas migas en Warner con las dos partes de IT) ofrece un menú que dejará más que satisfechos a los buscadores de guiños, los captadores de referencias y los adoradores de los cameos de todo tipo, incluyendo el de un actor fallecido hace varios años. Porque Flash, como la última Spider-Man: Sin camino a casa en relación con el largo linaje de hombre arácnido, son todas las películas de DC en una, una reunión de consorcio para nuclear a todos los encapotados del último medio siglo de historia de la compañía. Solo falta el Batman de Alfredo Casero.

La excusa para el encuentro es, ¡ay!, el multiverso, esa idea proveniente de la ciencia según la cual pueden existir otros universos paralelos y simultáneos y que, exprimida hasta el hartazgo por Marvel, en Hollywood se recibió de “prestigiosa” con el Oscar a Todo en todas partes al mismo tiempo. Un multiverso que aquí le suma la posibilidad de los viajes temporales, con el “Efecto mariposa” haciendo de las suyas. Por ejemplo, que el protagonista de Top Gun haya sido… Kevin Bacon. Otras consecuencias son más graves y ocurren cuando Flash (el conflictivo Ezra Miller, a quien andan con ganas de echarlo a patadas tras cansarse de acumular peleas en bares y denuncias por violencia en los últimos años) deja de lado su trabajo junto a Batman, Superman y la Mujer Maravilla en la Liga de la Justicia para intentar solucionar una de esas situaciones traumáticas del pasado que tanto aquejan a los superhéroes.

Las cosas no salen como quiere, y el muchacho más veloz del mundo termina con su “yo” de 18 años enfrentándose a múltiples situaciones que Muschietti filma con ligereza y buen ritmo, evitando caer en la grandilocuencia o en la gravedad y dándole a algunos de esos cameos obligatorios un sentido dramático y, en los mejores casos, emotivo. El resto es el habitual despliegue visual, varias subtramas abiertas para próximas entregas y un villano que acá hace poco y nada, pero que seguramente volverá para tomarse una bienvenida revancha.