Guerra total. Eso es lo que se avecina en la provincia de Buenos Aires para Juntos por el Cambio. Más allá de la tregua momentánea que hicieron los dirigentes nacionales para salir a defender en bloque la represión de Gerardo Morales en Jujuy, lo cierto es que en la provincia de Buenos Aires las dos facciones se preparan para chocar en prácticamente todos los distritos y a todos los niveles. "Lista de unidad" es una expresión que, pese a las advertencias de Elisa Carrió, estaría en extinción, salvo en algunos contados casos. Néstor Grindetti y Diego Santilli van a una confrontación que parece ser a todo o nada.

Fueron incansables reuniones de la mesa bonaerense de Juntos por el Cambio para intentar lograr un acuerdo. Incluso fueron citando uno por uno a los candidatos presidenciales, a ver si ayudaban a destrabar los conflictos. Hoy todo eso parece haberse acabado. Tanto desde el comité de campaña de Santilli como del de Grindetti confirman que la regla será la interna y la lista de unidad, apenas una excepción pintoresca en unos pocos casos.

La lista de pases

Desde que fue elegido como su candidato por Bullrich, Grindetti viene trabajando para sumar intendentes a su candidatura. El "libro de pases" sigue abierto, pero ya parece haber cosechado todo lo que podía, incluso a algunos que abandonaron las filas de Santilli. El último anunciado fue el intendente de Bragado, Vicente Gatica (en rigor, un vecinalista, pero todo suma).

Bullrich lo recibió con alegría: "Se suma a la fuerza del cambio. Bienvenido Vicente", afirmó. Lo de la "fuerza del cambio" es un adelanto del eslógan de campaña.

Gatica es el último de una lista que Grindetti recuerda con orgullo. Incluyen al de Bahía Blanca, Héctor Gay, pero también a varios que ya eran propios como el de San Miguel, Jaime Mendez; el de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, y a otros que se sumaron con el acuerdo con Cristian Ritondo, como el de Pinamar, Martín Yeza. Son, en total, doce intendentes.

Si Bullrich y Grindetti cierran finalmente el acuerdo que están negociando con el titular del comité bonaerense de la UCR, Maximiliano Abad, podrán sumar a esa lista a los intendentes del radicalismo.

Abad es un potencial candidato a vice de Grindetti, pero también lo es de Bullrich, por lo que la discusión del compañero de fórmula, en este caso, está supeditada al cierre nacional.

Por otro lado, la línea es llevar listas propias en los 135 distritos, que es la línea que bajó Bullrich pero es difícil de ejecutar. No obstante, en el comité de campaña de Grindetti confirman que están trabajando para que eso sea así: competencia en todas partes, incluso en los distritos donde ya gobiernan. Bullrich ya les advirtió a los intendentes PRO que si juegan para Larreta se pueden quedar sin nada.

El Colo a pura rosca

En el comité de campaña de Santilli confirman el escenario de competencia total, salvo en dos distritos que son por la hora la única excepción: Vicente López y Mar del Plata. Ahí tanto Larreta como Bullrich apoyarán a Soledad Martínez y a Guillermo Montenegro. En el sector de Santilli apuestan a que haya más acuerdos, sobre todo en los distritos donde gobierna el PRO. Hay que recordar que, pese a las bajas, Larreta mantiene una mayoría de intendentes de su lado con respecto a Bullrich.

A Santilli, Larreta le dejó autonomía total para armar las listas bonaerenses: así que no está trabajando solo en su vicegobernador sino en las listas de senadores y diputados bonaerenses, así como los que irán al Parlasur. Está transpirando la camiseta camino al cierre de listas para conformar a todos los sectores que Larreta sumó a su armado (en ese sentido, Bullrich tiene que "pagar" a menos aliados, dado que tiene menos).

"Queremos poner a figuras que nos den volumen en toda la lista. No es sólo el vice", indican en el entorno de Santilli. Para vice, no sueltan ningún nombre, aunque es sabido que uno de los que está considerando dentro de la UCR es el adversario de Abad, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Otra opción, más endogámica, sería Montenegro. En unos días se develará la incógnita.

Y luego vendrá la guerra total.