Un contenedor de 24 toneladas de kiwi partió desde Miramar hacia España y quedará en la historia por ser el primero con sello de Indicación Geográfica y Orgánico Argentina. Laureano Goycoa, presidente de la Cooperativa Ecco Argentina y de la Cámara de Productores del Kiwi, resalta que “lo importante de esta exportación a España, más allá de la exportación en sí, es que se trata del primer contenedor orgánico con Indicación Geográfica del Kiwi de Mar y Sierra. Es el contenedor 0001 y marca un precedente, porque vendrán muchos más”. La cooperativa Ecco Argentina, situada en el Sector Industrial Planificado de Miramar y conocida como “CoopeKiwi”, cuyas instalaciones están situadas en el kilómetro 5 de la ruta 77, está integrada por 12 productores del partido de General Alvarado. Dentro de la planta trabajan 20 empleados, junto a seis personas que se encargan de la administración de los proyectos. Los campos de producción de los asociados alcanzan las 110 hectáreas y, durante la cosecha del año pasado, almacenaron y empaquetaron más de 900 toneladas de esta fruta.
Las producciones del kiwi de la especie Hayward Actinidia Deliciosa cuentan con el Sello de Calidad Internacional, ya que Miramar está certificada como la región más apta del país —y una de las mejores del mundo— para llevar adelante la producción del kiwi, una cualidad avalada por productores de Nueva Zelanda y China, de donde el kiwi es originario. A raíz de ello, la Cámara de Productores del Kiwi gestionó el sello de Indicación Geográfica para el Kiwi de Mar y Sierras. La particularidad del kiwi bonaerense se explica por las condiciones agroclimáticas del sudeste de Buenos Aires. Las particularidades del suelo, la cercanía con el mar atlántico y la amplitud térmica que existe durante el verano, generan una conjunción que tiene como resultado la síntesis de diversos azúcares que le brinden al kiwi un sabor particular, algo que es “muy valorado en el mercado local y en el resto del mundo”, según Goycoa. “Tenemos muy buena recepción de nuestra fruta en el exterior, y nos pagan más plata por el kiwi que a otros países del mundo. Nos valoran más porque es una fruta distinta”, explica.
El presidente de Ecco Argentina desarrolla: “Así como en Mendoza existen los vinos DOC —Denominación de Origen Controlada—, la Indicación Geográfica se asemeja a ello y quiere decir que los kiwis de mar y sierra del sudeste bonaerense, especialmente en las zonas de Miramar, Mar del Plata y Batán, tienen una condición particular en cuanto a gusto y calidad que otros kiwis del país y del mundo no tienen. En 2018, quisimos demostrar esa diferenciación de alguna forma. La herramienta más adecuada que encontramos para hacerlo fue la indicación geográfica, un sello que se le otorga a aquellos productores de kiwis del sudeste de la provincia de Buenos Aires que cumplen con ciertos protocolos, los cuales te aseguran que cuando comas ese kiwi, vas a probar un producto que es riquísimo.”
El proceso de producción del kiwi, al igual que todos los dedicados a la fruticultura, se caracteriza por su amplia duración, ya que tarda hasta seis años en completarse. En primera instancia se producen los plantines dentro de un vivero, a través de la multiplicación in vitro. Recién a los dos años, esa planta cuenta con las condiciones necesarias para ser plantada en un lote productivo. La superficie donde es plantado el kiwi requiere de una estructura particular, cuyo techo se compone de una cobertura que se asemeja a la media sombra y que es rodeada por una malla antigranizo. En lo que respecta al suelo, se coloca el sistema de riego, otro anti-heladas y se apela a todos los recaudos posibles para que la producción llegue a buen puerto. Una vez plantado en el campo, el kiwi tarda entre tres y cuatro años en aparecer. Cuando está a punto, es cosechado y comercializado.
La Cooperativa Ecco Argentina se encarga de prestar asesoramiento técnico y económico, de proveer insumos —materiales de riego, fertilizantes— y de brindar el servicio postcosecha para los productores nucleados. “El productor le vende el kiwi a la cooperativa y es ella quien exporta, no los productores de forma particular. Hoy por hoy, una de las principales problemáticas es que no hay plantas, por eso la cooperativa apunta a construir un vivero en el corto plazo”, cuenta Goycoa.
Para los productores locales, la exportación de sus productos es un pilar fundamental a la hora de fortalecer sus bases y en pos de ese objetivo es que el rol de las cooperativas de trabajo se volvió fundamental.
