Al menos once personas murieron y cerca de una treintena resultaron heridas por una serie de ataques con misiles ejecutados por el Ejército de Rusia contra una zona residencial de Kryvyi Rih -ciudad natal del presidente Volodimir Zelenski-, situada en la provincia de Dnipropetrovsk, en el este del país.
“Los asesinos rusos continúan su guerra contra los edificios residenciales, las ciudades comunes y las personas. Desafortunadamente, hay muertos y heridos. La operación de rescate en Kryvyi Rih continúa”, indicó Zelenski a través de su cuenta de Twitter, al tiempo que compartió un video que mostraba incendios que ardían desde las ventanas reventadas del edificio de apartamentos de cinco pisos que fue atacado, y los armazones de autos quemados se extendían frente a él. “Mis condolencias a todos los que perdieron seres queridos, nunca habrá perdón para los terroristas rusos, quienes serán responsables de cada misil que lancen”, agregó el mandatario.
El ataque
Krivi Rig es una ciudad industrial situada unos 400 kilómetros al sureste de Kiev que antes de la guerra tenía más de 600.000 habitantes. Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia atacó en la madrugada con misiles de crucero Kh-101 y Kh-555, lanzados desde aviones desde la zona del Mar Caspio.
Los equipos de rescate se esforzaron para recuperar los cuerpos sin vida que quedaban bajo los escombros. El gobernador regional, Serhiy Lisak, detalló el trabajo de los sistemas de defensa antiaérea, los cuales logaron derribar tres misiles de crucero, aunque otros impactaron en la ciudad, mientras que los bomberos tuvieron que actuar para sofocar los incendios que se produjeron por la caída de las bombas.
La Unión Europea (UE) calificó de cobardes a los ataques rusos: "Rusia sigue aterrorizando a civiles ucranianos con ataques cobardes contra Kiev, Jarkiv y más recientemente en Krivói Rog contra edificios residenciales", criticó el portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano, defendiendo que los civiles no pueden ser un objetivo de los ataques en una guerra. Y añadió: "Los responsables deben rendir cuentas. La UE seguirá de lado de Ucrania el tiempo que haga falta".
"Catastrófica" contraofensiva
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, mantuvo un encuentro con periodistas y describió como "catastróficas" las pérdidas que están sufriendo las tropas ucranianas en su intento de desocupar el este y el sur del país. Según él, Kiev perdió "alrededor del 25%, o quizá el 30%, de los equipos" que los occidentales le suministraron, de manera que 160 tanques y más de 360 blindados quedaron fuera de servicio. "Nosotros tenemos diez veces menos que las bajas de las Fuerzas Armadas de Ucrania", afirmó.
A su vez, Putin remarcó a Kiev que no podrá resistir mucho tiempo sólo con armamento entregado por sus aliados occidentales, cuando su industria militar no produce "ni una migaja". "Estados Unidos aparenta que no teme (una escalada). En cambio, allí hay mucha gente razonable que no quiere llevar las cosas hasta una Tercera Guerra Mundial, en la que no habrá vencedores, incluido ese país", advirtió. En tanto, Estados Unidos anunció en un comunicado un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania por valor de 325 millones de dólares, que incluye 25 vehículos blindados, municiones para sistemas de cohetes de artillería y armas antitanque.
El Ejército ucraniano continúa su paulatino avance hacia la región de Zaporiyia. En esta contraofensiva lograron retomar por el momento siete localidades. Se trata de Blahodatne y Neskuchne, Storozhove y Makarovke, en Donetsk, así como Novodarivka, Lobkove y Levadne, en Zaporiyia, señaló el portavoz del Estado Mayor, Andri Kovalev. Por su parte, la viceministra de Defensa Hanna Maliar aseguró que los territorios liberados ocupan una superficie de 90 kilómetros cuadrados, lo que equivale al territorio de la ciudad de Jmelnitski.
Putin admite errores
Aunque a regañadientes, Vladimir Putin admitió errores, tanto en la planificación de la campaña militar en Ucrania como en la falta de previsión a la hora de defender la frontera de las incursiones y sabotajes enemigos. "Por supuesto, debemos proteger a nuestros ciudadanos, hay que reforzar la seguridad de la frontera. En principio, se podía haber pensado que el enemigo se comportaría así y, seguramente, prepararse mejor", señaló. A su vez, aseguró que si Ucrania continúa sus ataques contra regiones fronterizas como Bélgorod, entonces Rusia se verá obligada a crear en territorio ucraniano una especie de zona sanitaria a tal distancia que sea imposible alcanzar a su país.
En cuanto a los ataques con drones en territorio ruso, el mandatario también reconoció que la defensa antimisiles está pensada contra aviones y misiles, y que los aparatos no tripulados modernos están fabricados con materiales ligeros, incluso madera, por lo que son bastante difíciles de detectar. Aun así, se mostró convencido sobre la defensa de Moscú y otras ciudades.
Además, adelantó que Rusia se plantea retirarse ahora del acuerdo de grano del mar Negro auspiciado por Turquía y la ONU, que expira a mediados de julio. "Lamentablemente nos volvieron a engañar, no hicieron nada para liberar los suministros a los mercados exteriores. Me refiero al flete, el seguro, los pagos, la conexión de Rosseljozbank al sistema Swift", explicó. Rusia no firmó este acuerdo para favorecer a Ucrania, "sino para nuestros países amigos de África y América Latina, porque el grano debe ir ante todo a los países más pobres", insistió, aunque también reconoció que abordaría este asunto con la delegación de líderes africanos que visitará esta semana San Petersburgo con una iniciativa de paz para Ucrania.