Las negociaciones de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el adelanto de todos los desembolsos del año entró en etapa de sintonía fina. Ya está aprobado que el técnicamente denominado "front load", la habilitación de unos 10 mil millones de dólares antes de fin de año ya está aprobada, pero resta saber ahora cómo será el repago del mismo.
En este escenario, el ministro de Economía, Sergio Massa, pareció dar algunas pistas en el marco de un discurso que dio en la planta de la automotríz Ford en la localidad de Pacheco. "Ayer tuvimos varias reuniones con el Fondo Monetario Internacional", expresó el funcionario, y agregó que "saben que la Argentina tiene un ancla que el gobierno anterior nos dejó y que de alguna manera condiciona nuestro desarrollo".
El ministro dialogo el lunes con funcionarios del organismo, en una charla que según declaró el propio Massa giró en torno a las "importaciones y las exportaciones, la balanza y el fortalecimiento de reservas, y aparecía el daño que la sequía nos ha generado para las exportaciones de este año".
Asimismo, el ministro agregó, en el acto en Ford en el que participaron además obreros de la planta, que "cada dólar que las manos de estos trabajadores van a generar para la Argentina vale doble, primero porque es con valor agregado, y no con producto primario, y segundo, porque compensa el daño enorme que la sequía le hizo a la Argentina. Por eso quiero agradecer el nombre del gobierno y del pueblo argentino".
Estas consideraciones de Massa dan la pauta de que en la negociación con el FMI se estaría poniendo sobre la mesa que la economía argentina se parte entre el pre y el post sequía. Ese concepto, de mejores rendimientos de las ventas externas, podría ser una variable a considerar para configurar la manera en la que Argentina devolvería el adelanto del préstamo que adelantaría el Fondo antes de fines de este mes. Tanto el gobierno como el organismo ven que sin el peso de los 20 mil millones de dólares perdidos por la seca, la ecuación mejorará notablemente.
Naturalmente, el pedido histórico del organismo para los países es una devaluación, algo que, como viene contando este diario, Massa ya rechazó de plano. Por eso se exploran diferentes ingenierías. El objetivo del ministro es que el crecimiento que se logre sea para los argentinos.
Los Zoom y una firma estirada
Si bien Economía tenía planeada una misión a Washigton para esta semana, la visita se pospuso hasta que se cierre el detalle fino en las charlas que se vienen manteniendo, a diario, entre funcionarios locales y del FMI via Zoom.
Los que están en la diaria son el jefe de Gabinete de Hacienda, el sanjuanino Leonardo Madcur, y el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein. La idea es que una vez que esté cerrada la fina, viajarán a los Estados Unidos a rubricar la historia.
A esta hora, el FMI tendría el ok dado a Argentina para el desembolso del adelanto, y lo más importante: está aprobado que una parte de lo que se otorgue sea de libre disponibilidad para todo uso, sobre todo para intervenir en el mercado cambiario. Ya hay un antecedente en este sentido, que es la vez que el propio Massa usó, hace dos meses, reservas del Banco Central para parar la corrida cambiaria. Eso, que a priori estaba vedado por el Fondo, fue habilitado desde esa movida en adelante. Lo que queda por definir es cómo se repagará el adelanto, y eso es lo que demora el cierre definitivo del pacto.
Para Massa, lograr el acuerdo es una parada política fuerte que no sólo involucra negociaciones técnicas con el FMI sino, además, gestiones en la alta política internacional en charlas con la Casa Blanca y el Tesoro, que son los que validan la estrategia del organismo multilateral. En el mientras tanto, no es menor el colchón de divisas que consiguió en la misión a China.
Esos 10 mil millones de dólares en yuanes que suponen el swap pasado más la ampliación del mismo, le dan un monto nada despreciable y de uso múltiple para pilotear cualquier tormenta al menos hasta que se desarrollen las PASO presidenciales. Para el después, es imperioso el cierre del acuerdo con el Fondo, que otorga un volúmen necesario para el período que históricamente supone mayores sacudones en los mercados para las fuerzas que están en el Gobierno.