La desadhesión de San Nicolás al convenio con IOMA no salió como sus impulsores esperaban. El intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, empezó a ofrecer retiros voluntarios al 200 por ciento a los trabajadores municipales que sufren enfermedades crónicas, cuya atención médica quedó en un limbo legal tras la ruptura, para desentenderse de su suerte. Se trata de pacientes oncológicos, cardíacos, diabéticos, con movilidad reducida y todo tipo de preexistencias que, por su elevado nivel de consumo, no son aceptados por la prepaga Avalian.
El director de Recursos Humanos del municipio, Matías Dieringer, visita a los trabajadores en su domicilio particular, les dice que encontraron una solución a la incertidumbre que viven desde hace ya tres meses y les muestra el convenio que lleva impreso, con una cifra elevada para un trabajador, pero con la que difícilmente pueda resolver algo. Una vez estampada la firma, la salud de ese trabajador y su familia pasan a ser de su exclusiva responsabilidad. Hasta ahora, un solo trabajador, que pidió mantener su identidad en reserva, firmó y se arrepintió enseguida.
El objetivo de la desesperada jugada de Passaglia es evitar una catarata de demandas en su contra. El escenario fue anticipado por Buenos Aires/12 en numerosas publicaciones, desde principios de marzo, cuando el PRO inició su “guerra santa”, hasta hoy y es lo que efectivamente ocurre en Capitán Sarmiento, el pequeño municipio pionero en la medida: le pagan la cuota de IOMA a los crónicos con fondos públicos.
IOMA pagó en prestaciones a afiliados de San Nicolás, durante 2022, 140 millones de pesos más de los que recaudó. El instituto puede hacerlo, justamente, por su enorme escala, ya que cubre en total a 2 millones de bonaerenses entre maestras, policías, trabajadores provinciales y municipales, gana con unos, pierde con otros y le bastaría con que su balance cierre en cero (break even). Pero para una prepaga, peor para una chica como la mencionada Avalian, ex OSPACA, sería la quiebra segura e inmediata.
Como señalaron fuentes del instituto provincial, del sindicato de municipales y de la federación que los nuclea, la FeSiMuBo, no existe la posibilidad de permanecer en IOMA bajo las mismas condiciones, una vez caído el convenio. Al caerse todas las afiliaciones, quienes opten por IOMA, deben reinscribirse en calidad de socios voluntarios o individuales, con un valor de 11.600 pesos por titular, que va ascendiendo por cada beneficiario, hasta redondear los 30 mil pesos para una familia tipo, un monto difícil de afrontar con sueldos de menos de entre 70 y 90 mil pesos.
Peor aún, al cambiarse de régimen, la ley permite, para evitar el desfinanciamiento del sistema, cobrarles a estos pacientes cuotas diferenciadas, que pueden triplicar o cuadruplicar el monto original. Algo directamente impagable para los afectados. De todas maneras, el futuro de la medida se dirimirá en la Justicia. La Asesoría General de la Gobernación dictaminó en ese sentido y los abogados de IOMA ultimaban detalles de la presentación, que irá acompañada por la firma de muchos damnificados.
El objetivo de la movida siempre pareció más político, atacar un aspecto de la gestión de Kicillof sensible para la opinión pública, que comercial, ya que no se trata de un mercado que le interese al sector privado. Sin embargo, parecería que esto tampoco se logró.
El anuncio en Twitter generó una ola de felicitaciones y retuits de figuras nacionales del PRO, incluido Mauricio Macri. La visibilidad de Passaglia se multiplicó cuando se mostró en un video junto a Patricia Bullrich: ella lo felicitaba por sus luchas, él le ofrecía su apoyo. Entonces, más de uno a nivel local especuló con que el objetivo del más joven de los Passaglia era ser candidato a vicegobernador de Grindetti, en momento en que Bullrich todavía deshojaba la margarita entre el intendente de Lanús, Javier Iguacel y Joaquín De La Torre. Sin embargo, en la recta final previa al anuncio de las candidaturas, suenan varios nombres para ese lugar, pero no el de Passaglia.
El otro dato es que “Manu” tampoco irá por la reelección. El candidato a intendente del oficialismo será Santiago Passaglia, el hermano mayor de Manuel, hoy diputado provincial por la segunda sección. La política nicoleña sostiene que el que toma las decisiones sigue siendo Ismael, el padre de ambos. Hasta ahora, nadie sabe cuál será el destino político de Manuel, aunque no se descarta un enroque. Ese misterio se resolverá el sábado por la noche, cuando se oficialicen las listas que competirán de las elecciones en agosto.
Por otro lado, el municipio continúa en rebeldía frente a la Justicia del Trabajo, por el caso del secretario general del SUTM, Rodolfo Cecchi, el municipal que encabezó la protesta contra la medida antiIOMA. En represalia, fue trasladado, desde su puesto de trabajo en la terminal de ómnibus a la delegación de Conesa, a 35 kilómetros de su domicilio.
El departamento jurídico de la FeSiMuBo tomó rápidamente cartas en el asunto y presentó la demanda correspondiente. La delegación local del ministerio de Trabajo enseguida ordenó el restablecimiento de las condiciones habituales de trabajo, pero el municipio incumple el fallo desde hace unos 30 días. El tema está ahora en manos del Tribunal de Trabajo Número 3 de San Nicolás, del Dr. Walter Quadranti. Hasta tanto él no se expida, Cecchi sigue recorriendo 70 kilómetros por día: una imagen ejemplificadora para el resto de la sociedad nicoleña de lo que pasa con los que se interponen en los planes del clan.