El domingo 30 de abril de 1982, el veinteañero Pipo Cipolatti se topó con Daniel Melingo (dos años mayor que él) en Defensa y Humberto Primo. Entonces el rockero luego devenido tanguero le propuso juntar sus canciones con las suyas. Así nacieron Los Twist, al igual que uno de los discos fundamentales del rock argentino: La dicha en movimiento. Y es que temas como “Ritmo colocado”, “Cleopatra, la reina del twist”, “Jugando hulla-hulla”, “Ulises y las sirenas” o “Quién puso el bomp” ya estaban compuestos. Siempre pensados para la voz de Fabiana Cantilo. Sin embargo, su destino se selló al año siguiente en Córdoba y Pueyrredón. En el Café Einstein, Charly García los vio en vivo y quedó fascinado. Tanto que se ofreció a producir ese álbum debut que le inyectó tecnicolor a una Argentina que venía de padecer una de sus épocas más grises. Y lo hicieron a punta de humor sofisticado y mordacidad aguda. Rasgos potenciados con pop, rockabilly y ska. Y twist, claro.

A 40 años de aquel hito, grabado en 29 horas (dosificadas en tres días) y que vendió 120 mil copias en los tres primeros meses, el Centro Cultural Kirchner le rendirá tributo a través de su ciclo Disco esenciales 1983-2023. Este domingo, en el Auditorio Nacional y a las 20, la nueva generación de músicos argentinos revisitará esa obra maestra del rock argentino, con la dirección de Axel Krygier. “Cuando tenía 14 o 15 años, fue uno de los discos que me pegaron muy fuerte”, reconoce el ex integrante de La Portuaria. “La propuesta me la acercaron en marzo, pero arranqué en abril. Si bien conocía los temas, necesitaba tiempo para adentrarme realmente en ellos. Antes de ponerme manos a las obras, no tenía muy claro lo que debía hacer. Cuando me metí en el disco, me di cuenta de que había que tocarlo tal como era. Pensé que lo mejor era hacer versiones fieles, aunque no necesariamente similares. Son versiones fieles en cuanto a la base. Luego, lo que hice fue aplicarlas a un grupo un poco más grande”.

Mariana Michi (guitarra y coros), Diego Arcaute (batería), Clara Lambertucci (bajo), Manuel Schaller (theremín y programaciones), Juan Canosa (trombón), Yamile Burich (saxo), y Juan Ravioli y Sol Bassa (ambos en guitarra) serán los músicos que formarán parte de la banda estable. En tanto que Sofía Viola, Julián Kartun, Julieta Laso y Dani Umpi interpretarán esos clásicos, además de encargarse de las reversiones. Krygier eligió a los artistas que participarán en este homenaje. “Elegí a gente joven porque había que escapar del viejazo”, justifica quien también se sumará en los teclados. Yamile estuvo con el Gonzo Palacios (saxofonista y corista de Los Twist), y tiene todas sus bendiciones para hacer sus partes. Mariana Michi es nuestra Fabi. Siempre que la escuché la sentí muy afín. Ella se canta todo, y tira muy para adelante. Yo voy a hacer una especie de hermano menor de Pipo y Melingo en el show. Y Julián hará de Melingo”.

En la curaduría artística, despuntan la inclusión de Laso y Umpi. Y es que representan en la alineación el brazo queer, carácter que bien supo encarnar la propuesta de Los Twist. “Me parecía que hoy en día un homenaje así no podía dejar de lado lo queer. Es casi como una justicia poética.”, dice el multiinstrumentista. “Los Twist son el ejemplo de una generación, y esto, de algún modo, es como darle cabida a algo que en ese tiempo por ahí comenzaba. Fueron los primeros en ser más abiertos sexualmente y socialmente hablando. Esto daba para unificar en esa profundización de culturas, géneros y tendencias”. Sin ánimo de espoilear lo que sucederá el día del evento, cuyas entradas se podrán conseguir gratuitamente este viernes a las 12 en la web del CCK, Krygier adelanta que Sofía Viola cantará “¡Salsa!”. Al tiempo que las partes de bajo y saxo son iguales a las de Los Twist, aunque estas últimas las convirtió en arreglos de viento.

Otro dato que adelanta el director de este capítulo del ciclo Disco esenciales 1983-2023 es que se respetará el orden de los temas de La dicha en movimiento. “Incluso se toca con la separación que hay entre el Lado A y el Lado B”, destaca. “Vamos a hacer una mini performance al respecto”. Vale la pena recordar que el primer disco de Los Twist dura 36 minutos, y está constituido por 14 canciones (en vinilo tiene siete temas por cada lado, unificados en 1991 con la salida de la edición en CD). “El show durará alrededor de una hora. No es lo mismo tocar un tema en vivo que escucharlo. Aunque casi todos duran lo que duran en el disco, hay algunos temas que tienen cosas extendidas o que tienen intros largas. Por ejemplo, el último tema del disco, ‘Mocasín’, es cortísimo (dura 59 segundos). Y nosotros lo alargamos. Son 14 canciones. No es tan simple de llevar a cabo un proyecto así”.

A propósito de la dificultad de representar un disco conceptualmente complejo, Krygier, tras los dos ensayos que se hicieron hasta el momento, resalta: “Tener una idea sobre algo que no te pertenece ya de por sí es un gran evento. Me estoy jugando a no hacer agregados innecesarios. Intento que se note que los temas originales están buenos, y que el espíritu alegre está bien plantado. Por eso quería cantantes que pelarán de algún modo esa posibilidad de ironizar”. El músico, compositor y arreglista nunca pudo ver en vivo a Los Twist. “Me los perdí por poco”, se lamenta. “Recuerdo que mis amigos habían ido a verlos a La Esquina del Sol. Y luego ya no estaba más la formación que me interesaba”. Años después, por esas paradojas de la vida, tuvo la oportunidad de ensayar con la banda. “Ensayé, pero no llegué a tocar”, aclara. Me llamó Damián Nisenson para reemplazarlo. Después se suspendió el show, y volvió Damián”.

Tras estudiar a fondo La dicha en movimiento, para preparar este show que se transmitirá por la TV Pública el 8 de julio, Axel Krygier rescata: “Me parece que hay algunos temas que son muy buenos. Y otros que, sin tener una particularidad, suenan de forma asombrosa. Lo que no está por un lado, está por el otro. Tiene un sonido de guitarras inigualable, y un espíritu estilístico. Es muy loco que jugaran con géneros como el rockabilly”. 

El miércoles último, en medio de un año que lo tiene más cercano a su veta teatral, el artista tocó como invitado en el recital que ofreció Daniel Melingo en Café Berlín. “Le conté sobre este tributo, y me dijo que le parecía una gran noticia. También tengo su bendición”, revela con alegría. No sé si va a venir. Tampoco sé si Pipo vendrá. No estoy aprovechando esto como una movida política mía dentro del rock argentino. Siempre fui un poco periférico a la idea del rock, aún estando adentro. Con escuchar a Charly y al Flaco me basta”.