“La animación en Argentina es una industria y hay que pensarla de esa manera”, plantea Paola Becco, responsable del 6º Festival y Laboratorio SMOF (es decir, del Stop Motion Festival), que se celebrará desde este martes y hasta el próximo lunes en distintas sedes de la Ciudad de Buenos Aires. El Museo Moderno, el Gaumont, el Centro Cultural Recoleta, la Alianza Francesa, la Universidad del Cine, Plataforma Nave y JJ Centro Cultural abrirán sus puertas a cortometrajes, conferencias, clases magistrales y charlas abiertas. El SMOF cuenta con varios invitados internacionales, pero destacan especialmente la portuguesa Regina Pessoa, la británica Magdalena Osinska (que tiene en su haber un corto animado de Star Wars) y el mexicano Luis Téllez (cuya mano participó en el reciente Pinocho de Guillermo del Toro). El perfil, anticipan desde la organización, es de animación mayoritariamente para adultos. La entrada es libre y gratuita, pero quienes lleven a sus pibes esperando un espacio para las infancias se llevarán un sorpresa.

“En la Argentina hay excelentes estudios, realizadores, animadores, lo que sucede es que es muy informal, hay bastante precarización en las condiciones laborales”, explica Paola Becco. La organizadora hace hincapié en la vocación industrial del encuentro. Hay tutorías (resultado de una reciente convocatoria en la que arrasaron las chicas, que se quedaron con todas las vacantes desde Chaco, Santa Fe, Córdoba, CABA, Chile y Uruguay, el único espacio que no está abierto al público general) y un espacio de mercado. Además las categorías de films en competencia tienen premios que incluyen padrinazgo, coproducción y becas para acceder a otros eventos en México, Chile y Córdoba. “Donde hay mercado, el corto es olvidado, nuestra idea es mostrarlo más”, destaca la organizadora. Con el formato, desde el SMOF se proponen difundir el trabajo de los estudios independientes y emergentes del país y del exterior y además ampliar el público local.

Para Becco, el apoyo oficial al sector de la animación en general –y del stop motion en particular- es fundamental. “A nivel nacional no se abren concursos desde el 2018. Sí podés encontrar ayudas en algunas provincias, pero el cupo es muy muy chiquito”, lamenta. “Uno puede pensar que se puede coproducir con otros países, y eso es verdad, pero lo que sucede es que si vos no tenés un capital inicial, el país que se asocie con vos, pasa a ser el productor mayoritario y esa obra que tiene mano, mente y talento argentino, pasa a ser una obra del país que másdinero puso, y es ahí donde la soberanía cultural desaparece”, advierte. “Sin embargo, a pesar que la animación argentina no cuenta con un reconocimiento interno, con políticas concretas para su realización, las producciones llegan a todo el mundo, ganando premios en los más prestigiosos festivales”.

En cuanto a la técnica en la que el SMOF hace foco, el stop motion, Becco señala que “se materiliza en infinitas posibilidades, que utiliza cualquier medio físico para transmitir una historia, arena, pintura sobre vidrio, puppets, recortes y objetos de todo tipo”. Esta edición incluirá más de 75 cortometrajes. Y más allá de la enorme paciencia que supone encarar una obra así, Becco señala lo accesible de la técnica. “Desde hace un tiempo existen apps para descargar en el teléfono para realizar stop motion, nunca estuvo tan a mano realizar una producción de este tipo, al alcance de todxs”, destaca. “En el stop motion conviven todas las artes, la pintura, el grabado, la escultura, el dibujo, la fotografía, será por eso que sigue generando tanta fascinación en el público, el oficio de la técnica sigue enriqueciéndose, sino, miremos Pinocchio, de Guillermo del Toro, una obra espectacular”.

El SMOF, explica Becco, “no intenta ser una copia de festivales europeos, ese nunca será nuestro norte. Tiene otra naturaleza, otra necesidad. Buscamos que las obras que se presenten y las charlas que damos no estén ajenas a las problemáticas de nuestros territorios, generando espacios de reflexión, de sensibilización y participación”.