La defensa del accionar represivo por parte del Gobierno del radical Gerardo Morales en la provincia de Jujuy volvió a unificar criterios en Juntos por el Cambio que se abroqueló detrás de un discurso que acusó a los manifestantes y apuntó contra la gestión nacional. En ese marco, los hechos sucedidos en el norte del país sirvieron para que los diferentes referentes de la principal coalición opositora se manifiesten respecto a su eventual accionar a la hora de tener que enfrentar conflictos de similares características.

El precandidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Néstor Grindetti, aseguró este miércoles que “en Jujuy la policía actuó como tenía que actuar” y, en sintonía con su jefa política, Patricia Bullrich, proyectó la situación ante una situación similar durante un eventual gobierno suyo: “Nosotros vamos a aplicar la ley y si habrá que sacar a la Gendarmería a la calle lo vamos a hacer, porque no se puede vivir sin orden”.

Si bien es precandidato a la gobernación por el sector interno que se encolumna detrás de Bullrich, que durante todo el miércoles 21 de junio replicó tuits que citaban manifestaciones en repudio a los hechos que se suceden en Jujuy, a los que acompañaba con la leyenda “conmigo esto se acaba”, Grindetti ha sabido cultivar un perfil mucho más cuidadoso. Evita declaraciones altisonantes y esquiva las polémicas. Sin embargo, el pedido por la presencia de la Gendarmería no nuevo.

De hecho, a comienzos de año celebró la medida nacional que anunciaba el envío de gendarmes a la Provincia y, desde la intendencia de Lanús, redoblaba la apuesta pidiendo una mayor libertad por parte de los municipios para las políticas locales en materia de Seguridad. “No quiero meter leña al fuego, que vengan los gendarmes, los necesitamos, pero sentémonos a hablar las tres partes, Gobierno federal, Provincia y Municipio y coordinemos”, había señalado oportunamente.

"Los argentinos necesitamos un Gobierno que ordene el Estado", aseguró este miércoles en sintonía con la mayor parte de su espacio político y repitiendo, a modo de slogan, una de las principales “propuestas” del bullrichismo en la víspera electoral.

Del otro lado de la grieta amarilla no hubo una postura distinta. Más bien, todo lo contrario. “En diciembre se termina la extorsión, intolerancia y violencia del kirchnerismo. Hay que terminar con los violentos a sueldo que tienen de rehenes a los argentinos y la democracia”, escribió en Twitter Diego Santilli, el larretista que había lanzado como primer spot oficial de campaña un material centrado en la problemática en materia de Seguridad. Y prometió: “A esas basuras que se quieren adueñar de la Provincia, los voy a ir a buscar a dónde sea, hasta debajo de la cama si es necesario, para meterlos en cana”.

En el medio de todo, desempolvó la batalla preferida durante los tiempos de gestión de María Eugenia Vidal y apuntó contra el paro docente convocado para este jueves. "Otra vez los alumnos bonaerenses siendo rehenes de los intereses políticos de Baradel y compañía", lanzó y agregó: "Vos y yo queremos lo mismo: que las escuelas vuelvan a ser de los chicos y no de los gremialistas que hacen política y destrozan la educación". El matiz con el "conmigo esto se acaba" de Bullrich es casi inexistente. 

El comunicado del radicalismo bonaerense

También en la UCR, partido al que está afiliado el gobernador de Jujuy, la situación borró los matices y las diferencias internas. Encabezado por el legislador provincia Maximiliano Abad, el comité provincia tiene reconocidas interferencias con la conducción nacional, precisamente a cargo de Morales. Sin embargo, se encolumnó.

“Queremos repudiar los actos de violencia planificados, organizados y financiados desde agencias gubernamentales nacionales para generar un clima de zozobra en el marco de la Reforma Constitucional que se lleva adelante en la Provincia de Jujuy. Lamentablemente no son prácticas novedosas en estos 40 años de democracia. Cómo en otras oportunidades, se recurre a la violencia directa para intentar deslegitimar instancias legales y procedimientos institucionales que respetaron todas las instancias de validación ciudadana”, dice el comunicado oficial en el que se retoma el discurso del jujeño y a se asegura que “el gobierno no respeta la disidencia, no tolera opiniones distintas y se muestra nervioso y desconcertado frente al proceso electoral”.

