La contaminación lumínica está aumentando en todo el mundo y el panorama trae consigo sus efectos adversos que alcanzan también a la salud humana con consecuencias en nuestro sistema visual, circadiano y neuroconductual, según explicó la revista Science.
La prestigiosa publicación científica dedicó este jueves un especial de cinco estudios en el que se analizan y discuten los crecientes efectos adversos de la iluminación nocturna en la salud humana, los ecosistemas o en la observación de los cielos por astrónomos.
¿Cómo responde el cuerpo humano a la luz nocturna?
Encabezado por Karolina Zielinska-Dabkowska de la Universidad de Gdansk (Polonia), uno de los artículos analiza cómo responde el cuerpo humano a la exposición nocturna de la luz.
Los autores recuerdan que con 4.400 millones de personas viviendo en ciudades la iluminación crece en todo el mundo y una investigación reciente muestra que el alcance de la luz eléctrica creció casi un 10% anual en los últimos 12 años, "mucho más de lo que se pensaba".
Los especialistas indican que la exposición a las farolas urbanas, los estadios deportivos al aire libre y la publicidad luminosa afectan a los sistemas visual, circadiano y neuroconductual. En ese sentido, pruebas sólidas procedentes de estudios de laboratorio controlados demuestran que la exposición "excesiva a la luz por la tarde y por la noche puede ser problemática".
La luz eléctrica sobrecarga los ojos, estresa el sistema visual y puede causar problemas circadianos, neuroconductuales y neuroendocrinos, como la alteración del sueño y la supresión de la secreción de melatonina de la glándula pineal, remarcan los autores.
Riesgo de enfermedades crónicas
Cada vez son más los trabajos que apuntan a los efectos adversos de la iluminación exterior en la salud humana, incluido el riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, estos conocimientos se encuentran en una fase más incipiente.
De todas maneras, los efectos de la exposición individual a la luz nocturna sobre el sistema circadiano y la fisiología central de las enfermedades crónicas y el sistema inmunitario "están bien demostrados" hoy en día.
Recientemente se describieron efectos potencialmente relevantes de la luz en la fisiología humana que están relacionados con las oscilaciones diarias del microbioma intestinal, la cual interviene en la fisiología humana
Además, precisan que durante la pandemia de covid-19, los estudios demostraron que "las personas se infectaban con más frecuencia, más gravemente y durante períodos más largos cuando no dormían y/o trabajaban de noche o residían en zonas con altos niveles de emisiones de luz eléctrica exterior por la noche".
El rol de la luz artificial en plantas, animales y ecosistemas
Por otra parte, la revista Science publicó otros estudios que analizan los efectos variables y complejos de la luz artificial en plantas, animales y ecosistemas enteros.
La creciente contaminación lumínica está provocando la pérdida de hábitats, la alteración de las redes tróficas y la disminución de las poblaciones de insectos, señala Annika Jägerbrand, de la Universidad de Gävle (Suecia).
Sus efectos en la observación del cielo son analizados por Antonia Varela Pérez, del Instituto de Astrofísica de Canarias y de la Fundación Starlight. Entre las crecientes fuentes de contaminación para los astrónomos están las grandes constelaciones de satélites en órbita, las interferencias de radiofrecuencia y el despliegue de la iluminación LED, que produce más luz azul que las tecnologías anteriores.
Cada uno de ellos tiene un impacto adverso en las observaciones astronómicas, limitando los descubrimientos científicos, las conexiones culturales con el cielo nocturno y las oportunidades del astroturismo.
Las zonas de cielo oscuro designadas a nivel local aportan beneficios para el turismo, pero urge una normativa internacional más amplia, considera la investigadora.