Temporada que no supo de imposibles la que se acaba de ir en la Liga Nacional de Básquet. Desde el fin del maleficio santiagueño de las finales perdidas hasta el profano descenso del Griego cordobés, pasando por los espectaculares tareas del cubano Mencia y el rionegrino Schattmann. Aquí, un repaso por algunos hitos de la LNB 2022/23.

Quimsa campeón: el valor de la rotación

La Fusión de Santiago del Estero arrolló a Boca en las Finales (4 a 1) haciendo gala de uno de los fundamentos del deporte: el equipo por sobre las individualidades. El DT Leandro Ramella echó mano al banco y utilizó una rotación de 10 jugadores, habilitando piernas frescas para sus figuras a la hora de cerrar partidos. El contraste fue más que notorio en la serie final: de los seis que más jugaron (arriba de 27 minutos promedio), cinco fueron de Boca.

“De a poco fuimos desgastando a Boca. Jugar tres partidos en una semana no es fácil y nosotros estábamos mejor preparados para eso", consideró Ramella tras la consagración santiagueña en un quinto partido sin equivalencias (77 a 51).

Quimsa consagró así de una vez por todas tres años en el más alto nivel (fue 1º en la temporada regular de 2021 y 2022, y 2º en la presente) que venían de ser "castigados" con finales perdidas en el punto definitorio, ante San Lorenzo en 2021 e Instituto en 2022. La Fusión pudo mantener la base de su plantel a pesar del volátil mercado de pases del que sufre la Liga y la conquista sirvió de desquite para varios jugadores, como el base de tiros mágicos Franco Baralle y el capitán Mauro Cosolito -jugaron las tres definiciones- o los estelares Eric Anderson (MVP de las Finales), Brandon Robinson, Fabián Ramírez Barrios y Juan Brussino -habían perdido una de las dos-.

Una serie para el recuerdo

Si a las Finales les faltó suspenso, esto sobró y a rolete en la serie por la Permanencia, que enfrentó a dos gigantes como Atenas y San Lorenzo y castigó al Griego con el primer descenso de su historia. Cuando el Ciclón se puso 2-0 en Boedo todo parecía cocinado pero Atenas, que había sumado sólo 5 triunfos en la temporada (33 derrotas), sacó su mística y ganó sus dos partidos en Córdoba. Y en el quinto partido en Boedo, a todo o nada, voló alto el "Pájaro" Marín, quien a sus 41 años dirigió la batuta azulgrana con promedios de 18,4 puntos y 3,2 triples por partidos (53% de efectividad). También fueron vitales los aportes del prometedor saltarín Manu Rodríguez (8 puntos, 4 rebotes y 1,8 robos), el tirador Facundo Rutenberg (11,2 puntos) y el base Luca Pérez (10,4 puntos y 4,8 asistencias).

San Lorenzo evitó así pagar con el descenso el desmanejo reciente de un club que supo ser pentacampeón entre 2016 y 2021. Todo lo contrario para Atenas, que finalmente se tuvo que topar con sus acreedores y no pudo zafar como en 2019 y 2021, cuando venció por la Permanencia a Bahía Básket y Quimes de Mar del Plata. De no pasar nada raro -como la habitual compra y venta de plazas- la temporada 2023/24 de la Liga Nacional será la primera sin el Griego, máximo campeón (9 títulos) y único en jugar las 39 ediciones. En su lugar estará Zárate Básket, ganador de la Liga Argentina.

Boca y la mano de Mr. Schattmann

Boca estuvo al borde del abismo en la temporada 2016/17, superando con lo justo a Echagüe por la Permanencia a pesar de tener nada menos que a un tal Carlos Delfino en el plantel. Pero de allí en más, lo del Xeneize no hizo más que mejorar: octavos de final, cuartos, semis y semis se sucedieron hasta alcanzar las Finales este año, algo que no sucedía desde 2007, cuando consiguió su tercera y última estrella de LNB.

Con un plantel repleto de históricos que encontraron su mejor forma sobre el final de la temporada, Boca arrancó de atrás en estos Playoffs -jugó la reclasificación- y fue sumando épica con el correr de las series y varios triunfos en suplementario hasta eliminar en semis al último campeón y gran favorito, Instituto de Córdoba. Pero el desgaste se ve que hizo mella ante Quimsa, entre la veteranía del equipo sumada a la lesión de Leo Mainoldi, quien venía siendo su goleador.

Gran parte del resurgir de este Boca se explica en el temporal que tuvo el escolta Leo Schattmann, premiado como Mejor Jugador Nacional de la Liga. El tirador de 36 años no sólo fue el alma y vida de Boca en las Finales (18 puntos por partido, recién seguido de lejos por el pivot Raven Barber con 11) sino que inmortalizó su nombre a fines de marzo registrando la mayor valoración en la historia de la Liga Nacional. El rionegrino sumó 58 de valoración con una planilla de 44 puntos (6-6 en dobles, 7-9 en triples y 11-12 en libres), 7 rebotes y 7 asistencias en un terrible 122 a 115 de Boca sobre Instituto. Espectacular.

Un MVP cubano suelto en la Patagonia

Del Caribe a la Ciudad del Viento. El premio al Jugador Más Valioso de la temporada fue para el cubano Yoanki Mencia Hernández, jugador de Gimnasia de Comodoro Rivadavia desde 2017. "Nunca me imaginé desde que llegué acá poder llegar a ser MVP. Cuando me enteré la noticia se me vinieron un montón de cosas a la cabeza, tanto esfuerzo, sacrificio, estar lejos de Cuba, hace dos años no veo a mi familia y son parte de esto", declaró el alero o ala de 25 años al sitio especializado Básquet Plus.

Sus promedios en la temporada fueron de 16 puntos, 7,3 rebotes, 1,6 asistencias y 1,2 robos para el elenco chubutense, con el que fue campeón de la Copa Súper 20 en febrero -también MVP- y llegó hasta semis en Playoffs al caer con Quimsa. Además, se quedó con el récord de anotación de esta Liga, con la friolera de 46 puntos marcados ante Atenas en enero (12-13 en dobles, 5-5 en triples, 7-7 en libres).