Emocionó ver decenas de miles de camisetas argentinas con el número diez en el pecho y en la espalda pintando de celeste y blanco las tribunas del gran estadio de los Trabajadores de Beijing. Sorprendió escuchar a setenta mil hinchas chinos alentando a la Selección como si el partido estuviera jugándose en el estadio Monumental o en cualquier otro del país. Los campeones del mundo fueron locales en la China. La magnética presencia de Lionel Messi y la gloria abrazada para siempre en Qatar lo hicieron posible. Hablando el idioma universal de la pelota, Argentina ha conquistado (o va camino de hacerlo) un mercado de 1400 millones de habitantes. Es una gran noticia para el fútbol nuestro de cada día.
Pero además, hubo un partido. Que el equipo de Lionel Scaloni ganó por 2 a 0 con una actuación despareja pero que nunca puso en compromiso el resultado. Con un golazo de Messi al minuto de juego (el tanto más rápido de su carrera) y un cabezazo de Germán Pezzella a los 22 minutos de la segunda etapa, la Selección arrancó formalmente su recorrido rumbo a la Copa del Mundo de 2026. Y paseó sobre la cancha, su pasado, su presente y su futuro. Todo junto y al mismo tiempo.
Es inevitable hacer base en Messi. Por todo lo que genera con solo pisar un campo de juego. A sus compañeros y a sus adversarios. Se movió por detrás del centrodelantero de punta (primero Alexis Mac Allister y luego Julian Alvarez cuando lo reemplazó) y llegó por sorpresa al área. Entró y salió del partido cuando se lo propuso, graduó esfuerzos ahogado por el calor y la humedad e hizo una gran jugada en el segundo tiempo que el juvenil Alejandro Garnacho no pudo resolver. Le bastaron un par de pinceladas para atraer todas las miradas. Y para demostrar que mientras le den las piernas y las ganas, va a disfrutar de cada partido de la Selección.
Por su parte, la aparición de Garnacho a los 28 minutos del complemento en lugar de Nicolás González marcó el comienzo de la renovación. El extremo izquierdo del Manchester United, español pero de madre argentina, se mostró e intentó siempre abierto sobre la banda izquierda. Pero no le pudo dar buen cierre a las jugadas. Pareció atropellado y apresurado pero no convendría recargar demasiado las tintas de la crítica. Está dando sus primeros pasos entre los campeones del mundo. Y formará parte de las próximas citaciones que hará Scaloni para las Eliminatorias que darán comienzo en la segunda semana de septiembre.
Hubo algunas imprecisiones llamativas de Rodrigo De Paul y Enzo Fernandez en tramos del primer tiempo. Y algunas caídas en la tensión del equipo que levantó luego del gol de Pezzella. Pero la selección campeona del mundo sigue en pie con la misma idea que la llevó a alzar la Copa en Qatar. Impulsada además con el mismo amor que le transmite la gente. El afecto de los argentinos ya es conocido y no sorprende. El cariño que le volcaron miles de chinos en los días previos y durante el partido resultó conmovedor. El mensaje futbolístico de Messi y la Selección ha tocado las fibras emotivas de millones de personas en el mundo. Convendría tenerlo en claro ahora que vuelve a recorrerse el camino rumbo a la gloria máxima.