“Lo que están haciendo en Jujuy es obsceno: intentan desestabilizar porque no tienen representación popular”, dijo Abad al dar a conocer la posición de la pata partidaria bonaerense. “En Jujuy y hace 2 días en Chaco, el pueblo les demuestra que la impunidad no es eterna, se les cae el relato”, agregó. Cementando la grieta boinablanca bonaerense, Gustavo Posse habló de “manifestaciones hechas por organizaciones kirchneristas, que no son más que actos que buscan desestabilizar, inducir al miedo y atentar contra el bienestar de la sociedad”. 

En medio, se perfila la interna

Mientras las diferencias entre los diferentes bloques internos de Juntos por el Cambio se disipan en pos de la defensa de su gobernador más al norte, la coalición acelera en los armados electorales para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del 13 de agosto. Este miércoles Bullrich puso primera en una ronda de anuncios que deberá dejar el mapa totalmente trazado el sábado por la noche. El domingo, empieza formamelmente la campaña. 

Mientras el Presidente de la Nación y la liga de gobernadores peronistas instaban buscar una salida consensuada del conflicto en Jujuy, tanto Bullrich como Horacio Rodríguez Larreta avanzaban en las discusiones internas en busca de sus compañeros de fórmula y en el armado de las listas en los diferentes distritos del país. Con el radicalismo en el centro de la escena, ambos bandos buscaban asegurarse vices de esa identidad, siendo la provincia uno de los escenarios observados con mayor cuidado.

Propuesto por Ernesto Sanz y bendecido por Emilio Monzó, Abad es uno de los que picaba en punta entre los nombres radicales sobre la mesa de Bullrich. El radical que había empezado a caminar la provincia junto a Santilli y la Coalición Cívica lentamente se fue corriendo hacia el ala más dura de la coalición y llevando con él a buena parte del partido. En el enroque, por la cercanía de la conducción nacional con el Jefe de Gobierno porteño, el nombre de Posse, un dirigente siempre cercano a Mauricio Macri que tiempo atrás llegó a ser uno de los impulsores de un acuerdo con el sector de Javier Milei en la provincia, empezó a sonar más fuerte entre los armadores del larretismo.

No hace tanto tiempo: Diego Santilli, el diputado bonaerense del PRO, Maximiliano Abad, el titular del Comité provincial de la UCR; y la senadora bonaerense de la Coalición Cívica, Marciel Etchecoin.

Con el mendocino Luis Petri confirmado como compañero de fórmula de la ex ministra de Seguridad de Cambiemos, Abad vuelve a ocupar un lugar central en el armado provincial y deberá definir el lugar al cuál apostar pensando en su futuro inmediato. Puede ser candidato a vice, puede volver a resguardarse en la Legislatura provincial o puede apostar a dar el salto al Congreso de la Nación. Un dato, su jefe político, Facundo Manes, todavía sostiene su precandidatura presidencial. 

Mientras se busca un candidato a vice que seguramente también tendrá origen radical, del lado de la ex dupla Larreta-Santilli también avanzan en un armado con lineamientos endurecidos. En las últimas horas quedó prácticamente confirmado que Miguel Ángel Pichetto, que habló "infiltrados bolivianos" en las manifestaciones jujeñas, será quien encabece la lista de candidatos a diputados nacionales por el distrito bonaerense.

En el armado amplio resta despejar la variable José Luis Espert. El economista de Avanza Libertad, recientemente incorporado a Juntos por el Cambio todavía no decidió si pasará revista con una candidatura nacional o buscará jugar en la Provincia de Buenos Aires. Ante la falta de seguridades respecto a sus posibilidades, el actual diputado, que ingresó a la Cámara Baja en el 2021, podría optar por correrse del menú y quedarse en recinto.