La Defensoría del Público y UNICEF presentarán en Salta la guía “Comunicación, infancia y adolescencia: Comunicación democrática”, con el objetivo de que periodistas se apropien de herramientas sobre temas que involucren a niñas, niños y adolescentes en medio audiovisuales. Será este miércoles 21 de junio, desde las 14 , en el auditorio K de la sede central de la Universidad Nacional de Salta (Avenida Bolivia 5150).

La Defensoría señaló que las niñeces y adolescencias sólo aparecen como fuente de información en el 4 % de las noticias publicadas en los principales portales y noticieros de televisión de Argentina. Y, en caso de contar con su aporte, su mención está mayoritariamente vinculada a hechos de violencia e inseguridad.

La titular de la Defensoría del Público, Miriam Lewin, dijo a Salta/12 que desde el organismo se detectó la ausencia de la palabra de chicos y chicas en los medios de comunicación. “Esto no quiere decir que tiene que haber un programa de chicos y chicas, sino que sus voces e intereses frente a cuestiones de la vida comunitaria y política tienen que estar presentes”, se explicó.

La funcionaria dijo que esta ausencia se suele dar porque la mayoría de las y los editores de medios recomiendan no incluir dichas voces si no hay autorización escrita de padres, madres o tutores. Lewin aclaró que no es necesario ese consentimiento, siempre y cuando el tratamiento periodístico no represente un riesgo a la integridad del niño y la niña.

De acuerdo con el Código Civil y Comercial de la Nación, para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona, de cualquier modo que se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los siguientes casos: que la persona participe en actos públicos; que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las precauciones suficientes para evitar un daño innecesario; que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés general.

Lo cierto es que no se deben publicar imágenes o datos que puedan suponer un riesgo para la niña o niño, y personas cercanas, incluso habiendo modificado u omitido los nombres u ocultado los rostros. Y en el caso de situaciones conflictivas también se insiste en la no identificación, ni directa ni indirectamente, debido a que la legislación procura que la situación compleja de un chico o chica –por ejemplo, por ser víctima de un delito o estar acusado/a de cometerlo- no se agrave mediante su exposición pública, porque esto condicionará, si es que no termina impidiendo, su reinserción socio comunitaria o la restitución de sus derechos. Tampoco se debe dar referencias sobre su escuela o su casa que permitan identificarla/o indirectamente.

Lewin aseguró que no dar la posibilidad de participación a las infancias y adolescencias representa un acto de discriminación. “Los chicos y chicas pueden votar a los 16 años y no se entiende por qué no pueden tener su voz en los medios de comunicación”, manifestó, cuestionando a los medios de comunicación que optan por “evitarse problemas”. Por ello reiteró que el resguardo únicamente debe darse cuando son víctimas o presuntos perpetradores de delitos.

“En general la participación de chicos y chicas está policializada”, añadió. Esta afirmación quedó más respaldada con la investigación que lleva adelante la Defensoría del Público y la UNICEF, que evidenció que niñas, niños y adolescentes sólo aparecen como fuente en el 4 % de las noticias publicadas en los principales portales y noticieros de televisión de Argentina y su mención está mayoritariamente vinculada a hechos de violencia e inseguridad. Frente a esta situación, ambos organismos recomiendan que “todo tema que involucre a la niñez y adolescencia o que despierte su interés puede incluir a chicas y chicos con sus informaciones y opiniones”.

El huevo o la gallina

Miriam Lewin contó que desde la Defensoría llevan adelante diversas acciones con niños, niñas y adolescentes, como las visitas a escuelas, a centros de detención e incluso en la apertura del estudio de radio y televisión móvil que tiene el organismo. En esos encuentros, hay una exigencia de mayor participación en los medios y “nos reclaman que siempre chicos y chicas aparecen estando en problemas”.

Tal vez por esta ausencia en la actualidad este grupo etario migra hacia otras plataformas y redes sociales porque “ahí están sus amigos y se difunde la información que los involucra”. “Ellos producen sus propios contenidos”, aseguró Lewin, señalando además que niños, niñas y adolescentes le comentaron que no suelen ser consumidores de radio y televisión.

“Le planteamos esto a los gerentes de medios y nos dicen que no hacen contenidos porque los chicos y las chicas no consumen ni radio ni televisión”, contó Lewin, quien alertó que si se sostiene este argumento "en 10 años cuando estos chicos y chicas crezcan, habrá una audiencia decreciente” en los medios audiovisuales.