Un Gardel siempre sirve. Empuja. Así lo está viviendo hoy Vivi Pozzebón, con uno flamante al mejor álbum de instrumental-fusión-world. Habla ella de una “alegría enorme”. De un reconocimiento, a través de él, a la música independiente que ocurre en las provincias. También a las mujeres y a las disidencias. “Es gratificante porque hubo mucho trabajo detrás. Hicimos el disco durante todo el 2021, todavía en período de pandemia. Las artistas mandaban sus tracks que muchas veces grababan en estudios personales, y había que editarlos y volver a acomodarlos. Está bueno cuando se reconoce eso”.
-¿Te sienta cómoda la “etiqueta” de fusión-world?
-Creo que la terna en la que gané es justamente la de los proyectos que no se pueden encasillar dentro de las ternas más populares. Lo de “instrumental-fusión-world music”, se amolda bien a la música que hago, porque mezclo ritmos latinos con folklore de la Argentina y del mundo, que son el origen de mis canciones. Lo que hago, básicamente, tiene que ver con una búsqueda antropológica.
Es a lo que apunta al cabo el Volumen 1 de Tamboreras por el mundo, trabajo premiado que Pozzebón mostrará en parte el domingo 18 de junio en el Espacio Utaki (Garibaldi 1675), en el marco de una Jornada Tamborera, y volverá sobre él, el 1° de agosto, en Pista Urbana (Chacabuco 874), como parte de la celebración de la Pacha Urbana. “Este disco es como la punta de un iceberg de algo mucho más grande, porque confluyen dos aspectos de mi trabajo: por un lado, el de artista y por otro, el de llevar adelante un proyecto que ya tiene trece años, cuyo fin es el de empoderar a las mujeres a través de la percusión, y crear una red de percusionistas del mundo”, señala Vivi, que se tomó el trabajo de entrevistar a 26 percusionistas, para dar con su trabajo. “Lo que hice fue invitar colegas mujeres de distintas latitudes a compartir música, mezclando de una manera orgánica los ritmos folklóricos y las percusiones del mundo que cada una representa”, explica ella.
Pozzebón es también la creadora de De Boca en Boca, cuarteto vocal femenino que hizo punta en el país tambores en mano, y actualmente, sigue al frente de la “Escuela Internacional de de Tamboreras”, desde la que propone la formación musical y el estudio de la percusión impulsado por mujeres y disidencias, cuya síntesis documental puede verse en Tamboreras, mujeres al tambor. O bien rastrearse en la escucha de sus cuatro discos a la fecha, donde los encuentros entre géneros (del chamamé al bembé afrocubano, de la chacarera al festejo peruano, y así) brillan por su presencia. “Le puse Volumen I al disco porque el deseo es poder seguir sumando volúmenes y mixturando ritmos de distintas latitudes bajo una mirada feminista y global”, detalla.
-Lo que denominás la “tribu en construcción”…
-Totalmente. En cada encuentro, taller, retiro o show que hacemos se va construyendo, renovando, potenciando y reviviendo el fuego porque, además de las participantes de estos encuentros, estamos entramadas con otros colectivos de percusionistas como el MALTA, de Minas Gerais (Brasil), la Red de Tamboreras de Colombia o las kultruneras de la comunidad mapuche.