Facundo "Cachorro" Torres, el último policía porteño detenido en la causa por el crimen de Lucas González, quedó procesado con prisión preventiva por decisión de la jueza de instrucción Vanesa Peluffo. La jueza hizo lugar al pedido del fiscal Leonel Gómez Barbella luego de que Héctor Cuevas, uno de los 14 policías que enfrentan el juicio en marcha, declarara que Torres llevó en su moto al oficial Gabriel Isassi a plantar el arma de juguete con el que intentaron instalar la versión del "enfrentamiento armado". Los datos de geoposicionamiento del vehículo de Torres coinciden con los horarios y el recorrido mencionado por Cuevas entre el lugar del crimen, la comisaría y la escena del encubrimiento. En su indagatoria, Torres reconoció haber trasladado a Isassi pero aseguró que sólo fueron a buscar cinta perimetral a la comisaría.
"La esforzada explicación introducida por Torres, quien intentara demostrar no estar involucrado y no tener conocimiento de la conducta que Isassi concretó, resulta pueril y se contrapone con los datos objetivos colectados, y no controvertidos, que reconstruyen, en lo que aquí se analiza, la declaración de Cuevas", escribió Peluffo en su resolución de 47 páginas en la que decidió procesar al oficial por los delitos de encubrimiento agravado "por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave" y de privación ilegal de la libertad agravada "por tratarse de un funcionario público".
Entre los datos citados por la jueza se destaca el geoposicionamiento aportado por la Oficina de Transparencia del Ministerio de Seguridad. Allí se reconstruye en detalle el recorrido de la moto de Torres en la mañana del 17 de noviembre de 2021. Según explicó Peluffo, los datos permiten situarlo con Isassi en la intersección de Vélez Sarsfield e Iriarte, el lugar del crimen, a las 9.44, sólo unos minutos después del horario en que se data la balacera de la brigada integrada por Isassi, Fabián López y Juan José Nieva. La jueza precisa que luego la moto estuvo "a las 10.16 horas en la Comisaría Vecinal 4D en donde se detuvo por un minuto, reanudando su marcha hacia donde estaban los adolescentes detenidos --Alvarado y Perdriel--, adonde llegaron y en donde permanecieron hasta las 10.28".
Las cámaras de seguridad, en tanto, captaron la moto con los dos oficiales a bordo e incluso el momento en que paran en la comisaría, Torres ingresa al lugar e Isassi lo espera abajo. Según Torres, fueron allí a buscar cinta perimetral a pedido de Isassi. Para la jueza, esa versión "no resiste el más mínimo análisis" ya que podían pedirle cinta "a cualquiera de los móviles que se habían acercado 'en prioridad'". En su pedido de procesamiento, el fiscal se había expresado en el mismo sentido al señalar que "no es tarea del personal de Brigadas y Sumarios, a la que pertenecía Isassi, buscar cintas y, mucho menos, llevar a cabo cortes de calle".
"Una cinta de las descriptas por el encausado no es un elemento pequeño, se trata de un rollo de significativas dimensiones", había agregado el fiscal, quien aseguró que "ningún video ni testigo obrante en la causa permiten acompañar ese relato, sino todo lo contrario, las filmaciones de la vía pública demuestran una versión diametralmente diferente en la que se visualiza a ambos sin ninguna cinta". Los datos del geoposicionamiento coinciden, sin embargo, con el horario mencionado por Cuevas, que ubicó alrededor de las 10.30 el momento en que Isassi baja de la moto de Torres y coloca el arma de juguete en el auto de los chicos. Cuevas también había asegurado que escuchó rumores de que Torres se jactaba de haber aportado el arma que tenía en la comisaría.
Tanto la jueza como el fiscal hacen referencia en sus escritos a la ventana de aproximadamente una hora que transcurre entre la balacera y el momento en que el subcomisario de brigadas Roberto Inca hace la primera consulta judicial. Según refiere Peluffo, Torres aseguró en su indagatoria que, al encontrarse con Isassi en Iriarte y Vélez Sarsfield, desde Alvarado y Perdriel ya le habían notificado a la brigada que "aparentemente no habían encontrado arma”. Lo mismo señaló Cuevas, que dijo que no halló arma alguna en la Surán de los chicos.
"No quedan dudas a esta altura que a pocos minutos de la balacera había comunicaciones informales por las cuales se le informaba a la brigada acerca de la ausencia de armamento en poder de los adolescentes ilegalmente detenidos", remarcó la jueza en este sentido. La ausencia de armas desbarataba la versión del "enfrentamiento armado" instalada por la brigada en la primera modulación, por lo que, sostienen los investigadores, los agentes imputados desplegaron la trama de encubrimiento para plantar la pistola falsa.
En este sentido, Gómez Barbella citó en su escrito la conversación entre el comisario Fabián Du Santos, de la 4D de Barracas, y Rodolfo Ozán, de la 4A de Parque Patricios, ocurrida a las 9.59 de ese día. Ozán, el primer comisario en llegar al lugar, le comenta a Du Santos que "le dije a Inca que está como subcomisario que vaya y busquen lo que tengan que buscar para justificar esto". Según el fiscal, "Torres se ocupó de conseguir el arma de utilería de la que allí se hablaba con el objeto de 'justificar' semejantes conductas ilícitas".
Inca es, precisamente, quien Cuevas señala como el responsable de dar la orden a Isassi de plantar el arma: "Andá a poner eso", fue la frase que refirió haber escuchado en la esquina de Alvarado y Perdriel. En su resolución, la jueza Peluffo consideró que "el subcomisario Inca encaró la consulta judicial a los pocos minutos de que Isassi se retirara con Torres del lugar donde se había materializado la detención, una vez que ya había sido colocada la réplica que se secuestró".