Cerca de tres millones de niños necesitan ayuda humanitaria en Haití, una cifra inédita en los registros de la Unicef. El organismo de la ONU advirtió que la infancia del país caribeño "necesita desesperadamente protección y apoyo" para superar un contexto marcado por el hambre, la violencia y la mala situación sanitaria.

El representante del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Bruno Maes, sostuvo que "ser niño o niña en Haití es más duro y peligroso que en cualquier otro momento que se recuerde".

"Las amenazas y dificultades a las que se enfrentan los niños y niñas son sencillamente inimaginables", subrayó Maes.

Haití, el país más pobre y menos desarrollado de América, vive bajo la amenaza constante de tormentas y terremotos fatales, que se combinan con las temporadas de huracanes y provocan inundaciones totalmente destructivas. A toda esta complejidad climática se le suma la extrema pobreza y la paupérrima prestación de servicios básicos.

"Una desnutrición de naturaleza catastrófica"


Unicef, que recibió menos del 15% de los 246 millones de dólares requeridos este año para sus programas en Haití, insiste en que la ayuda humanitaria es vital para evitar "una desnutrición de naturaleza catastrófica".

Por ello, exhortó a no "dar la espalda" a los niños "en el momento en que más necesitan su apoyo".

El número de niños que sufren un grado de desnutrición que podría resultar mortal aumentó un 30% desde el año pasado y casi uno de cada cuatro menores padece desnutrición crónica, según los datos de Unicef.

La violencia en Haití

Una de las grandes preocupaciones de la organización tiene que ver con la violencia, ya que los menores se ven inmersos en el fuego cruzado o incluso son el objetivo directo de las bandas que "aterrorizan" la capital, Puerto Príncipe.

El informe reporta que las mujeres y las niñas son víctimas de actos de violencia sexual extrema. En este sentido, denunció ataques contra escuelas, secuestros de estudiantes y decenas de miles de desplazamientos por la escalada de las tensiones.

Muchos niños y adolescentes caen en manos de grupos armados
debido a la violencia, la pobreza y la desesperación, ya que les ofrecen protección y alimentos a cambio de sumarse a las bandas criminales.

Algunos de ellos aseguraron que enlistarse les dio "un sentimiento de identidad y pertenencia".

"El contrato social se derrumbó"

A principios de mayo, el Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que Haití estaba "al borde del precipicio" y pidió apoyo "inmediato" para el empobrecido país caribeño.

"La incapacidad del Estado para garantizar los derechos humanos socavó por completo la confianza de la gente
. El contrato social se derrumbó. La anarquía actual es una emergencia de derechos humanos que exige una respuesta contundente", declaró.