“Avanza Libertad entró a la alianza Juntos por el Cambio sin ningún tipo de condicionamiento”. La frase que José Luis Espert pronunció ni bien se oficializó su arribo a la alianza opositora activó las alarmas en torno a su candidatura. El economista liberal había lanzado su precandidatura para disputar por la gobernación bonaerense a finales del año pasado, pero en su presentación en la última Feria del Libro en la Ciudad de Buenos Aires de este año aseguró que iba a ser precandidato a la presidencia. ¿Puede esa precandidatura volver a su posición originaria? Ese es el gran debate que por estas horas analiza el ala liberal del cambiemismo.
Con los frentes electorales ya presentados ante la Justicia Electoral, los armados nacionales se preparan para definir las candidaturas que deberán presentarse antes del próximo sábado 24 de junio, fecha tope para dejar el misterio de lado y llenar los casilleros con los nombres que participarán en las elecciones primarias del próximo 13 de agosto. Además de las boletas presidenciales, ese día también se elegirán candidatos en la Provincia de Buenos Aires. En ese sentido, hay algunos referentes que se discuten entre ambos distritos. Uno de ellos, es el diputado de Avanza Libertad, recientemente incorporado a Juntos por el Cambio.
En una entrevista con radio Continental, minutos después de presentado el frente que a nivel nacional quedó integrado por el PRO, la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, Encuentro Republicano Federal, el GEN, el Partido Demócrata Progresista, y el partido Unir, Espert relanzó la piedra. “Todavía no lo hemos decidido de modo definitivo, puede ser a nivel nacional o a nivel provincial”, dijo el diputado que aseguró: “Ahora que ya firmamos la alianza electoral y estamos en iguales condiciones que las de todos los partidos que integran el frente, vamos a ponernos a discutir cuál es el mejor lugar desde el cual le podemos ofrecer a la gente la mejor propuesta”.
Desde que pidió ser parte de la alianza opositora a Espert se lo menciona como parte de una estrategia del alcalde porteño para dividir los votos que podían sentirse atraídos por el discurso extremo que se corporiza desde la figura de Bullrich. El diputado se despega de esas acusaciones y argumenta que, en la grita amarilla, no forma parte ni de un armado ni del otro. “Hace 35 años que soy liberal, siempre dije lo mismo y me metí a Juntos por el Cambio para fortificar el espacio, traer liberales, y para competir contra Larreta y contra Bullrich”, afirmó el miércoles.
Lo que sí hace Espert es diferenciarse de Javier Milei, y eso cobra un sentido distinto teniendo en cuenta que la propia Bullrich volvió a insinuar la posibilidad de un acuerdo de gobierno con el sector del libertario, en caso de llegar a la Casa Rosada. “Nosotros queremos hacer una propuesta liberal seria, no proponemos cosas raras como venta libre de órganos, dolarización o tenencia libre de armas, lo que los liberales de Juntos por el Cambio le proponemos a Juntos por el Cambio es un liberalismo en serio con los patitos bien ordenados”, lanzó el diputado.
Lo cierto es que en el marco de la coalición opositora, que en la Provincia de Buenos Aires también suma a otra decena de fuerzas distritales, Espert abre la posibilidad de retornar a sus intenciones originales para pelear por la candidatura a gobernador. “No hay una definición tajante que diga desde dónde vamos a jugar, la gente va a ser un termómetro para decidir dónde van a estar Espert y su equipo”, afirmó y agregó: “Yo no confirmo mi candidatura a Presidente porque puedo estar en otro distrito y mi distrito por antonomasia es la Provincia de Buenos Aires, en donde en el 2021 hicimos la mejor elección de la historia para el liberalismo. Me tira, pero no es una cosa que vaya a decidir sólo porque ahora somos parte de una coalición en la que las cosas se definen con el acuerdo de todas las partes”.
El laberinto de los sellos
El cierre de alianzas dejó algunas perlas relacionadas con las diferentes posturas que algunos partidos asumieron para la disputa nacional y en las diferentes provincias. Algo particular se da con Juntos por el Cambio, que tiene en su alianza bonaerenses fuerzas que a nivel nacional pusieron el gancho para integrar frentes de distintos. Y que se empiezan a leer con lupa en el juego interno que incluye coqueteos con Milei por un lado y con el cordobés Juan Schiaretti, por el otro.
Uno es el caso del Partido Socialista, que integra nacionalmente el frente Hacemos por nuestro País, que se referencia con el cordobés, pero en la Provincia de Buenos Aires forma parte del armado de Juntos por el Cambio. Ese doble estandar también se observa con el GEN que formando parte de la estructura nacional y bonaerense del cambiemismo, integra la alianza schiarettista en Córdoba. Y también puede leerse en el Partido Tercera Posición, de Graciela Camaño, que no integra nacionalmente ninguna alianza pero en la Provincia forma parte del cambiemismo. Camaño, que se declara presindente en la actual elección, y dice que las patas provinciales toman sus propias decisiones, forma parte del Interbloque Federal en el que conviven cordobesistas, peronistas bonaerenses no kicillofistas y socialistas santafesinos.
Pero el caso que más revuelo causó en Provincia de Buenos Aires se dio con el Partido Federal Renovador, conducido por Gustavo Cuervo, que integra La Libertad Avanza. La fuerza fue fundada por el padre del senador Joaquín De la Torre, uno de los precandidatos a gobernador que quedaron en el camino cuando Bullrich eligió a Néstor Grindetti como precandidato de su espacio. El partido formó parte de las estructuras con las que De la Torre llegó en reiteradas oportunidades a la intendencia de San Miguel, por lo que rápidamente se instaló la idea de un "pase de último momento" o una negociación por debajo de la mesa entre el bullrichismo y los libertarios.
Esas versiones fueron desmentidas por el entorno del senador a BuenosAires/12. "Joaquín esta trabajando con Patricia, el partido no tiene nada que ver con él, ni él tiene injerencia en las decisiones de ese partido", afirmaron ante la consulta. Sin embargo, la sospecha quedó instalada en micromundo político bonaerense.