La campaña impulsada por la elevación a juicio oral de la Causa Tehuel de la Torre, promovida por la comisión organizadora de la Marcha del Orgullo - línea histórica, tuvo sus primeros impactos en la evolución de la causa. Las partes implicadas en el caso han sido convocadas por la justicia a una audiencia el día 14 de julio donde se abordaran dos cuestiones urgentes. Por parte de la familia de Tehuel, representada por la doctora Flavia Centurión se espera que dicha audiencia permita fijar una fecha próxima para la realización del juicio oral y público. En tanto que la defensa del acusado Oscar Alfredo Montes espera se atienda al pedido de prisión domiciliaria solicitado al juzgado. Estas dos cuestiones fundamentales serán tratadas en esta audiencia y merecen de la atención de quienes nos preguntamos ¿dónde está Tehuel?
A dos años de la desaparición de Tehuel de la Torre aún no se consigue justicia, algo inadmisible si tenemos en cuenta la contundencia de las pruebas reunidas por la fiscalía a cargo de la Dra. Guyot. “Faltan algunas medidas de prueba, pero que no toman mucho tiempo y se trata de pruebas complementarias, pero la causa está elevada a juicio, ahora se tiene que llevar a cabo el debate oral. Pero desde la justicia la propuesta es que ese debate oral sea en 2027, por eso iniciamos una campaña para que se ponga una fecha razonable. Es una barbaridad que la familia y la sociedad deban esperar tanto tiempo para obtener respuesta sobre qué pasó con Tehuel”, señala Flavia Centurión, abogada de la familia al ser consultada sobre el desarrollo de la campaña que se presentó el 29 de mayo en el Bachillerato Mocha Celis.
Allí estuvieron presente la abogada junto a la mamá de Tehuel, acompañadas por activistas y funcionarias del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad y el INADI quienes recalcaron la importancia de que se fije una fecha al juicio. “La justicia no entiende que hay una familia detrás que se desgasta”, dice Norma quien vive día a día con expectativas por saber dónde está su hijo.
Pero además, esta audiencia tratará el pedido de prisión domiciliaria realizado por Oscar Alfredo Montes, algo que despierta las alarmas de la querella y la familia de Tehuel. “En la causa está probado que desde el inicio ellos eludieron la justicia, fue terrible como mintieron, como trataron de ocultar las pruebas de un modo grosero y eso nos parece un indicio para no otorgar ni la libertad, ni ningún atenuante como sería la prisión domiciliaria” , insisté Flavia Centurión al tiempo que remarca que las pruebas son lo suficientemente contundentes para que los acusados aguarden al juicio en prisión preventiva. La mamá de Tehuel por su parte dice tener miedo: “Son las seis y media de la tarde que oscurece y yo ya me quedo adentro, me da miedo salir. Tuve a la policía varios meses en la puerta de mi casa al principio cuando se hacían los primeros allanamientos porque había recibido amenazas. Pero ahora tengo miedo por mi hijo más chico, él me avisa cuando llega a la escuela y cuando sale me dice ‘mamá ya estoy aquí’. Tengo miedo porque mi barrio es un lugar donde la policía no anda y no se qué podría pasar si a Montes lo mandan a su casa”.
La propuesta de la justicia de establecer una fecha de juicio recién a mediados de 2027 es aberrante. El caso Tehuel de la Torre ha mostrado la ineficacia de la justicia para establecer procedimientos de investigación acordes a víctimas trans, dado que la búsqueda de Tehuel estuvo sesgada por la mirada cisexista que sólo sabe de hombres y mujeres. Pero además, la idea de dejar pendiente el debate oral y público hasta seis años después de la desaparición de Tehuel habla de un sistema judicial carente de una perspectiva de derechos humanos que contemple lo dolorosa que es la espera para una madre que ni siquiera a podido llorar junto al cuerpo de su hijo.
Ya no se trata siquiera de pedirle a los jueces una mirada de género, sino simplemente un poco de empatía con lo humano. Para Norma la espera por su hijo es desesperante, ya que no recibió nunca una respuesta. El rastro de Tehuel se perdió de golpe aquella madrugada del 12 de marzo del 2021 y ya van más de dos años que Norma se pregunta lo mismo: “¿por qué no hablan, por qué no dicen dónde está Tehuel? Yo tengo esperanza de que hablen y que digan 'está en tal lado' entonces uno va y lo busca, pero si no es así, sí es cómo yo pienso y creo que muchos piensan lo mismo… sí es que se lo dieron a los chanchos, bueno que paguen lo que hicieron. ¡Yo quiero justicia, justicia pronto! No puede tardar tanto, es feo, es feo eso para toda mi familia”.
Es urgente que la justicia atienda a las víctimas de violencia de género con una respuesta que se adecúe a los parámetros internacionales que bien señalan lo cruento que es para las familias esperar tantos años para obtener justicia. La abogada Flavia Centurión remarca que el caso de Tehuel no debería esperar casi seis años para llegar a la instancia oral, pero sucede algo similar con los femicidios que suelen demorar más de cuatro años para completar el proceso judicial. “Tenemos que lograr que en la agenda judicial primero estén las vidas de las personas y en especial de las mujeres y las disidencias” es la frase con la que Centurión remarca insistentemente la necesaria revisión de las prácticas judiciales.
La audiencia próxima representa la oportunidad de que se obtenga alguna fecha más razonable, debido a que -según la querella- existe una importante, notable y abrumadora cantidad de pruebas suficientes para condenar a Montes y Ramos a cadena perpetua. También será importante exigir que los acusados cumplan con la prisión preventiva sin ningún atenuante, a fin de garantizar la seguridad de la familia de la víctima.
A pesar de la tristeza que embarga a la familia de Tehuel y del desánimo que provoca la errática actuación de la justicia, Norma se muestra conforme con el proceso y esperanzada con la posibilidad de salir de la audiencia con una fecha para el juicio por la memoria de su hijo. Esa esperanza además es alimentada por la compañía que su abogada, vecinas y activistas transfeministas acercan a su familia de diversas maneras. “Estoy muy agradecida a los activistas tanto de género como trans, todos hasta ahora me siguen apoyando y estoy muy agradecida a los movimientos porque me dan un poco de fuerza. Yo siempre dije que voy a seguir luchando hasta que tenga fuerza y cada vez que veo a los movimientos siento que me dan un granito más para que yo pueda seguir adelante”, son las palabras con las que Norma demuestra que la organización vence al tiempo.