La música popular se abre paso en el paisaje de nuestra cultura con las voces de hombres y mujeres que hacen escuela. Una de ellas es, sin dudas, la de Yamila Cafrune. La hija del legendario Jorge Cafrune regresa a Salta en el marco de la Semana Güemesiana con un repertorio renovado que conjugará clásicos infaltables con una evocación histórica musical a Martin Miguel de Güemes y a otros héroes patrios.

Tras un lustro sin pisar la provincia, la artista desplegará canciones de La Patria no se hizo sola, un espectáculo histórico - musical basado en La Independencia, aquella obra integral con textos de León Benarós, musicalizada por artistas como Carlos Di Fulvio, Hernán Figueroa Reyes y Waldo Belloso, y grabada por Jorge Cafrune en el año 1966. Para enriquecer su canto, la acompañarán Osvaldo Burucuá en guitarra y el periodista y escritor Mariano Saravia en relatos históricos.

Antes del encuentro con el público, Saravia asegura que “es un honor trabajar con Yamila Cafrune, la gran cantora nacional de la actualidad”, y agrega: “Por otro lado, la alquimia que se logra entre los relatos y las canciones es maravillosa, porque se retroalimentan, las letras de las canciones adquieren más sentido y, por su parte, los relatos históricos son rematados con las canciones. Los textos no tienen nada que ver con una charla o conferencia sino más con una cierta teatralidad. Intentamos que, al disfrute artístico, se sume la reflexión histórica”.

Por su nutrida agenda, los seguidores y seguidoras de la cantora tendrán varias oportunidades para verla: esta noche, a las 21.30 horas, en la Usina Cultural de la ciudad de Salta; mañana viernes 16, desde las 22, en la Guardia Bajo las estrellas, en vigilia del 17 de junio, en un evento con fogones gauchos en homenaje a Martín Miguel de Güemes.

Asimismo, el fin de semana actuará en el interior: el sábado 17 estará presente en la imposición del nombre Jorge Cafrune a la Escuela de Arte de Salvador Mazza y se unirá al festejo popular. Recorrerá todo el trayecto junto al guitarrista Osvaldo Burucuá, quien además de destacarse en las seis cuerdas, es autor del libro “Los sonidos del Cuchi”, que revisa y exalta la producción del padre de “La Pomeña” y otros hitos de la salteñidad.

En las horas previas al inicio de su extenso calendario, Yamila Cafrune dialogó con este medio y mostró, inocultable, su alegría por el reencuentro con quienes habitan el NOA.

(imagen: gentileza Mariano Beresiartu).

-Regresás a Salta después de cinco años sin actuar aquí ¿qué significado tiene llevar tu arte al norte, donde nació tu padre?

-Volver después de tanto tiempo me provoca gran ansiedad... sobre todo porque el público, al no verte en persona durante un tiempo, "vuelve a conocerte". Y más siendo la hija de quien soy. Llevar mi canto, que en un momento fue el suyo, es una gran responsabilidad.

-Tu visita sucede en el marco de la semana guemesiana y a 202 años del paso a la inmortalidad de quien estuvo al mando de Los Infernales ¿cómo te vinculás con la figura del caudillo nacional al que tu padre celebró con “La Martín Guemes”, incluida en uno de los espectáculos que traen a la provincia?, ¿te considerás guemesiana?

-Mi vinculación con don Martín Miguel no viene de ahora, como justificativo para estar en Salta la Linda, sino que viene desde que tengo uso de razón. En mi casa siempre estuvieron muy presentes los caudillos y las heroínas de la independencia. Cuando tuve edad suficiente para elegir lo que quería leer y lo que quería creer, obviamente que la historia de la patria fue el tema central. De ahí en adelante, Güemes, el Chacho, Don Manuel Belgrano, San Martín, Mariano Moreno y tantos otros pasaron a ser parte de "mi familia histórica" si se quiere. Cantarle a don Martín es todo un honor para mí como para cualquier cantor o cantora que se considere nacional y popular. Soy absolutamente argentina, güemesiana, chachista , sanmartiniana, belgraniana y morenista... ¡todo eso por si fuera poco!

-El concierto de este jueves abarcará tres propuestas: La patria no se hizo sola (con Mariano Saravia), Cafruneando (con Osvaldo Burucuá) y algunos clásicos de tu repertorio ¿cuál es el criterio que utilizaron para combinar canciones diversas, cuáles son los puntos de contacto y las diferencias de cada posta sonora?

-Las canciones que van a formar parte del repertorio del día 15 son partes de los repertorios que he venido haciendo hace 31 años. Los 31 años que tengo de subirme a un escenario. Por lo tanto, los clásicos no van a faltar. Tampoco las canciones que hicieron historia en el Cafruneando y, por supuesto, las de la época de la independencia las cuales van a estar relacionadas con el general Güemes y con el próximo aniversario de nuestra independencia. El punto de contacto entre ambos repertorios voy a ser yo misma y los dichos y anécdotas que vayan surgiendo de acuerdo a las canciones cantadas.

