Nadie se sorprendió en Bahía Blanca cuando, antes de que terminara 2022, el por entonces larretista intendente de la ciudad, Héctor Gay, anunció que no iría por un tercer mandato. Lo que nadie imaginaba en ese momento era que saltaría la grieta amarilla y, en este escenario de doble PASO, terminaría por apoyar públicamente a Patricia Bullrich. Tomada a instancias de la senadora provincial Nidia Moirano, esta decisión obligó al larretismo a recurrir al también senador por la sexta sección Andrés De Leo. En Unión por la Patria, competirán Federico Susbielles y Sebastián Más.
De Leo es un lilito de origen radical que ya fue concejal y también precandidato a intendente. Viene acompañando a Diego Santilli en sus recorridas de campaña por los distritos de la sección pero, a diferencia de Moirano, no integra el dispositivo de poder que hoy maneja la Municipalidad, algo que lo deja en una seria inferioridad de recursos.
Nidia Moirano es abogada y fue conocida en la sociedad por su labor al frente del Hogar del Anciano, una institución de la sociedad civil. Con intereses en el sector inmobiliario, es señalada por fuentes locales como el verdadero poder detrás de la silla que actualmente ocupa Gay. Se dice que Moirano es quien toma las decisiones, define las prioridades y también los proveedores. La oposición la acusa de aumentar su patrimonio mediante el mecanismo de usucapión de propiedades a las que accedía a partir del manejo de información privilegiada. Lleva tres períodos consecutivos como senadora.
Héctor Gay era uno de los periodistas más conocidos de la ciudad, empleado por el poderoso grupo “La Nueva Provincia”, en otra época propiedad de la familia Massot. No se le había escuchado manifestar ninguna ambición política hasta que, en 2013, aceptó un lugar en la lista seccional de diputados por Unión Pro. Ocupó su banca sólo dos años: en 2015 fue candidato a intendente y, en el marco de la “ola amarilla”, derrotó a Marcelo Feliú del FPV por 43 puntos porcentuales contra 35.
Como intendente, se le reconoce un gran manejo de la comunicación, cimentado en las relaciones personales con quienes fueron sus colegas durante décadas y en su pertenencia al grupo de medios más importante del sudoeste bonaerense. Sin embargo, sobre el final de su segundo período es difícil definir cuál será su legado, más allá de llenar el espacio público con las mismas baldosas y balas de cañón que Larreta utiliza en la ciudad de Buenos Aires. Aún cuando acepte un lugar en la lista de legisladores, el futuro de Gay estaría lejos de la política y lejos de Bahía: tiene hijos viviendo en el exterior y quiere estar cerca de ellos.
Por el lado de Unión por la Patria, asoman dos precandidatos: el presidente del Puerto de Bahía Blanca, Federico Susbielles, y el secretario general de la regional del sindicato de empleados fiscales, la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP), Sebastián Más. Susbielles llegó al kirchnerismo de la mano de Graciela Ocaña y supo tejer relaciones al interior de ese espacio. Ya compitió en varias ocasiones y tiene a su favor su pasado como basquetbolista de seleccionado, algo valioso en Bahía Blanca. Además, se le reconoce un gran despliegue de actividad en tiempos de campaña —es “metedor”—, y tiene fama de temperamental.
Pero el acuerdo entre el kirchnerismo y el Frente Renovador no tendrá un capítulo bahiense: el candidato por el massismo será Sebastián Más. Un contador público nacional que conduce la seccional local de la AEFIP, cuya actividad también está vinculada al movimiento portuario y reúne el apoyo mayoritario de los gremios: comercio, dragado, petroleros, navales, ferroviarios y panaderos, entre otros. El tono de las fuentes en ambos campamentos preanuncia una interna respetuosa. Susbielles y Más ya caminaron juntos en el pasado y volverán a hacerlo después de agosto.
Para la oposición, el problema de Bahía Blanca es la falta de proyecto estratégico, algo que entienden que al PRO "no le interesa, por la poca iniciativa demostrada en los últimos casi ocho años". Por su ubicación geográfica, Bahía es parada obligada o punto de reunión tanto del sur bonaerense como de la patagonia. El gasoducto Néstor Kirchner, de muy pronta inauguración, también es una gran noticia para la ciudad porque parte importante del fluido saldrá por su puerto. “Pensar Bahía en grande”, afirman.
Pero también señalan que existe una gran distancia entre lo potencial, lo que Bahía podría ser, y la realidad actual. Es una ciudad con puerto, con un importante polo industrial petroquímico, con vida universitaria y, a la vez, con muchas calles de tierra, con problemas en el suministro de agua porque toda la infraestructura está vieja y colapsada por falta de mantenimiento adecuado. A la vez, la mancha urbana se ha extendido mucho en los últimos años, lo que hace crujir el sistema de transporte público y genera quejas de los usuarios.
Bahía Blanca es el distrito más poblado de la sexta sección, con 335 mil habitantes, según el censo 2022. Su tasa de crecimiento demográfico se duplicó respecto de la medición anterior. Es también uno de los más grandes de la provincia: fuera del conurbano sólo lo superan La Plata y Mar del Plata. A su vez, se trata de una sección electoral últimamente refractaria al peronismo. Sólo Monte Hermoso, la ciudad balneario, tiene un gobierno local de ese signo, una isla celeste en un mar amarillo.