A los veinte años, la Nona se mudó de un pequeño pueblo montañés de Italia a la pampa de Turdera. Ahí tuvo sus hijos y nietos, ahí creció entre platos italianos y tardes conurbanas. Cuando cumplió 60 años le pidió un único deseo a la virgen: morir. Treinta años después, sigue festejando su cumpleaños con la certeza de que será el último. Ese es el escenario que da inicio al biodrama titulado La reina de Turdera, escrito y protagonizado por Jazmín Spanarelli, la nieta de la nona. En escena, Jazmin prepara una torta y el olor invade todo el espacio. Es la receta especial de la nona, a quien en su barrio llaman “la reina de Turdera” por haber criado a todos los niños de su cuadra. El motivo de la torta es su cumpleaños número 94 y, durante el proceso de cocción, Jazmin aprovecha para contar la historia de su abuela a un público que asiste por primera vez a un evento histórico del conurbano.

“El proceso de escritura fue en realidad algo de mucho tiempo y a la vez, corto. Desde adolescente fantaseaba con hacer una película sobre la vida de mi nona y sus historias. Empecé a estudiar guion audiovisual en el I.U.N.A en ese momento impulsada por ese deseo. Después dejé y pasado ya un tiempo, el mundo del teatro, en el que me metí desde muy chica y los nuevos dispositivos escénicos que conocí por algunos seminarios de dramaturgia que hice en pandemia, me hicieron darme cuenta que la imagen de la nona y mi universo conurbano se repetían en varias cosas escritas. Ahí tomé la decisión de volverlo material. En ese momento le escribí a Juan Mako quien en principio colaboró artísticamente con el texto y puesta y luego terminó dirigiendo la obra.” Si bien como explicó la autora, la idea de hacer una película sobre su abuela fue dejado de lado a favor de una puesta en escena teatral, La Reina de Turdera es un biodrama que está en constante diálogo con un material de archivo montado con precisión y proyectado sobre una escenografía mínima a cargo de la artista Sol Soto que orbita en torno a dos pantallas. En ellas, se observan imágenes de Turdera, mapas del conurbano y, fundamentalmente, filmaciones de la Nona.

“Lo audiovisual estuvo desde un comienzo. Siento un gran fanatismo por filmar, pero a la onda noventosa, con cámara filmadora. Tengo una handy sony viejita con la que filmo diferentes momentos de mi vida cotidiana y, entre esos momentos, filmé también mucho el cotidiano de mi nona, de su casa, de su vida. A partir de ir estructurando la obra, como si fuese una especie también de receta de cocina, fue que lo audiovisual empezó a necesitar diferentes formatos. En principio refilmamos algunos videos de mi handy (vale aclarar que a la nona le gustaba muchísimo hablar y compartir sus historias) con la ayuda de María Fernanda López, una amiga entrañable con la íbamos a tener jornadas de filmación que eran básicamente ir a merendar con la nona y charlar. Con las cosas filmadas fue cuando entró Hernán Balestra, una persona de enorme sensibilidad y talento, a quien integramos al equipo y fue quien editó todos los videos y placas de la obra. Le dió esa estética que necesitábamos. Hoy, y desde el primer día, actuamos juntos, él desde la compu y yo en escena y a su vez, ambos actuamos con la nona todas las funciones.” En ese diálogo constante con el material de archivo es que Jazmin Spanarelli y Juan Mako construyen ese ir y venir que se establece entre la escenografía mínima del espacio teatral y el amplio reino del conurbano donde, en algún lado pero en todos los tiempos, la Nona festeja su cumpleaños.

La Reina de Turdera participó en 2023 de las Fiestas Regionales de Teatro Independiente de la Provincia de Buenos Aires y, entre otros espacios, se presentó en el histórico Teatro de las Nobles Bestias de Temperley. Hoy, cambió de escenario y está presentándose en CABA en el Abasto Social Club (Yatay 666). “Fue una experiencia diferente. La obra es muy situada y territorial, pero a su vez, gracias a movernos en varios teatros, no sólo en capital, si no en diferentes barrios del conurbano como Wilde, Monte Grande o Quilmes, vamos dándonos cuenta que esa cuestión identitaria conurbana se va desplegando y haciendo parte a quienes estén mirando la obra. El público porteño igualmente siente esa identificación con su propio barrio o reconoce aspectos del conurbano pero no de una forma estereotipada, sino desde una sensibilidad y una identidad propia.” afirmó la autora.

La Reina de Turdera es una obra sobre desplazamientos: migraciones forzosas, deseos postergados, culpas y recetas heredadas, recuerdos nostálgicos de tardes en el conurbano y el intento de una nieta de narrar a su abuela. Lo único que permanece intacto, inmovil, es la vida de la nona en Turdera. En ese fuera de campo imaginado que presenta la obra con mínimos recursos, se construye la certeza de que en algún lugar lejano del primer anillo del conurbano bonaerense la reina de Turdera está preparando su último cumpleaños con el mismo cuidado que hace 30 años.

La obra se presenta los domingos de junio a las 18hs en el Abasto Social Club.  Y estará en el Teatro de Las Nobles Bestias ubicado en 14 de julio 142 en Temperley todos los sábados de septiembre, a las 21 hs.