-Específicamente, La Patria no se hizo sola traza un diálogo entre canciones y narraciones breves en un formato muy participativo: el público puede preguntar y repreguntar ¿cuáles son las expectativas que tienen respecto de la interacción con las y los salteños? ¿cuáles las preguntas o comentarios que más recuerdan de su paso por Catamarca, Buenos Aires y otros sitios?

-No siempre la gente como público se anima a participar. Como han pagado una entrada, creen que solamente van a ir a ver y a escuchar. Mi expectativa sería que todos y todas participen. La participación hace al crecimiento y profundización de los conocimientos. En las otras presentaciones hemos tenido la oportunidad de hasta reírnos de anécdotas que contaba la gente con respecto a los comentarios de Mariano. La verdad que no recuerdo todo lo que se dijo en aquellos momentos... De los salteños y de las salteñas espero llevarme un cúmulo de aprendizaje suficiente como para trasladarlo a mis otras provincias.

-¿Cómo definirías el espíritu de Cafruneando?, ¿ensayar una forma casi verbal con tu apellido –un verboide- es, de algún modo, una invitación a la acción?

-El Cafruneando lo creé como un "homenaje" al papi cuando él hubiera cumplido sus 80 años de edad y su aniversario número 40 de fallecimiento. El espíritu era simplemente contar su historia a través de fotos que se proyectaban y de anécdotas que recordaba contadas de su propia boca. A cada una de ellas, la acompañaba una canción acorde y, el encuentro creado para durar una hora y piquito, terminaba siendo de más de dos horas con la gente absolutamente cautiva, gracias a Dios.

-¿Qué la aportan a tu hacer artístico Osvaldo Burucuá y Mariano Saravia?

-El aporte de cada una de las personas que estamos en el escenario, o que en este caso, están conmigo, es maravilloso y absoluto. El maestro Osvaldo Burucuá fue mi primer violero cuando yo comencé a cantar profesionalmente hace ya 31 años. ¡Nos conocemos tanto y es tan admirado por mí! Hemos pasado muchos años juntos por los caminos y también muchas cosas de familia compartidas. En cuanto a mi gran Mariano Saravia, ¿qué decir? Cada vez que estoy con él, aprendo tanto que dan ganas de que siga hablando y que todo el mundo calle. Los dos son imponentes e importantes en lo que hace cada uno, pero lo más importante, es que ambos son excelentes personas. Eso es lo que busco en la vida: rodearme de buenos profesionales pero, sobre todo, buenas personas.

-Uno de tus objetivos y de quienes te acompañan es rescatar un  “proyecto de país integrado, basado en la producción y el trabajo y con ampliación de derechos, algo notorio en cuanto a salud y educación”, en este sentido ¿considerás que el arte y la política van siempre de la mano o pueden escindirse? ¿quiénes son los y las que hoy hacen la patria?

-Creo, personalmente, que la política no escapa a ninguna disciplina en la vida: todo es político o política. Lo que también creo es que la cultura ha sido siempre la pata renga de la política. El día que las personas que hacen política se den cuenta de la importancia de la cultura, no van a dejarla escapar. Con ella pueden llegar a todas partes y a todos y a todas; se pueden sacar niños y niñas de la calle; se da trabajo; se enseña; se cultiva; se desarrolla la cultura; se intensifica el sentimiento de pertenencia a una patria y de identidad. Cuando se enteren de todo lo que pueden hacer con ella y a través de ella, te puedo asegurar que todos van a querer apropiársela. Y a la patria la hacemos todos y todas, juntos. No solamente nuestros antepasados heroicos. Nosotros somos heroicos cuando aportamos dignamente un plato de comida a nuestra mesa; cuando enseñamos a nuestros hijos; cuando luchamos todos los días en un trabajo; cuando cuidamos de nuestros viejos queridos; cuando estudiamos; cuando servimos; cuando somos solidarios. En fin: la patria es el otro y la otra.

-En 2022 celebraste 30 años de carrera ¿qué has aprendido en el camino de la música y con qué planes continuarás andando?

-Me parece mentira que ya hayan pasado 31 años... apenas ayer, me paraba a mirar en las vidrieras de las casas de comida en la Capital, cómo daban vuelta los pollos al spiedo sin poder comprar una porción! Me parecía a Lolita Torres en la película "Más pobre que una laucha" Y ahora me veo con mis hijos ya criados y con planes que incluyen volver a grabar. Se aprende andando, y he andado mucho. Se aprende conociendo gente, y he conocido a muchos y a muchas... He aprendido lo que es la amistad, la compañía, la soledad, la ausencia, el desamparo, la protección, la admiración, hacer "sapo" y tener un teatro lleno, lo que se siente al ser aplaudida y lo que se siente cuando hablan mientras cantas. En fin, mi vida ha pasado por tantos repertorios. Más bien que decir "qué aprendí" puedo decirte que "he vivido con la música durante mis 57 años".