En los primeros siete meses del año los precios medidos por el Indec acumularon un alza del 13,9 por ciento. El índice de precios al consumidor oficial se aceleró y arrojó en julio un aumento de 1,7 por ciento. La variación es la más baja entre todas las mediciones difundidas por consultoras, centros de investigación y universidades. Los datos corresponden al nuevo IPC nacional que el organismo comenzó a publicar el mes pasado. El relevamiento para el área metropolitana de Buenos Aires registró un incremento por encima de la media nacional: subió 1,8 por ciento en el mes y anota un incremento de 13,9 desde diciembre. Las cifras referidas a Capital Federal y la provincia de Buenos Aires son las únicas que permiten realizar una comparación interanual. El aumento contra julio de 2016 llega al 21,5 por ciento, más de cuatro puntos por encima del objetivo de precios oficial.
A lo largo de la semana se conocieron distintas mediciones alternativas de precios que arrojaron estimaciones superiores a la del Indec. El IPC Congreso dio una suba del 2,1 por ciento, el indicador elaborado por la UMET marcó un incremento del 2,0 por ciento y la medición de las autoridades porteñas anotó una variación del 1,8. Por su parte, el índice de la Fundación Germán Abdala marcó 2,3 por ciento (ver aparte). Restan conocerse los relevamientos realizados por las distintas autoridades provinciales como San Luis, Mendoza y Córdoba pero desde el mes pasado el Indec ofrece estimaciones regionales ya que, según informó, amplió su alcance a 39 aglomerados urbanos de todas las provincias.
Con una variación mensual del 2,0 por ciento, el indicador pampeano anotó el aumento mensual más pronunciado. En el resto de las regiones incluidas en el informe el incremento mensual fue inferior al promedio nacional: en el Noreste subió 1,3 por ciento, en Noroeste y Cuyo, 1,4 por ciento, y en la Patagónica, 1,5 por ciento. Cuando se analiza los datos acumulados desde diciembre de 2016 las variaciones van del 14,3 por ciento en el NOA al 13,4 en NEA y Patagonia.
En la medición del Indec los rubros más importantes para explicar la suba de precios de julio fueron la cuota de la medicina prepaga, el ajuste en los combustibles y, vinculado a las vacaciones de invierno, los restaurantes y la recreación. Esos cuatro rubros explican entre 0,7 y 1,1 puntos porcentuales sobre las subas de precios totales registradas en las distintas regiones del país. Para el Indec los precios de la indumentaria y el calzado anotaron una caída interanual en todas las regiones. El organismo no ofrece explicaciones cualitativas pero anteayer las autoridades estadísticas porteñas habían indicado que la caída de precios en ese rubro se explicaba por “las liquidaciones de la temporada otoño-invierno”.
El aumento de 1,7 por ciento en el IPC nacional representa una aceleración frente al 1,2 que registró en junio. Por eso, incluso para las estimaciones oficiales el cumplimiento de la meta de inflación del 12-17 por ciento establecida por el Banco Central se presenta improbable. “El elevado dato de julio dificultará el cumplimiento de la meta del BCRA. En efecto, para alcanzar un 17 por ciento anual en diciembre, la inflación mensual no podría superar un 0,5 por ciento entre agosto y diciembre”, indicó ayer la Fundación Abdala. El denominado IPC núcleo del Indec, que excluye las variaciones de los precios regulados y estacionales, marcó el mes pasado un alza de 1,8 por ciento. Desde comienzos de año llegó a 12,6. Por su parte, los precios regulados registraron un aumento del 2,3 por ciento (19,4 en el año) y los estacionales –fundamentalmente alimentos– apenas subieron 0,5 (10,6 desde diciembre).
La única comparación interanual disponible corresponde al área metropolitana. La medición muestra que los alimentos y bebidas suben 18,9 por ciento, mientras que el rubro Vivienda, de la mano de los tarifazos, alcanzó a 26,3.