El presidente Alberto Fernández salió al cruce de las declaraciones del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien mientras su policía volvía a reprimir en las calles responsabilizó al gobierno nacional por el caos que se vive en esa provincia. El jefe de Estado afirmó que la reforma de la Constitución jujeña “no respeta” la Carta Magna nacional, le exigió “el cese inmediato de la represión” y sugirió que el Poder Ejecutivo nacional no intervendrá en lo que allí ocurre, salvo para “garantizar la convivencia y el respeto por los derechos humanos”.
“Usted es el único responsable de haber llevado a nuestra querida provincia de Jujuy a esta situación límite tratando de imponer una reforma constitucional que no respeta la Constitución Nacional”, sentenció Alberto Fernández minutos después de la insólita declaración de Morales publicada en las redes sociales.
En un escueto e inexplicable tuit, el mandatario provincial había culpado al Presidente y a Cristina Kirchner por “la extrema violencia que se está viviendo en la provincia de Jujuy”, e hizo un llamado “a todos los argentinos a repudiar lo que está haciendo el kirchnerismo y el Frente de Izquierda en Jujuy”.
Lo dijo mientras todos los estamentos de su policía provincial volvía a desatar una feroz represión contra los manifestantes que habían rodeado la Legislatura provincial para exigir la derogación de los artículos que restringen el derecho a la protesta, recortan los derechos individuales y colectivos, y avanza sobre propiedades comunitarias de los pueblos originarios.
Alberto Fernández no solo rechazó las acusaciones del gobernador radical sino que, además, enfatizó que esa reforma “desatiende acuerdos internacionales, no escucha a los pueblos originarios y niega el derecho a la protesta”.
“El Gobierno nacional respeta el federalismo y los resultados electorales locales, pero debe garantizar la convivencia y el respeto a los derechos humanos”, subrayó y exigió “el cese inmediato de la represión”. También instó al gobierno jujeño a “que convoque a todos los actores sociales jujeños a encontrar caminos de diálogo para superar la controversia que ha creado”.
Larreta volvío a respaldar a Morales
Quien también decidió sumar un dedo acusador contra "el kirchnerismo" fue Horacio Rodríguea Larreta. Sin que nadie lo llamara, el jefe de gobierno porteño y precandidato presidencial de Juntos por el Cambio salió al socorro de Morales.
Es la segunda vez en dos días que Larreta defiende al gobernador que puso a Jujuy en un estado de conmoción social sancionando una reforma constitucional express, quebrantando el diálogo con la oposición, desoyendo las demandas salariales de los gremios docentes, haciendo caso omiso las denuncias contra las libertades y reprimiendo sin cesar con su policía en las calles y rutas.
La primera defensa a su aliado político la había hecho anteayer, cuando tras la cruda represión a comunidades originarias en Purmamarca afirmó que “Gerardo viene trabajando hace años por una provincia democrática y pacífica”.
La segunda fue hoy, cuando no solo responsabilizó al gobierno nacional de lo que el propio Morales provocó sino que, además, anticipó que “el cambio” que Juntos por el Cambio está dispuesto a hacer si gana en las próximas elecciones será igual al que Morales hizo en Jujuy.
“Lo que está pasando en Jujuy es la muestra de lo que es capaz el kirchnerismo resistiéndose al cambio”, escribió el porteño en Twitter y agregó:
“Este tipo de violencia antidemocrática nos la vamos a encontrar a partir del 10 de diciembre cuando empecemos a transformar la vida de los argentinos para siempre, y vamos a bancar igual que como lo está haciendo Gerardo Morales con la Constitución y la ley como banderas”.
Es decir, con la “represión hasta matar si es necesario” de la que días atrás había hablado Elisa Carrió, cuando se refirió al "ajuste brutal" que tiene en agenda el macrismo.
Como si no quedara claro, insistió que “no vamos a dejar que 'nadie' se quiera llevar puesto el cambio que vamos a decidir los argentinos”. Y luego, por si faltaba, expresó “todo mi apoyo a Gerardo y a todos los jujeños de bien que quieren vivir mejor”.
Larreta también justificó la represión policial acusando a los manifestantes de haber generado el caos y, llamativamente, metió en el medio a Milagro Sala, la dirigente y presa política que está privada de su libertad hace siete años y medio.
“De la mano de Milagro Sala –dijo- salieron a romper toda la Legislatura Provincial donde se estaba aprobando una reforma constitucional decidida por la gente a través de sus representantes”.