La cosecha de trigo 2023/24 aumentaría un 40 por ciento aportando 16,2 millones de toneladas, según un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Pese a la mejora, la cifra representa la segunda menor producción en 8 años. Las exportaciones, por su parte, podrían alcanzar los 9,5 millones de toneladas, un 120 por ciento por encima de la última campaña, lo que permitiría sumar 1000 millones de dólares.
“Las precipitaciones de la segunda mitad de mayo salvaron la siembra de la nueva campaña triguera, y lo que pintaba inicialmente a ser una caída abrupta de área entre campañas, ahora se proyecta que sea una baja cercana al 5 por ciento”, indicaron Emilce Terré, Julio Calzada y Javier Treboux, especiaslitas de la GEA. De este modo, la proyección de siembra treparía a 5,6 millones de hectáreas y la producción a 16,2 millones de toneladas.
Por otra parte, si se confirma el incremento proyectado de las exportaciones de trigo, podrían ingresar unos 2375 millones de dólares a valores actuales, lo que significaría casi 1000 millones de dólares adicionales en exportaciones entre campañas, aunque aún permanecería 2300 millones de dólares por debajo de lo que dejó la 2021/22. Esos 2375 millones le permitirían al Estado recaudar unos 160 millones de dólares en concepto de derechos de exportación. “Las primeras proyecciones de producción nos permiten comenzar a pensar escenarios con respecto a lo que será la distribución de esa mercadería en sus diferentes usos. Luego de una campaña 2022/23 en la que las exportaciones se resintieron fuertemente, y difícilmente puedan llegar a superar el rango de las 4 - 4,5 millones de toneladas hasta el final de la campaña comercial, puede esperarse una recuperación de cara a lo que será el ciclo comercial 2023/24”, remarcó el informe de GEA y BCR.
Según las proyecciones incluidas en el trabajo, el país podría exportar un volumen cercano a los 9,5 millones de toneladas entre diciembre y noviembre 2024, lo cual representaría un incremento del 120 por ciento en relación con la campaña en curso. “Estas son, por supuesto, proyecciones; el desenvolvimiento efectivo del comercio exterior dependerá de muchas cosas, tales como la competitividad del grano argentino en los mercados internacionales, las políticas de comercio exterior, las necesidades del consumo interno, entre otras”, aclaró el informe.
Un dato esperanzador es que las malas perspectivas para la producción de Australia en esta campaña, principal competidor del hemisferio sur, permitirían a Argentina ganar participación en países atendidos por el gigante oceánico, tales como los del Sudeste Asiático, por lo que no se descarta que puedan mejorar aún más los números.