La ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, María Migliore, se refirió este miércoles al importante crecimiento en la cantidad de personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires y pidió debatir las herramientas que tiene el Gobierno porteño para dar respuestas a esta problemática. Además, apuntó a que muchas personas tienen problemas de consumo de drogas y de salud mental.
Por AM750, la funcionaria comenzó explicando que la muerte de Héctor, una persona que vivía en la calle en el barrio de Villa Crespo, “conmovió” a las autoridades de CABA, y afirmó que es algo que los “ocupa a seguir trabajando”.
“Tenemos el programa Buenos Aires Presente, que trabaja todos los días del año. Entramos en contacto con estas personas y las invitamos a un centro de inclusión. La calle no es un lugar para vivir”, se justificó la ministra Migliore.
Además, comentó que “es importante poder entender por qué una persona está en esta situación”. Y explicó: “Una persona en situación de calle está atravesada por problemas muy profundos. Muchas veces atraviesan una situación de consumo, de salud mental, de violencia”.
De este modo, aclaró: “Han roto todos sus vínculos. Es mucho lo que hay que recomponer. Desde hacer el DNI hasta hacer una recapacitación laboral”.
Por otro lado, Migliore desmintió que las personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires no asisten a los centros de noche porque faltan camas. “Todos los años en abril hacemos un censo para prepararnos para el invierno, que es la época más dura. Este año unas de 3.500 personas y hay lugar para recibir a todas las personas”, señaló.
La funcionaria aseguró que en la Ciudad hay una red de más de 40 centros de inclusión. “Tenemos centros para familias, para mujeres, para mujeres con hijos, para hombres solos, para hombres con algún problema de consumo. Buscamos tener las herramientas disponibles para poder recibirlos y acompañaros a que tengan una segunda oportunidad”.
Volver a debatir las herramientas
Sin embargo, la ministra porteña explicó que con estas herramientas no alcanza. “Es importante también poner en perspectiva que muchas de las personas en situación de calle que se niegan a venir están atravesadas por un problema de consumo o salud mental”, apuntó.
Y añadió: “Eso nos invita a poner en discusión si las herramientas con las que cuenta el Estado son las mejores o no. Porque podemos invitar a las personas, pero si no quieren salir de esa situación, no podemos hacer nada. Yo creo que hay que pensar algún otro tipo de herramientas, porque quedan cortas a la hora de poder intervenir”.