España recibirá los productos de una cooperativa que nació en 2021 como resultado del Programa Incubadora de Cooperativas Agropecuarias, una de las principales políticas del Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires. Javier Rodríguez, titular de la cartera agraria, le asegura a BuenosAires/12 que el programa “tiene como objetivo fomentar el cooperativismo agropecuario y demostrar su potencial con una doble idea: por un lado, fortalecer al movimiento cooperativo, y por el otro, fortalecer a los pequeños y medianos productores que encuentran en la cooperativa un acompañamiento fundamental para esa escala de producción.”
Agrega el ministro: “El cooperativismo contribuye a un desarrollo que cuente con muchos más productores. Cuando se dan distintos procesos de concentración productiva y económica, el cooperativismo es la herramienta para sostener e incrementar la cantidad de pequeños y medianos productores. Desde que se lanzó este programa, con la iniciativa del gobernador Axel Kicillof, llevamos 97 cooperativas agropecuarias creadas, lo que representa un porcentaje significativo sobre las 300 que había al inicio de esta gestión.”
El presidente de la Cámara de Productores del Kiwi resalta: “Siempre se lo dije al ministro Javier Rodríguez y a su equipo: este Ministerio le da a la fruticultura de la provincia de Buenos Aires una importancia y un espacio que antes no tenía. Si bien la principal actividad es la ganadera, hay mucha actividad dentro del interior bonaerense y hay que darles lugar a esas producciones. Se están destinando recursos para visibilizarlas y potenciarlas.”
De las 900 toneladas producidas en 2022, CoopeKiwi destinó un 20% al mercado externo y el 80% al mercado interno. Goycoa asegura que “el mercado interno está totalmente desabastecido” ya que “el país produce solo el 40% del kiwi que consume”. Remarca que “el que va a una verdulería tiene más chances de agarrar un kiwi importado antes que uno nacional”, mientras afirma que “el mercado internacional está sumamente inexplorado”. Y agrega: “Nosotros tenemos un kiwi buenísimo y con un potencial gigantesco. Chile, por ejemplo, tiene muchísima más producción y sin embargo la calidad es menor. Es muchísimo el espacio que hay en esta zona para plantar kiwi, no pasa por una cuestión de tierra. Chile tiene 9.000 hectáreas implantadas, Grecia 14.000, y en Argentina no llegamos a las 900.”
Para el productor de General Alvarado, uno de los factores que lleva a la poca producción es que los productores “están chipeados con otra mentalidad”. Subraya que “si el kiwi creciera así en el Alto Valle, junto con la pera y la manzana, habría 10.000 hectáreas plantadas de kiwi”, pero que en Buenos Aires no ocurre porque “no hay nada parecido a ese producto”. Otra condición que complejiza el fomento productivo es el hecho de tener que esperar cinco años para empezar a ganar plata por la producción. “Los productores prefieren plantar soja y trigo y recuperar la producción a los seis meses. Las condiciones macroeconómicas del país no son las mejores para invertir a largo plazo, eso también juega en contra”, relata Goycoa.
La falta de viveros, una de las realidades a modificar por CoopeKiwi, implica que “si hoy viene una empresa y quiere plantar 200 hectáreas de kiwis no puede, porque esas plantas no existen”, afirma el cooperativista. “No atraés el acercamiento si no tenés plantas para cuando un proyecto grande quiera entrar. Como cooperativa queremos asumir ese rol y tener disponibilidad de plantas. Argentina tiene que crecer en el este plano. El sello de Indicación Geográfica es eso, una estrategia de difusión y conocimiento. Debemos posicionar el kiwi y darlo a conocer como lo merece, para fomentar que se siga plantando”, sentencia.
Cuando les tocó celebrar su primera exportación a España, la cooperativa de los kiwis, —fuente de trabajo de más de veinte familias— festejó el primer aniversario de su planta de frío y empaque. Y no lo celebró solo con aplausos, sino también con acciones: firmó un convenio con el Fondo Fiduciario Fuerza Solidaria que invertirá $7.000.000 en infraestructura.
Además de pertenecer al programa Incubadoras, la asociación fue parte de las dos convocatorias de la línea de Agregado de Valor Cooperativo, por un monto total de $4.000.000. Con el primer financiamiento, la cooperativa de Miramar adquirió la maquinaria que le posibilitó contar con una mayor capacidad de procesamiento, tanto en su centro de empaque como en las cámaras de frío. Con la segunda línea de ingresos, CoopeKiwi se planteó actualizar las tecnologías del proceso de clasificación. El año pasado, la cooperativa envió su primer cargamento a Uruguay en un equipo refrigerado de 24 pallets y eso sirvió como prueba piloto para perfeccionar el sistema de precintado para la exportación dentro de la planta.