Semanas atrás, un ayudante de techista fue detenido en Mar del Plata, acusado de haber golpeado y asesinado a una mujer de 81 años a quien le había hecho arreglos en el hogar. Los investigadores del caso encontraron similitudes con el homicidio de otra mujer de 74 años que tuvo lugar un mes atrás en la ciudad balnearia, por lo que creen que podría tratarse de un asesino en serie.
El pasado 3 de junio, el cuerpo de Elizabeth Othondo, de 81 años, fue hallado sin vida en el interior de su casa, ubicada en el macrocentro de la ciudad, por un grupo de bomberos que acudieron al lugar alertados por los vecinos debido a un principio de incendio en el domicilio. La mujer, según revelaron fuentes del caso, había sido brutalmente golpeada en la cabeza con un objeto contundente.
Para dar con el principal sospechoso del crimen, Jonathan Darío Cáceres, se tuvieron en cuenta varios aportes, entre ellos el relato de un agente inmobiliario que conocía a Othondo y que indicó a la policía que alguien había hecho refacciones en la casa de la mujer. También el registro de las cámaras de seguridad de la zona, que permitieron identificar la presencia de un vehículo que había estado en la cuadra días antes del hallazgo del cuerpo.
Además, la activación de celdas celulares en las proximidades de la residencia de Othondo confirmó que Cáceres estuvo presente en la zona el día del crimen. El hombre, con antecedentes penales por delitos como privación ilegal de la libertad, robo y robo agravado, fue detenido como principal sospechoso.
El jueves pasado, los investigadores también hallaron un reloj de Othondo en la habitación de hostel que alquilaba el presunto homicida y el sábado, a partir de allanamientos dispuestos en función de la investigación que encabeza el fiscal Leandro Arévalo, se logró dar con la computadora portátil de la mujer. Estaba en manos de un joven de 27 años, que fue trasladado a la Unidad Penal N°44, acusado por encubrimiento agravado.
El joven que tenía la computadora declaró este sábado por la mañana y dio datos que permitieron a los investigadores ratificar que están en el camino correcto hacia el esclarecimiento del caso. Según dijo en su declaración, Jonathan Darío Cáceres le había dado la notebook y le había pedido que se la desbloqueara. El fiscal Arévalo valoró la voluntad de colaboración con la causa y dispuso liberar al joven.
Similitudes con otro asesinato
Los investigadores notaron que el asesinato de Othondo comparte varias similitudes con otro homicidio ocurrido en mayo de este año, en el barrio Bosque Peralta Ramos, que tuvo como víctima a María Angélica Rossi, de 74 años.
En ambos casos se trata de adultas mayores que vivían solas y que habían contratado a Cáceres para arreglos del hogar. Además, en ninguno de los dos hechos se advirtieron indicios de aberturas forzadas.
También coincide que en las dos viviendas desparecieron objetos de valor y que en ambos domicilios había un principio de incendio, presuntamente para borrar pruebas de la escena del crimen.
Otra coincidencia es que ambas fueron halladas en el interior de su casa con signos de haber sido golpeadas. En el caso de María Angélica Rossi, la autopsia reveló que “presentaba tres contundentes golpes” que le provocaron “hundimiento” de cráneo.
Los elementos que permiten avanzar en el esclarecimiento del crimen de Othondo, así como las observaciones sobre las similitudes con el caso de Rossi, fueron comunicados ya a la fiscal María Florencia Salas, que es quien investiga el asesinato de la mujer de 74 años.
Por lo pronto, Salas no ha ordenado ninguna medida directa sobre el sospechoso Cáceres, ya que busca reconstruir los hechos a partir de las nuevas pistas.