“¡El Tercer Malón de la Paz le dice a Morales que renuncie! ¡Abajo la reforma!", gritaron a coro comuneras y comuneros reunidos ayer en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Jujuy. Después de la represión en Abra Pampa, Verónica Chavez, presidenta de la comunidad Tres Pozos, de Salinas Grandes, informó que la Asamblea Nacional de los Pueblos de la Puna decidió cortar de manera indeterminada las rutas nacionales que van a Chile y Bolivia. “La medida solo se levantará con la restitución de la Constitución provincial y la indeclinable renuncia del gobernador de la provincia”, informó la comunera en nombre de las comunidades kollas de la Puna jujeña.
Cuando el Tercer Malón de la Paz ingresó a San Salvador de Jujuy este viernes por la mañana, la reforma de la Carta Magna jujeña ya era un hecho. “Está todo a favor de (Gerardo) Morales. Sean radicales o justicialistas, votaron en contra de los pueblos originarios”, declaró Erica Cañari, de la comunidad kolla Pozo Colorado, también de Salinas Grandes. “Vamos a seguir luchando hasta que se anule todo esto. Es inconstitucional lo que hizo Morales”, aseguró.
En su caminata las comunidades de la Puna confluyeron en Purmamarca, y desde ahí avanzaron hasta hacer noche en Padre Lozano, a pocos kilómetros de San Salvador, a donde ingresaron unas 500 personas a primera hora del viernes. Caminaron tres días desde Abra Pampa, en el extremo norte jujeño, y Salinas Grandes, en el oeste, primero con la esperanza de cancelar la reforma, luego masticando la noticia que les amargó el jueves por la noche cuando se enteraron que la reforma de la Constitución había sido aprobada en general con el voto afirmativo de los bloques Frente Cambia Jujuy y Frente Justicialista.
“Aquí venimos marchando, los conductores nos apoyan mientras caminamos. La caída de la reforma comenzó ahora”, posteó un integrante de la Biblioteca Andina "Ñawpayachaykuna" en camino a San Salvador. “No entendemos lo que está haciendo el gobierno. No hubo espacio de consulta previa, libre e informada y culturalmente accesible”, explicó Mercedes Maidana, docente del Pueblo Omaguaca.
“Es una Constitución vergonzosa. Estamos con muchísima bronca. Repudiamos la actitud nefasta que tuvieron los constituyentes que participaron”, dijo José Sajama. Para el presidente de la comunidad aborigen Queta y miembro del Consejo de Comunidades de Cochinoca, del Pueblo Kolla, la reforma exprés fue “un atropello y una irresponsabilidad. No vamos a parar”, agregó. Carlos Chuchuy, presidente de la comunidad kolla Lumara de Abra Pampa, recordó que la ley provincial 6.302, que declaró la necesidad de la reforma parcial de la Constitución jujeña, “no cumplió el artículo 6 del Convenio 169 de la OIT”, porque no se consultó a las más de 400 comunidades reconocidas en Jujuy. “Habrá que hacer las presentaciones legales. Quizás hemos perdido una batalla, pero la pelea recién comienza. Llegaremos hasta La Haya si hace falta”.
El Tercer Malón de la Paz levantó otra vez sus whipalas contra los avances sobre derechos ya reconocidos en los años 90. En 1992 Argentina le dio rango constitucional al Convenio 169 de la OIT mediante la ley 24071 y en 1994, con la reforma de la Carta Magna nacional, se aprobó el artículo 75 inciso 17. Las comunidades indígenas de Jujuy advirtieron que varios artículos de la Constitución reformada permitirían al Estado provincial cercenar derechos por los que aún pelean. Con la consigna central “¡Arriba las whipalas! ¡abajo la reforma!” las comunidades destacaron que las modificaciones ponen el derecho a la propiedad privada por encima del derecho a la posesión ancestral y a la propiedad comunitaria; asimismo, incorporan una visión de desarrollo que va contra de la naturaleza y la vida en general.
“¡Compañeros!”, les dijo Nicanor López a comuneros y comuneras que se aprestaban a iniciar la marcha con sus whipalas en alto el miércoles desde Abra Pampa. “Nosotros iniciamos el primer Malón de la Paz”, les recordó, porque él con 86 años, los vio a todos. “Somos los que empezamos a luchar, porque somos de aquí”, golpeó la tierra con los dos bastones en sus manos, “de la Puna, y nos quieren desmantelar, nos quieren dejar sin nada. Nosotros no quitamos nada a nadie ¡Hay que seguir compañeros!”, animó.
El primer Malón de la Paz, que concentró a comunidades kollas de Jujuy y Salta, levantó consignas que, en lo profundo, son iguales a las actuales. Estas comunidades buscan, desde 1946, el reconocimiento de sus territorios. Por eso marcharon a Buenos Aires durante dos meses y llegaron el 3 de agosto de 1946, después de recorrer 2.425 kilómetros de a pie. Entonces llegaron a la capital nacional para pedirle a Juan Domingo Perón la devolución de sus tierras. El segundo Malón fue en este siglo y contra el gobierno de Eduardo Fellner, en 2006. En Purmamarca reclamaron otra vez la titularización de sus territorios comunitarios.