La demanda de gas registró una caída interanual de 1,5 por ciento en los primeros cinco meses del año, según datos del Ente Nacional Regulador del Gas citados en un informe publicado ayer por Oetec. Se trata de la peor contracción registrada desde 2010, cuando la caída había sido de 5,9 por ciento. La peor caída se registró en el segmento residencial donde la demanda se derrumbó un 19 por ciento. Detrás quedaron el sector del GNC, con un retroceso de 11 por ciento, el comercial con un 8 y el industrial con un 0,2 por ciento. Las centrales eléctricas, por su parte, crecieron un 8 por ciento. En volumen, prácticamente absorbieron la misma cantidad de gas en relación a 2016 que dejaron de consumir los hogares.
Luego de la caída interanual registrada entre enero y mayo de 2010, la demanda creció de manera ininterrumpida durante el mismo período de los seis años siguientes. En 2011 aumentó 6,2 por ciento, en 2012 un 5,6, en 2013 un 2, en 2014 un 1,7, en 2015 un 0,4 y en 2016 un 2,6 por ciento. Este año, en cambio, en los primeros cinco meses del año cayó 1,5 por ciento y la explicación se encuentra en el segmento residencial donde el derrumbe fue del 19 por ciento. La explicación de esa fuerte contracción se debe al tarifazo que este año pegó de lleno en los hogares de todo el país, fundamentalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
El gobierno de Mauricio Macri había aumentado el precio del gas en abril del año pasado, pero en julio la Justicia frenó el tarifazo en todo el país y en agosto la Corte Suprema ordenó realizar audiencias públicas antes de aplicarle el ajuste a los hogares. El Ministerio de Energía las llevó adelante en septiembre y el primer aumento recién comenzó a regir en noviembre del año pasado. Por lo tanto, durante la primera parte de 2016 las tarifas residenciales siguieron siendo las mismas que estaban vigentes durante la última etapa del kirchnerismo. Al aumento de noviembre se le sumó otro ajuste en abril de este año. Por lo tanto, la suba de las tarifas es lo que puede estar explicando el abrupto descenso de la demanda domiciliaria.
El derrumbe del consumo hogareño fue prácticamente compensado con la fuerte suba de 8 por ciento en la demanda que registraron las centrales eléctricas. “La coincidencia resulta sospechosa cuando se observa que el incremento promedio del precio del m3 vendido a las centrales eléctricas fijado por la administración neoliberal -luego del ajuste del PIST de abril del corriente (en relación a 2015)- es el más elevado en comparación con los incrementos promedios para los sectores residencial y comercial/Pyme/GNC”, remarca el informe del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec).
El tarifazo de gas fue objetado judicialmente por el Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad (Cepis) por no respetar “los preceptos de razonabilidad, justeza y accesibilidad” que había recomendado la Corte Suprema en agosto del año pasado. A raíz de ello, reclama la inconstitucionalidad de las resoluciones 212/16 y 74/17 que fijaron nuevos precios de gas en boca de pozo. La Justicia Federal de La Plata dictaminó el miércoles a favor de admitir la representación colectiva de todos los usuarios residenciales de gas al Cepis. Ahora el juez debe resolver el pedido para frenar el aumento del gas, lo cual podría ocurrir antes de fin de año. En caso de considerar que los nuevos precios no cumplen el criterio de razonabilidad el tarifazo quedaría nuevamente anulado para los usuarios residenciales.