"Desde adentro del mismo pueblo o paraje era algo extraño, nos decían "¿Qué vas a mostrar acá? si acá no hay nada". Está bien, no hay montañas, no hay mar, pero sí hay mucho valor cultural, histórico. Y además, contado por la propia gente del lugar, es desde un lugar de afectividad, de cariño. Es increíble cómo nos sentimos identificados. Nos encontramos en cada esquina y en cada lugar, aunque uno no sea específicamente del lugar, siempre tenemos algo que ver con la historia nuestra", afirma Virgina Roca,  trabajadora social, magister en psicología organizacional y extensionista del INTA (Instituto Nacional de Tencología Agropecuaria). Es a través de este organismo que logró ser ideóloga del proyecto Crecer Comunidades Rurales, una organización sin fines de lucro que busca mejorar la calidad de vida de aquellos que viven lejos de la ciudad. 

El territorio completo que cumplen es el partido de Trenque Lauquen, que está dividido en siete secciones. En cada una de esas zonas tienen referentes, lugareños que representan a cada una de las comunidades. Quienes integran la red son maestras rurales, productores y productoras agropecuarias, referentes institucionales o simplemente vecinos que cumplan un rol importante dentro del territorio. Después de años de trabajo, el domingo próximo inaugurarán el primer centro comunitario rural del partido. Una historia de la organización de una comunidad. 

Mejorar la calidad de vida

La idea comenzó a revolotear allá por el 2016, sobre las pequeñas comunidades rurales del partido de Trenque Lauquen. "Todo surgió de la necesidad de ampliar la llegada del territorio, de ser más personas que trabajan en forma conjunta con las comunidades rurales. Lo que observábamos es que las condiciones mismas del territorio lo impedían. En el campo las distancias son largas, y para generar proyectos hay que estar cerca. Por ahí hacíamos esfuerzos aislados y esos recursos aislados no lograban tener un impacto relevante en el territorio, entonces teníamos que organizarnos y generar continuidad para que los avances sean de calidad", afirma Virginia.

Con el objetivo de reunir cada vez más personas, comenzaron a juntarse con personas e instituciones que tuvieran algo que ver con la experiencia de la ruralidad. Comenzaron a pensar en comunidad en términos de objetivos, en proyectos, en las necesidades que tenía cada lugar en particular.

Para comenzar, hicieron un diagnóstico cuantitativo, además de talleres participativos en los lugares. Con todos esos datos, vieron cuáles eran las necesidades y plantearon objetivos concretos. "El objetivo general y transversal a todo es trabajar para mejorar la calidad de vida de la gente que vive en el campo. Los objetivos particulares tienen que ver con mejorar la infraestructuras de los lugares, la cartelería en los caminos, recuperar edificios que han sido históricos y que hoy en día están abandonados. Pero todo está relacionado con recuperar lo que es el vínculo comunitario", afirma Virginia. 

Con el apoyo del Ministerio y del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) intentan mejorar el acceso de las comunidades al agua potable, revalorizar espacios de infraestructura, caminos, lugares de encuentro, o facilitar el acceso a la salud. "Armamos un programa integral de salud rural con el municipio, saber comunitaria y con educación y la idea es que en cada lugar tenga la oportunidad de tener anualmente un control de salud", explica Virginia. 

Dar valor

Desde el inicio, los sujetos que veía que eran más vulnerados por esta descentralización eran las mujeres, jóvenes y niños. Según Virginia, los sectores más vulnerados de las comunidades rurales no tienen espacios de recreación o de socialización, donde conectarse comunitariamente. La idea era desconcentrar de la ciudad de Trenque Lauquen, de 50.000 habitantes, que concentra toda la oferta cultural de la zona.

Por eso, su proyecto de Turismo Rural que nació en pandemia fue su fuerte y lo continúa siendo hasta el día de hoy. Con la idea en mente de revalorizar el territorio, comenzaron a realizar visitas guiadas en los parajes, en las pequeñas localidades, haciendo paradas en los lugares icónicos y contando la historia del lugar. Siempre terminaban con una comida típica del lugar visitado. "Eso que empezó viendo a ver cómo nos resultaba fue cobrando mucha importancia. Despertaba mucho interés, movía la zona. Generaba un ingreso a la comunidad o al paraje pero además es como ponerse lindo para mostrar, ¿no?", se pregunta Virginia. 

A través de las visitas por los parajes y pequeñas localidades, comenzaron a poder rescatar las potencialidades propias del territorio. Los lugareños son quienes conducen las visitas. Así empezaron a hacer turismo natural: flora, avistamiento de aves, patrimonio antropológico de la laguna. 

Hoy tienen dónde

El proyecto comenzó, poco a poco, a dar lugar a otros trabajos de recuperación del patrimonio de la zona. "Había muchos pequeños pueblitos venidos a menos que organizar este tipo de actividades les hizo muy bien. O una capilla abandonada que recuperamos. Un lugar que era un destacamento y ahora es el primer centro cultural rural, donde la familia, sobre todo las mujeres que viven en el medio del campo, pueden sentarse a tejer, a hacer artesanías, a hacer huerta, donde dan catequesis. Todo depende de las necesidades que tengan ellos", afirma Virginia.

El lugar que menciona Virigina se llama La casita de Lértora, ubicado en el paraje homónimo que recuerda a Alejandro Lértora, quien donó las tierras para levantar la Estación Ferroviaria. Hoy en día, sus vías se encuentran sin uso, y sus habitantes se dispersaron. Gracias al centro cultural-comunitario, hoy tienen dónde reunirse. El próximo domingo 25 quedará oficialmente inaugurado.

Beruti, otra de las localidades del partido, está recibiendo visitas guiadas con respecto a la historia del lugar. Los vecinos de la zona están en campaña para que sea incluida como pueblo turístico, ya que tiene una laguna pintoresca que mueve, además, la pesca comercial. 

Después de la pandemia, la revalorización por la ruralidad se dió de manera orgánica entre muchos que, cansados de vivir en la ciudad, migraron de manera inversa. "El turismo rural cada vez está cobrando más fuerza, ya que aporta al desarrollo territorial agropecuario", afirma Virginia. 

Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer. "Creo que todavía hay cosas que son propias de la gente que vive en el campo que hay que cambiar. Terminar los estudios, por ejemplo, cuesta mucho. Por la distancia, por las herramientas. No todo el mundo tiene la misma conectividad, los caminos por ahí no están en buenas condiciones, por ahí la gente no cuenta con la movilidad adecuada. Se trata de dificultades que van mejorando pero no todos el tenemos acceso a algunas cuestiones, falta todavía la igualdad de oportunidades", concluye. 

Para quien quiera acercarse, la inauguración y puesta en valor de “La Casita de Lértora”, el primer Centro Comunitario Rural de Trenque Lauquen será el domingo 25 de junio al mediodía en Lértora. Habrá venta de comida casera, productos artesanales/cosas dulces, y bebidas. Más información en las redes sociales de Crecer Comunidades Rurales